Tres soldados israelíes resultaron heridos el sábado después de que la resistencia atacara con un artefacto explosivo a una patrulla de infantería en la ciudad de Tubas, al norte de Cisjordania.

En este contexto, testigos presenciales informaron del envío de refuerzos militares por parte de las fuerzas de ocupación al lugar.

Allí iniciaron una amplia operación de rastreo, coincidiendo con un intenso tiroteo en las inmediaciones del lugar del ataque.

Por su parte, el movimiento Hamas afirmó que esta operación transmite un mensaje claro: la resistencia en Cisjordania "no se quebrará ni se extinguirá, a pesar de todos los intentos de la ocupación por neutralizarla mediante la represión, los arrestos, las medidas de seguridad y el despliegue de puestos de control".

Hamas señaló la continuidad de las operaciones como "una expresión sincera de la ira de nuestro pueblo y su rechazo a la ocupación, sus prácticas coloniales  y planes de anexión y normalización".

"Nuestro pueblo tiene el derecho legítimo a responder a los crímenes de la ocupación y los asesinatos, el exterminio, el desplazamiento, la judaización y la colonización que practica en Cisjordania, Gaza y Jerusalén", concluyó.