La nueva sesión del "Proceso de Orán" comenzó en Argel, uno de los mecanismos continentales más importantes cuyo objetivo es unificar la voz africana en el Consejo de Seguridad de la ONU y fortalecer una presencia conjunta en cuestiones de paz y seguridad en todo el continente.

La sesión fue inaugurada bajo la supervisión del ministro de Asuntos Exteriores argelino, Ahmed Attaf, quien reafirmó el compromiso de Argelia con la continuidad y el desarrollo del proceso.

Attaf señaló que "esta reunión nos retrotrae, después de 12 años, al punto de partida del Proceso de Orán, con el objetivo de evaluar su progreso y analizar los logros".

Destacó tres logros clave: el establecimiento del Proceso de Orán como un evento continental permanente dentro de la agenda del Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana; la transformación de los tres países africanos en el Consejo de Seguridad en un bloque unificado con una identidad clara y posiciones coherentes e influyentes; y el surgimiento de una voz africana unificada dentro del Consejo de Seguridad, algo inédito en cualquier otro continente.

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Enfatizó que "estos logros no se habrían logrado sin el consenso africano en torno a los objetivos del proceso", y elogió a los países que han ocupado los escaños africanos desde el lanzamiento de la iniciativa.

Argelia: Un actor clave en el apoyo a la postura africana

Attaf afirmó que "Argelia contribuyó desde el principio a la acogida del proceso y desempeña ahora un doble papel como país anfitrión del Proceso de Orán y miembro del Consejo de Seguridad de la ONU y del Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana".

Señaló la disminución de la atención mundial a los problemas africanos, en un momento en que los focos de tensión siguen expandiéndose y complejizándose.

Entre ellos se incluyen la guerra en Sudán, que ya entra en su tercer año sin visos de resolución; la crisis libia, prácticamente olvidada a pesar de haber transcurrido 14 años desde su estallido; la actual cuestión del Sáhara Occidental, el último expediente de descolonización pendiente en el continente; y el deterioro de la situación política y de seguridad en el Sahel y el Sáhara, el sur de Libia, la región de los Grandes Lagos y el Cuerno de África.

Diplomacia africana ausente y crecientes intervenciones extranjeras

Attaf afirmó que "la ausencia de una presencia africana efectiva en zonas de conflicto y la debilidad de las iniciativas diplomáticas continentales han permitido el aumento de las intervenciones extranjeras en los asuntos del continente".

Afirmó que la responsabilidad de abordar las crisis "no puede transferirse a otros; debe comenzar por la propia África".

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En este contexto, el propio Attaf abogó por el retorno al enfoque diplomático africano basado en la presencia sobre el terreno en zonas de conflicto, el diálogo con todas las partes y la presentación de iniciativas realistas para la mediación y la desescalada.

Resaltó que "este enfoque es la mejor manera de restaurar el papel africano en la gestión de las crisis, junto con el apoyo a los países del continente en el Consejo de Seguridad".

Renovar el Compromiso Africano en el Consejo de Seguridad

El Ministro de Asuntos Exteriores argelino concluyó su intervención con un claro llamado para que el Proceso de Orán de este año sirva de plataforma para reafirmar tres compromisos fundamentales: formular soluciones africanas a las crisis africanas, hablar con una sola voz en el Consejo de Seguridad y en todos los foros internacionales, y acabar con la marginación de África en los centros de decisión globales.

El Proceso de Orán regresa para consolidar su posición como una de las iniciativas más destacadas destinadas a unificar la postura africana en las instituciones internacionales, en un momento en que el continente se enfrenta a crecientes desafíos políticos y de seguridad que requieren una presencia africana más fuerte y eficaz.