MST de Brasil: Seremos resistencia
Entrevista a Ayala Ferreira, coordinadora nacional del Movimiento Sin Tierra (MST) e integrante del sector de derechos humanos de la organización. Para ella, la llegada al poder del ultraderechista Jair Bolsonaro significa un periodo de retroceso en el escenario tanto de su país como a nivel regional
Uno de los movimientos sociales más importantes de Latinoamérica es el de los Sin Tierra en Brasil, nacido en la década de los '80 del pasado siglo con el propósito de presionar a favor de una reforma agraria en un país donde ese recurso de la naturaleza ha estado históricamente concentrado en pocas manos.
Ayala Ferreira, es la coordinadora nacional del Movimiento Sin Tierra (MST) y forma parte del sector de derechos humanos de la organización. Vive en Pará, en el municipio de Marabá en una comunidad llamada Asentamiento del 26 de Marzo. Para ella, la llegada al poder del ultraderechista Jair Bolsonaro significa un periodo de retroceso en el escenario local y regional, pero "seremos resistencia", afirma en diálogo exclusivo con Al Mayadeen.
"El gobierno de Bolsonaro completó poco más de un semestre en funciones (poco tiempo para un período de cuatro años) -comentó la activista-; sin embargo, estamos seguros de que la política adoptada es la de continuar el golpe institucional de 2016 que derrocó al gobierno de la presidenta Dilma Rousseff e instituyó un conjunto de medidas de carácter neoliberal y persecución de los movimientos populares".
¿Cuál es entonces la táctica del gobierno de Bolsonaro en Brasil?
La de un gobierno que asume una agenda neoliberal que se basa en la eliminación de los derechos fundamentales de los trabajadores (urbanos y rurales), de las reformas como la seguridad laboral y social y la mercantilización de los bienes de la naturaleza (tierra cultivable, agua, bosques y minerales).
También sostiene una política de combate a los "enemigos internos" en el país, quienes son todos los que cuestionan críticamente esas medidas y defienden un modelo de sociedad basado en el respeto y la tolerancia hacia las personas y las formas de organización de la existencia. En este sentido, el MST es perseguido por la política y las medidas adoptadas por el gobierno del presidente Jair Bolsonaro.
La agenda móvil para nosotros es la democratización del acceso a la tierra pero la reforma agraria está completamente bloqueada, porque tenemos un presidente que se ha comprometido claramente con los latifundios y los agronegocios, que se fortalecen mediante incentivos y créditos, que favorecen la liberación de pesticidas, la relajación de la legislación ambiental y la autorización para avanzar e invadir áreas de conservación ambiental y pueblos tradicionales (como pueblos indígenas y quilombolas).
Finalmente, la agenda política en la que creemos y defendemos es la democracia y la participación de la sociedad en la vida pública actual, la cual es tratada con violencia por el gobierno y sus mecanismos de control social.
Un tema de actualidad noticiosa es de la Amazonia. Arde ese pulmón del planeta y Bolsonaro culpa al clima y a los indígenas con sus prácticas de todo el desastre. ¿Qué opinión le merece esto?
La deforestación se ha disparado desde que llegó Bolsonaro. Esa es la principal causa de la oleada de incendios que, como nunca antes, impactan a la Amazonia.
En lugar de selva, no es secreto que el poderoso sector agropecuario brasileño, que siente que tiene carta blanca con la llegada a la presidencia de Bolsonaro, busca grandes áreas de pastoreo o sembrado.
Medios de prensa han divulgado que la deforestación se incrementó en un 273 por ciento desde que lo tenemos a él como gobernante. Con Bolsonaro ha aumentado la ocupación ilegal de tierras de la selva y su deforestación permite especular y venderlas. Ese es el problema.
Por otra parte, creo que el gobierno tiene dificultades para comprender cuestiones como la soberanía nacional y la autodeterminación de los pueblos y ha adoptado un comportamiento poco claro sobre el papel de los extranjeros en nuestro país.
Por ejemplo, recientemente aprobó la liberación de la base de Alcántara (territorio brasileño ubicado en el estado de Maranhão que está estratégicamente ubicado para lanzamientos aeroespaciales) al gobierno de Estados Unidos. Bolsonaro ha ofrecido tierras de cultivo a personas y empresas transnacionales.
Mientras, el gobierno alimenta el discurso de que el Amazonas es un asunto de los brasileños y que depende de nosotros decidir qué hacer allí, pero el único tema permitido es cómo proceder a su destrucción; y debatir la conservación de los bosques y el cuidado de la biodiversidad es un tema para los ambientalistas (enemigos del desarrollo y el progreso) y para la intervención e interferencia extranjera.
Creo que una posible retirada del gobierno de Bolsonaro en esta deforestación y destrucción de la agenda amazónica será a través de sanciones económicas y políticas por incumplimiento de los acuerdos y pactos internacionales de los que nuestro país es signatario.
Aliado a esto, continuar con los procesos de articulación y presiones populares como el que se está construyendo para realizarse del 23 al 30 de agosto en varios estados y países interesados y que conocen la importancia de la Amazonia para el equilibrio climático del planeta.
¿Por qué se acusa al capitalismo de esta tragedia ecológica?
No debemos tener dudas, la razón de la deforestación y destrucción de la Amazonia es la necesidad de subordinar este vasto territorio y toda su riqueza a los intereses del capital.
El capital en la etapa actual de desarrollo necesita extraer ganancias extraordinarias para controlar y explotar los recursos naturales que existen en el mundo, en la Amazonia se concentra la tierra en abundancia, bosques, agua potable y recursos minerales estratégicos para el desarrollo de las sociedades.
Para apropiarse de estos recursos es necesario derribar todas las barreras que impiden su control, como las leyes ambientales y la existencia de habitantes que viven en estos territorios y practican otras formas de vida que van más allá de la lógica destructiva del capital.
Y la principal herramienta adoptada por el capital es convencer a la sociedad de la peor manera posible, naturalizando el desarrollo, la modernización y el progreso y así destruir los activos de la naturaleza y excluir a las personas que practican otras formas de vida con respecto al medio ambiente. y con compromiso ético con las generaciones futuras.
¿Hay salvación?
Será un logro que solo aquellos que se pongan en movimiento podrán obtener. La salvación de la humanidad y los bienes de la naturaleza dependerán únicamente de la capacidad de construir un modelo social más allá del capital, basado en nuevos valores y prácticas de respeto por cada forma de vida en la tierra.
Un dato interesante que puede ilustrar todo el gran daño lo ofreció recientemente la agencia espacial de Brasil. Según el ente, la Amazonia padece una deforestación de cuatro mil 565 kilómetros cuadrados, lo que supone crecimiento en la desaparición de su superfície de un 15 por ciento respecto al año anterior. Lo que arrojan lass informaciones de los satélites es desalentador: Cada minuto desaparece una superficie de selva similar a un campo de fútbol.
En este escenario, ¿cuáles son los daños directos al MST?
Específicamente como movimiento campesino, el daño se sentirá de inmediato, pero a mediano y largo plazo. En primer lugar, debido a que muchas comunidades rurales han sido afectadas por incendios forestales.
Muchas han perdido cultivos y áreas de preservación; han perdido pastos que garantizan la alimentación de los animales (ahora estamos buscando comida para los pequeños criaderos que cada agricultor tiene en su comunidad).
Pero como mencioné, los efectos se sentirán a mediano y largo plazo y tiene que ver con el cambio climático que causará escasez o exceso de lluvia que a su vez comprometerán los cultivos que desarrollamos en nuestras comunidades y, para lidiar con estos cambios es posible que aparezca una tendencia al uso de insumos químicos y agrotóxicos con el objetivo de impulsar la productividad de los cultivos, llevando la tierra y todas las formas de vida en nuestra sociedad a límites de existencia insostenibles.
¿Cómo valora alianza Donald Trump-Jair Bolsonaro?
Bueno, parece risible, pero Bolsonaro siempre expresó su admiración por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Para nada le disgustaba que incluso lo compararan con él. No es de extrañar que aquel gobierno del republicano tenga mucha influencia sobre el que tenemos hoy en Brasil. El propio Trump expresó antes de la asunción de Bolsonaro que esperaba inaugurar una nueva alianza hemisférica.
Tanto Trump como Bolsonaro comparten el rechazo al gobierno constitucional de Nicolás Maduro en Venezuela. Son gobiernos con una sintonía total, expresados por la persecución y la falta de respeto por la autodeterminación de los pueblos, como ha sucedido con nuestro vecino, al cual los Estados Unidos casi lleva a la guerra.
Poseen similar postura respecto a China en el comercio internacional, y defienden la posesión y el portar armas de fuego en el caso de los civiles.
El presidente brasileño comenzó con discursos públicos donde expresaba que Brasil en su mandato se alinearía política y económicamente con los Estados Unidos.
Ahora esta relación se está estableciendo y la entrega de la base de Alcántara a los Estados Unidos es la expresión de la alianza.
¿Algún mensaje particular para los campesinos y pueblos árabes en general?
Sí. El MST se mantendrá firme en la construcción de resistencia activa, en la lucha por la democratización del acceso a la tierra, la reforma agraria y en la lucha por la democracia y la libertad del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, así como de todos los defensores de la vida en nuestro Brasil. Queremos existir, ¡así que seremos RESISTENCIA!