El Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores de la Organización de Cooperación Islámica (OCI) celebró su 21ª sesión extraordinaria en Yeda, Arabia Saudita, convocada por Palestina, Turquía e Irán.

Durante el encuentro, el órgano ministerial reafirmó la importancia de la causa palestina para el mundo islámico y manifestó su pleno apoyo a los derechos inalienables del pueblo palestino.

También rechazó enérgicamente la intención de "Israel" de ocupar y ejercer  control militar total sobre la Franja de Gaza, así como cualquier plan de desplazamiento forzado de su población.

Calificó estas acciones como una escalada grave e inaceptable, orientada a consolidar una ocupación ilegal e imponer hechos consumados por la fuerza.

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La OCI responsabilizó plenamente a "Israel", en su calidad de potencia ocupante, por los crímenes de genocidio, la catástrofe humanitaria sin precedentes y la hambruna en Gaza.

Exigió la apertura inmediata de todos los pasos fronterizos y el ingreso urgente, suficiente e incondicional de ayuda humanitaria sin obstáculos.

Respaldó los esfuerzos internacionales para alcanzar un alto al fuego inmediato y completo, y denunció la intransigencia de "Israel" y su negativa a responder a las iniciativas de mediación.

El Consejo condenó las declaraciones “arrogantes e irresponsables” del primer ministro Benjamín Netanyahu sobre el “Gran Israel”, alertando sobre sus repercusiones en la seguridad regional.

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También rechazó categóricamente los planes de colonización israelí que buscan alterar la geografía y demografía de los territorios palestinos ocupados, y socavar la solución de dos Estados.

Denunció la reciente aprobación de tres mil 400 unidades ilegales en la zona denominada (E1) en Jerusalén ocupada.

Subrayó la urgencia de poner fin a la ocupación y a los asentamientos coloniales, considerados ilegales según el derecho internacional, las resoluciones de Naciones Unidas (ONU) y la opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia.

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La OCI advirtió sobre el aumento del terrorismo perpetrado por colonos extremistas, bajo protección del ejército israelí, en Cisjordania y Jerusalén, y exigió que se les responsabilice por sus crímenes.

Condenó los ataques sistemáticos contra lugares sagrados, en particular la mezquita Al-Aqsa en Jerusalén y la Tumba de los Patriarcas en Hebrón, así como las restricciones impuestas a instituciones islámicas y cristianas.

Rechazó cualquier intento de desplazar al pueblo palestino, dentro o fuera de Gaza, y advirtió a los Estados contra cualquier cooperación con tales planes, por constituir una grave violación del derecho internacional humanitario.

La organización denunció el asesinato de periodistas en Gaza, calificándolo como crimen de guerra y ataque contra la libertad de prensa, en el marco de un patrón sistemático de violaciones israelíes contra medios y trabajadores de prensa en los territorios ocupados, incluida Jerusalén.

Finalmente, la OCI reiteró que una paz justa, duradera y global solo será posible mediante la solución de dos Estados.

Esta debe incluir un Estado palestino independiente y soberano, con las fronteras de 1967 y Jerusalén Este como capital, conforme al derecho internacional y las resoluciones de la ONU.

Recordó también la adopción, el pasado 8 de marzo, del plan egipcio para la reconstrucción de Gaza.