Trump margina a “Israel” al iniciar su gira por Medio Oriente
La exclusión de Tel Aviv de la agenda presidencial marca un giro en la política exterior de EE. UU. y genera tensiones con su tradicional aliado.
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Trump en el momento de su arribo a Arabia Saudita.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, inició su primera visita oficial a Medio Oriente en su segundo mandato sin incluir a “Israel” en la agenda, y así rompió con la línea histórica de las administraciones estadounidenses respecto a su principal aliado regional.
Según The Wall Street Journal, el cambio de enfoque puede calificarse una señal de distanciamiento deliberado en medio de crecientes tensiones bilaterales.
La omisión de "Tel Aviv" coincidió con movimientos diplomáticos y militares los cuales causaron incomodidad en el gobierno de Benjamín Netanyahu.
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Liberación de rehén en Gaza sin coordinación con "Tel Aviv"
En paralelo al inicio de la gira, Washington anunció un acuerdo con el movimiento de resistencia palestino Hamas y el mismo permitió liberar a Edan Alexander, último estadounidense retenido con vida en Gaza tras más de 18 meses.
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La decisión fue percibida en “Israel” como una maniobra unilateral, al margen de la política israelí respecto a los prisioneros.
Algunos sectores israelíes cuestionaron la pasividad del primer ministro Netanyahu en la gestión del caso, y advirtieron del uso del hecho como presión para impulsar un alto el fuego más amplio.
Yemen, Irán y tarifas profundizan el malestar
La suspensión de la campaña aérea estadounidense en Yemen, anunciada horas después del lanzamiento de un misil hacia el aeropuerto Ben Gurion, aumentó el malestar israelí.
La medida fue vista como abandono de compromisos de seguridad, en medio de ataques desde el territorio yemenita.
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De manera simultánea, la reanudación del diálogo con Irán sobre su programa nuclear y la insinuación de posibles concesiones respecto al enriquecimiento de uranio provocaron rechazo en círculos de seguridad israelíes, los cuales esperaban respaldo para una ofensiva contra instalaciones iraníes.
Además, la nueva política arancelaria de Trump impuso un impuesto del 17 por ciento sobre exportaciones israelíes, pese a la decisión de "Tel Aviv" de eliminar tarifas a productos estadounidenses.
Esa acción fue interpretada como una muestra de prioridades económicas por encima de alianzas históricas.
Trump endurece postura y prioriza objetivos propios
De acuerdo con analistas israelíes, Trump dejó atrás su imagen de aliado incondicional.
Para The Wall Street Journal, la nueva política refleja la influencia creciente del ala “América Primero” en el Partido Republicano, con énfasis en resultados estratégicos y económicos, incluso si eso significa alejarse de socios tradicionales como Israel.
Descoordinación y preocupación en el entorno israelí
Pese a la persistente colaboración en temas como Gaza e Irán, las recientes decisiones evidencian una caída en el nivel de coordinación bilateral.
El ministro de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, viajó a Washington para intentar reconstruir canales de comunicación, pero no logró revertir el rumbo.
A juicio del director del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional, Yoel Guzansky, EE. UU. diseña un nuevo equilibrio regional en el cual “Israel" no necesariamente figura como actor central.
Conforme al medio, Trump busca una victoria geopolítica o económica para afianzar su legado internacional sin comprometer la promesa de evitar nuevas guerras, aunque esto implique una reestructuración de las prioridades diplomáticas de Washington.