El líder del Movimiento Marada, Sleiman Frangieh, afirmó que el monopolio de las armas en manos del Estado libanés es una “demanda nacional con la que todos están de acuerdo”; sin embargo, advirtió que acelerar este proceso podría entrañar peligros, incluso si parte de los impulsores actúan con buenas intenciones.

Frangieh denunció que algunos embajadores trabajan con agendas específicas donde los intereses de sus países coinciden con los de "Israel", fomentando la fragmentación de los Estados en la región.

 

 

 

 

 

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Durante la recepción al Vicario General Patriarcal del Vicariato de Ehden-Zgharta, monseñor Joseph Naffah, junto a otros representantes eclesiásticos, Frangieh señaló que la región enfrenta “una situación difícil y peligrosa”.

Recordó que el proyecto iniciado en 2010 en países como Egipto, Túnez, Libia y posteriormente Siria, bajo el pretexto de “libertad” y “democracia”, terminó en caos, colapso y persecución de minorías, empujando a comunidades enteras a buscar autoprotección o la partición territorial, como ocurre en la costa siria, en Sweida y en zonas kurdas.

Frangieh alertó que este escenario podría, “Dios no lo quiera”, extenderse a Líbano.

Subrayó la necesidad de evitar la sedición y no dejarse arrastrar por promesas vacías que podrían tener efectos destructivos para la unidad nacional.