Un reciente estudio publicado en EMBO Molecular Medicine destacó el papel de los probióticos presentes en los alimentos fermentados para ayudar a aliviar la ansiedad y la depresión.

Los científicos investigaron la conexión entre las bacterias intestinales y la salud mental, y sugirieron que ciertos elementos hallados en las comidas fermentadas influyen positivamente. 

Su análisis, llevado a cabo en ratones y observados en quienes consumían estos productos, mostró menos comportamientos asociados al estrés que los expresados con otro tipo de ingesta.

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"Aunque sean prometedores, es importante recordar que estos hallazgos se basaron en animales, por lo que se necesitan más pruebas para comprender completamente el fenómeno", sostuvo el psiquiatra Harold Hong.

Respecto a los mecanismos involucrados, los probióticos reducen la proteína C reactiva, una sustancia generada por el hígado que aumenta cuando hay un daño en el organismo, y mejoran la producción de ácidos grasos.

Dicho de otra manera, el cerebro y el intestino mantienen un ciclo de retroalimentación constante para garantizar que el cuerpo reciba los nutrientes esenciales. 

Algunos alimentos mencionados por los especialistas fueron el kéfir y el chucrut, populares en Europa del Este; el “kimchi”, el “miso” y el “tempeh”, consumidos principalmente en Asia; así como también el yogur.