Nombramiento de Zinni en el Shin Bet agita crisis política en "Israel"
La designación de David Zinni por Netanyahu, pese a advertencias legales, genera duras reacciones y alarma institucional.
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Netanyahu necesita controlar la narrativa y colocar a una figura leal en el Shin Bet ante la posible caída de su estratega mediático, Yonatan Urich.
La elección de David Zinni como nuevo jefe del Shin Bet por parte del primer ministro de la entidad de ocupación israelí, Benjamín Netanyahu, desató una ola de críticas sin precedentes dentro del aparato de seguridad y el espectro político.
El nombramiento fue realizado pese a la oposición expresa de la asesora jurídica del gobierno, lo cual intensificó el malestar institucional, reveló el periodista Ben Caspit en el sitio web Walla.
La fuente calificó la reacción generalizada como una muestra de pánico entre figuras activas y retiradas del ámbito de seguridad, muchas de ellas con experiencia directa junto a Netanyahu y al nuevo jefe del servicio interno.
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Asimismo, la designación fue descrita como una apuesta peligrosa con la seguridad de "Israel”, y algunos analistas advirtieron de motivaciones distorsionadas detrás de la decisión.
El hermano de Zinni, Simon Falic, trabaja como brazo derecho de la familia Netanyahu, lo cual generó generó uspicacias sobre posibles conflictos de interés.
“¿Qué sigue? ¿Nombrar a Yair Netanyahu portavoz del Shabak?”, ironizó un funcionario político.
Sospechas de motivación personal
Críticos recordaron la consideración de Zinni para otro cargo de alto nivel, pero fue descartado por su supuesta “mentalidad mesiánica”.
Ahora, el repentino cambio de criterio levanta preguntas. “¿Qué cambió de repente para que ahora sea apto para encabezar el Shin Bet?”, cuestionó alguien del entorno directo del primer ministro.
De acuerdo con una excolaboradora cercana a Netanyahu, el primer ministro perdió el control y decidió precipitar una crisis constitucional para desviar la atención del caso Qatar Gate, en el cual está involucrado.
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Temores de escalada interna
Para un alto oficial con rango de general, familiarizado con Zinni y Netanyahu, el primer ministro conduce al país hacia una “guerra civil”.
También se cuestionó el procedimiento del nombramiento: “¿Por qué lo hace personalmente? ¿Por qué alguien cercano a su esposa? ¿Por qué saltarse el consejo legal?”.
La respuesta, según voces cercanas, es simple: Netanyahu necesita controlar la narrativa y colocar a una figura leal en el Shin Bet ante la posible caída de su estratega mediático, Yonatan Urich.
Además, necesita abortar la investigación del Qatar Gate o simular la aproximación de su final, apuntó Walla.
El Shin Bet, servicio de seguridad interna de “Israel”, fue históricamente una institución clave en las operaciones de inteligencia y control territorial.
Su independencia y coordinación con el aparato judicial son esenciales para garantizar equilibrios políticos.
La interferencia directa de Netanyahu en su conducción revive acusaciones de manipulación institucional y deriva autoritaria, en medio de múltiples causas judiciales que lo involucran.