Venezuela agradeció al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y a la vicepresidenta Rosario Murillo por su "constante y solidario apoyo" frente a la denuncia de la persecución y el secuestro de migrantes por parte de la actual administración de Estados Unidos.

"Este gobierno separó a 18 niños y niñas venezolanos de sus familias, siguiendo un guion que recuerda las atrocidades del nazismo", expresó el mensaje divulgado por el ministro de Relaciones Exteriores, Yván Gil Pinto, en su cuenta de Telegram.

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Gil aseguró que el gobierno de la República Bolivariana inició una "gran campaña diplomática y legal para lograr la  recuperación de los menores", quienes fueron separados de sus padres al ser deportados a El Salvador o recluidos en centros del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas.

A través de un comunicado, Nicaragua enfatizó que separar padres y madres de sus hijos ha sido una práctica, condenable y condenada, con la que el facismo hitleriano aterrorizó al mundo.

También exigió a las Naciones Unidas una acción inmediata para detener el odio racial, prepotente y hegemónico que el gobierno estadounidense desató sobre la familia humana.

En particular, demandó a los politizados organismos de derechos humanos, la actuación pertinente para lograr detener estos crímenes y devolver a las familias su integridad y respecto.