Entre muerte y hambre: testimonio de colaboradores de AFP en Gaza
Los últimos colaboradores de AFP en Gaza sobreviven entre ruinas, hambre y miedo. La agencia alerta que sus vidas están en peligro y sus gritos de auxilio son diarios.
-
“Ya no tengo fuerzas”: el grito de un colaborador desde Gaza (Foto: AFP)
La Agence France-Presse (AFP) manifestó en una nota su alarma creciente ante el deterioro físico y emocional de sus colaboradores que reportan desde la Franja de Gaza.
Advirtió que estos profesionales viven bajo una amenaza constante, y que en cualquier momento podría conocerse la muerte de alguno de ellos. "Es insoportable", indicó.
Desde la salida de su equipo en 2024, la agencia trabaja con un pequeño grupo local: un escritor freelance, tres fotógrafos y seis videografistas.
Son de los pocos profesionales de los medios que aún informan desde el enclave, cerrado a la prensa internacional desde hace casi dos años.
"Nos negamos a verlos morir", expresó la agencia, subrayando la gravedad de las condiciones en las que trabajan dichos colaboradores.
#Historieta 📢 LA PLUMA MÁS FUERTE QUE LA BOMBA ✏️
— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) July 21, 2025
⭕ En Gaza, drones y bombas intentan silenciar a periodistas como Akram Dalloul, pero no pueden callar a un pueblo que transforma cada cámara rota en millones de voces.
⭕ Mientras la ocupación isrelí censura y encarcela, la… pic.twitter.com/vliN53pqIX
Uno de ellos, Bashar, fotógrafo principal desde 2024 y vinculado a AFP desde 2010, publicó en Facebook: "Ya no tengo fuerzas para trabajar en los medios. Estoy delgado y ya no puedo trabajar".
A sus 30 años, vive entre las ruinas de su casa en Gaza junto a su madre y otros familiares. El domingo 19 de julio, reportó que su hermano mayor "falleció de hambre".
“Por primera vez, me siento derrotado”, dijo el joven quien trabaja y vive en condiciones iguales a las de todos los gazatíes, moviéndose de un campo de refugiados a otro según los bombardeos israelíes.
"La higiene es un problema importante para él, con periodos de graves enfermedades intestinales (...) Su casa carece de comodidades, salvo algunos cojines", añadió AFP.
Aunque los colaboradores reciben salarios, el colapso del sistema bancario y los precios exorbitantes impiden el acceso a bienes básicos.
La agencia de noticias explicó que el intercambio de dinero electrónico a efectivo implica comisiones del 40 por ciento.
En tanto, la falta de vehículos y combustible obliga a sus reporteros a trasladarse a pie o en carretas tiradas por burros.
"Viajar en coche equivale a correr el riesgo de ser un objetivo de la fuerza aérea israelí", añadió la agencia de noticias.
Mientras el mundo celebra el Día Mundial de la Libertad de Prensa el 3 de mayo, los periodistas palestinos en la Franja de Gaza sufren uno de los capítulos más tristes de la historia de la prensa.
— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) May 4, 2025
En el enclave asediado, las cámaras devinieron blanco de ataques y las palabras… pic.twitter.com/N82e08ioUn
La periodista Ahlam, situada en el sur de Gaza, mantiene su compromiso: "Cuando salgo de la tienda para cubrir un evento, realizar una entrevista o documentar una noticia, no sé si volveré con vida".
Ella confirma que la falta de agua y alimentos es el principal obstáculo. "Intento seguir ejerciendo mi profesión, llevar la voz del pueblo, documentar la verdad frente a todos los intentos de silenciarla. Aquí, la resistencia no es una opción: es una necesidad", añadió.
AFP recibe mensajes cada vez más angustiantes desde Gaza. Sus colaboradores se deterioran rápidamente: jóvenes que, tras meses de trabajo, comienzan a perder las fuerzas.
"La mayoría ya no tiene la capacidad física para desplazarse por el enclave y realizar sus trabajos. Sus desgarradores gritos de auxilio son ahora diarios", expresó.
En los últimos días, la agencia llegó a una conclusión dolorosa: "Sus vidas ya no importan mucho y su valentía, dedicada durante muchos meses a informar al mundo entero, no les ayudará a sobrevivir".
Desde su creación en agosto de 1944, AFP enfrentó la pérdida de periodistas en zonas de guerra, tuvo miembros de su equipo heridos o encarcelados. Pero nunca, hasta ahora, presenció la posibilidad de que uno de sus colaboradores muriera de hambre.