El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles el levantamiento total de las sanciones económicas contra Siria, y la decisión sorprendió a “Israel” y desató un amplio debate en el escenario internacional.

Según informó The Times, la noticia representa un cambio drástico en la política exterior de Washington hacia Medio Oriente.

Tras mostrar escaso interés en Siria en los últimos meses, Trump reaccionó a presiones de Turquía y Arabia Saudita, accedió a reunirse con el presidente transitorio Ahmed Al-Sharaa, quien fue calificó antes como “terrorista” en registros oficiales.

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Reacciones encontradas y división internacional

En Damasco, carteles luminosos de agradecimiento mostraron imágenes de Trump y del príncipe saudita Mohammad bin Salman y celebraron la medida.

La decisión provocó entusiasmo entre sectores sirios, los cual ven una oportunidad para reactivar la economía tras años de asfixia financiera.

Francia abrió la puerta a una relajación progresiva del régimen sancionador tras un encuentro entre los gobernantes Al-Sharaa y Emmanuel Macron, aunque no está prevista una eliminación total por parte de Washington.

En contraste, funcionarios estadounidenses alertaron sobre los riesgos de levantar todas las restricciones sin condiciones y sugirieron mantener cierta presión económica y ayudar a promover reformas y una colaboración real del nuevo gobierno.

Preocupación en “Israel” y advertencias estratégicas

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Diversas fuentes políticas israelíes calificaron de alarmante la decisión de Trump, en especial por su efecto en el equilibrio regional.

Al-Sharaa aún no demostró voluntad de expulsar a combatientes extranjeros ni de iniciar relaciones diplomáticas con "Tel Aviv", señalaron.

Durante la reunión bilateral, Trump animó a establecer vínculos formales con “Israel”.

Sin embargo, analistas dudan de la capacidad real de Al-Sharaa para cumplir esas promesas, debido a la débil autoridad central y al poder fragmentado de las milicias.

Grupos vinculados al nuevo régimen fueron acusados de abusos contra minorías religiosas, incluidos ataques contra comunidades alauitas y drusas, lo cual  intensifica las críticas sobre la legitimidad del nuevo liderazgo sirio.

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Cálculo geopolítico y desplazamiento de alianzas

El giro de Washington también parece orientado a reducir la influencia de Irán en Siria, antiguo pilar central del llamado “Eje de Resistencia”.

Con este movimiento, Trump busca posicionarse como mediador y reducir tensiones con los países del golfo.

Rusia, por su parte, mantiene presencia militar en territorio sirio y busca consolidar su papel como actor clave.

Al-Sharaa intentó retirar a las tropas rusas, a las qcuales considera “aliadas potenciales” y una moneda de cambio en sus negociaciones con Estados Unidos.

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Mientras tanto, el levantamiento de sanciones es visto por críticos como una maniobra política arriesgada orientada a avalar, de manera prematura, a un gobierno emergente sin un consenso claro sobre sus compromisos.

Siria estuvo bajo sanciones estadounidenses desde el gobierno de Bashar al-Assad, intensificadas en 2011 tras el inicio de la guerra civil.

La reciente victoria militar de Al-Sharaa sobre Al-Assad, con apoyo de milicias irregulares, abrió una nueva etapa incierta en la cual Washington intenta redefinir su rol en la región, aunque a costa de tensiones con sus aliados más cercanos.