Cada año, la comunidad científica espera con curiosidad la celebración de una gala que honra lo inusual: el Premio Ig Nobel.

Lejos de la solemnidad de Estocolmo, esta ceremonia de premios tiene como lema fundamental "primero hacer reír a la gente, y luego hacerla pensar".

Fundados en 1991 por el matemático estadounidense Marc Abrahams, editor de la revista de humor científico Annals of Improbable Research, los Ig Nobel celebran descubrimientos que, a primera vista, parecen absurdos pero que esconden una pregunta científica genuina.

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Metodología y criterios de selección

El proceso para elegir a los ganadores es, curiosamente, tan serio como los estudios que premia. Todo comienza con miles de nominaciones enviadas por el público de todo el mundo.

Un comité, que incluye a científicos, periodistas e incluso a laureados con el Premio Nobel, se encarga de revisar cada candidatura.

Las discusiones del jurado, según se cuenta, son tan rigurosas como divertidas, buscando siempre el equilibrio perfecto entre el humor científico y la validez académica.

De hecho, la transparencia del proceso busca garantizar que cada premio, por estrafalario que parezca, reconozca un esfuerzo de investigación real y publicable.

Los 10 estudios más extravagantes del Premio Ig Nobel 2025

Desde la física de los alimentos hasta la psicología felina, los ganadores del Premio Ig Nobel 2025 prueban que la diversión puede ir de la mano de los estudios. 

A continuación, se presentan los diez estudios galardonados durante la ceremonia celebrada en la Universidad de Boston, Estados Unidos. 

Biología: Un equipo de 11 investigadores japoneses descubrió que pintar rayas de cebra en una vaca reduce a la mitad las picaduras de moscas. Este método se propone como una alternativa ecológica a los pesticidas tradicionales.

Psicología: Los profesores Marcin Zajenkowski, de Polonia, y Gilles Gignac, de Australia, estudiaron cómo los individuos narcisistas reaccionan cuando se les dice que son inteligentes. Los resultados mostraron que estos sujetos tienden a aceptar la afirmación y reforzar su autopercepción de inteligencia.

Pediatría: Los estadounidenses Julie Mennella y Gary Beauchamp investigaron cómo la alimentación materna influye en la lactancia. Descubrieron que cuando una madre consume ajo, su bebé tiende a mamar durante más tiempo, lo que aporta información interesante sobre la influencia del sabor en la conducta alimentaria.

Nutrición: Daniele Dendi (Italia), Gabriel Hoinsoude Segniagbeto (Togo), Roger Meek (Reino Unido) y Luca Luiselli (Italia) estudiaron las preferencias alimenticias de los lagartos gecko togoleses, descubriendo que muestran predilección por las pizzas de cuatro quesos. 

Literatura: William B. Bean, póstumamente premiado desde Estados Unidos, documentó y analizó la tasa de crecimiento de una de sus uñas durante un período de 35 años, ofreciendo una curiosa aproximación a la paciencia y observación meticulosa en estudios a largo plazo.

Ingeniería: Vikash Kumar y Sarthak Mittal de India diseñaron un zapatero innovador capaz de reducir el olor de los zapatos malolientes. Su invento combina principios de ingeniería y materiales absorbentes, solucionando un problema cotidiano de forma práctica.

Física: Un equipo italiano —Giacomo Bartolucci, Daniel Maria Busiello, Matteo Ciarchi, Alberto Corticelli, Ivan Di Terlizzi, Fabrizio Olmeda, Davide Revignas y Vincenzo Maria Schimmenti— estudió la química de la salsa para pasta cacio e pepe, con el objetivo de perfeccionar su sabor y textura. 

Críticas de los Premio Ig Nobel

Los Ig Nobel no están exentos de debate. Por un lado, sus defensores argumentan que son una herramienta excepcional para la divulgación y demuestran que la ciencia no es un campo monolítico y solemne. El humor científico, sostienen, puede ser una puerta de entrada al pensamiento analítico.

Por otra parte, algunos críticos señalan que estos premios podrían trivializar la investigación científica o ridiculizar trabajos que, aunque parezcan extraños, tienen un propósito serio.