Retorna la calma a Trípoli, Libia, tras alto el fuego entre armados
Gobierno de Unidad Nacional inicia medidas de pacificación tras los enfrentamientos más intensos desde el asesinato de Al-Kakli.
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Niños pasan junto a un coche destruido durante los enfrentamientos armados en Trípoli, Libia.
La capital de Libia, Trípoli, retornó a la calma tras días de enfrentamientos, luego del anuncio hecho por el Ministerio de Defensa del Gobierno de Unidad Nacional de la entrada en vigor de un alto al fuego en todos los frentes activos dentro de la ciudad.
Según informes, la medida fue tomada con el objetivo de proteger a la población civil, resguardar las instituciones del Estado y evitar una escalada militar mayor.
Las fuerzas regulares, en coordinación con cuerpos de seguridad, comenzaron a aplicar acciones de estabilización sobre el terreno.
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Enfrentamientos entre facciones desatan crisis
Horas antes, la ciudad fue escenario de fuertes combates entre la Brigada 444 de Combate, dirigida por Mahmoud Hamza, y el Aparato de Disuasión, bajo el mando de Abdelraouf Kara.
Las escaramuzas ocurrieron cerca de la instalación aérea de Mitiga, afectaron tanto el norte como el sur de la capital y dejaron víctimas mortales, heridos y daños materiales.
Ambas facciones combatieron por el control de zonas estratégicas, lo cual provocó alarma entre la población y puso en riesgo infraestructuras civiles.
La tensión creció tras la muerte del jefe del Aparato de Apoyo a la Estabilidad, Abdul Ghani al-Kakli, ocurrida el 12 de mayo. El incidente desató una serie de choques entre grupos rivales.
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Redistribución de poder en Trípoli
El asesinato de Al-Kakli alteró el equilibrio de poder en la capital, debilitó a su facción y abrió la puerta a una reconfiguración de fuerzas dentro del mapa militar de Trípoli.
La Misión de Apoyo de las Naciones Unidas en Libia condenó la reciente violencia y alertó sobre el riesgo de expansión del conflicto hacia otras regiones del país, en especial ante la movilización militar en áreas controladas por el este libio, bajo influencia del mariscal Khalifa Haftar.
Dualidad de poder político en Libia
Estos hechos formaron parte de la persistente división institucional sufrida en Libia desde 2014, con dos gobiernos enfrentados: el Gobierno de Unidad Nacional, con sede en Trípoli y encabezado por Abdelhamid Dabaiba, reconocido por Naciones Unidas y el ejecutivo del este, liderado por Osama Hammad, respaldado por la Cámara de Representantes y con base en Bengasi.
Ambas administraciones disputan el control del país, cuya estructura de seguridad está fragmentada entre milicias rivales.
Esta realidad impide la consolidación de una autoridad única y mantiene a Libia en un ciclo constante de inestabilidad.
Desde la caída de Muammar Gadafi en 2011, Libia vive en una situación de violencia intermitente, polarización política y colapso institucional.
La presencia de grupos armados autónomos y la ausencia de un marco legal unificado dificultan cualquier intento sostenido de pacificación.
El reciente alto el fuego en Trípoli, aunque bien recibido, es percibido como un acuerdo temporal en un contexto donde los conflictos se reactivan con facilidad.