Qassem Suleimani: Un Heydar Imborrable
El día 3 de enero del año 2020 nos vimos sacudidos por un asesinato que, caló hondo en millones de seres humanos. Ese día, mediante un acto terrorista llevado a cabo por Estados Unidos fue asesinado el teniente general Qassem Suleimani.
Un revolucionario, un hombre imprescindible. Una persona amante de la paz que, según sus propias palabras, no quiso ser militar, pero la responsabilidad, el compromiso, el heroísmo y el “amor fuerte y profundo por su patria” lo llevó a optar por dicho camino. Hace un par de años, en un artículo dedicado a este mártir de la lucha por la autodeterminación de los pueblos sostuve que, tras la desaparición física de Qassem Suleimani, era posible comprobar que la muerte no es verdad si se ha cumplido bien la obra de la vida. La sangre derramada por Suleimani y Abu Mahdi al Muhandis ha propiciado y fertilizado el terreno para la lucha valiente de los combatientes de la Resistencia en países como Líbano, Irak, Siria, Yemen, Palestina. Este último demostrándonos que el legado de Suleimani se expresa día a día, sobre todo a partir del 7 de octubre del año 2023.
Quiero recordar las palabras expresadas tras ese 3 de enero del año 2020 cuando el expresidente estadounidense Donald Trump ordenó el asesinato del teniente general iraní, Qassem Suleimani, en un acto de terrorismo, calificado como una ejecución extrajudicial por la propia Organización de Naciones Unidas (ONU), por tanto, violatorio del derecho humanitario y cuya venganza por parte de Irán aún no termina. A las horas de aquel acto criminal, donde también cayó el subcomandante de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al Hashad al Shabi en árabe) Abu Mahdi al Muhandis, el mundo de la Resistencia, de aquellos países, movimientos y organizaciones enemigas del poder hegemónico occidental, condenaron este atentado terrorista y alentaron la necesidad de dar una respuesta contundente a los responsables encabezados por Estados Unidos y sus socios sionistas y wahabitas.
La República Islámica de Irán el día 7 de enero de ese año 2020 dio el primer paso de una venganza, que no tendrá fin hasta la completa justicia en el plano de los autores intelectuales y ejecutores del crimen de Qassem Suleimani, que incluye, como eje, la salida total de las tropas estadounidenses de Asia occidental.
Ese 7 de enero del 2020, decenas de misiles tierra-tierra de la División Aeroespacial del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica cayeron sobre la base aérea Ain Al-Asad, que era ocupada por el ejército ocupante e invasor norteamericano en territorio iraquí lugar del cual salieron los proyectiles que asesinaron al teniente general Qassem Suleimani y sus compañeros.
Los misiles iranies golpearon en hangares, depósito de armas e instalaciones de inteligencia de dicha base generando la huida aterrorizada de aquellos efectivos militares estadounidenses acostumbrados a la impunidad. La base de Erbil ocupada por fuerzas de la coalición occidental ocupante también recibió misiles iraníes.
En aquellas fechas mi indignación, ante el ataque imperial y mi deseo ferviente que se diera una respuesta contundente sacaron a la luz una serie de escritos en homenaje al teniente general Qassem Suleimani (1). Para Bertolt Brecht, existen seres humanos buenos, mejores e imprescindibles. En esta última categoría hay que situar al general Qassem Suleimani. Un hombre “imprescindible”, que luchó toda su vida contra la maldad y para establecer la paz”. Sumo a esa idea, mi visión de Suleimani como un tipo de ser humano, que nos hace recordar aquella idea expresada por el comandante Ernesto Che Guevara respecto a que debíamos tener siempre presente recordar que “el eslabón más alto que puede alcanzar la especie humana es ser revolucionario”. En el caso del teniente general Qassem Suleimani su vida, su paso por este tránsito terreno, la actitud con que enfrentaba los retos de su sociedad, con todos los desafíos que ello involucra, fue el de un auténtico revolucionario.
El Heydar Suleimani es uno de esos seres humanos esenciales, que dedicó su vida a la defensa de su país y al internacionalismo solidario contra la agresión del imperialismo y el sionismo. El asesinato vil de Suleimani a manos de Washington, ha representado un punto de inflexión en la situación política militar de Asia Occidental, que traerá consigo, inevitablemente, el retiro de las tropas invasoras de la región y el comienzo del fin, del régimen sionista y wahabita. Una decisión del expresidente estadounidense Trump catalizada por el ente infanticida, que constituyó la peor jugada estratégica que haya podido ejecutar.
Con el martirio de Suleimani se impulsó la tarea de expulsar a las fuerzas estadounidenses y sus aliados de países como Irak y Siria, demostrando que la resistencia es el remedio contra el imperialismo, dejando, además, un legado enorme en todos los pueblos del mundo, especialmente en Asia occidental y América Latina. Un ejemplo de esta afirmación lo representa la acción decidida de la resistencia palestina con la operación militar Diluvio de Al Aqsa, que ha implicado la lucha de la resistencia libanesa y las fuerzas de Yemen en apoyo a la causa palestina. Asia occidental se moviliza, como también los pueblos a pesar de sus gobiernos, en apoyar decididamente los derechos de resistencia y autodeterminación del pueblo palestino.
El ataque aéreo terrorista ordenado por Trump y sus secuaces, fue calificado, unánimemente, como un acto de terrorismo internacional, que debe ser castigado. Más aún cuando las razones esgrimidas, para efectuar el lanzamiento de misiles estadounidenses en suelo iraquí, rayan lo miserable y patético. Recordemos que la acción criminal de Estados Unidos se hizo bajo el argumento espurio que “se ordenó matar a Qassem Suleimani para “disuadir futuros planes de agresión de Irán”.
En su informe al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, la relatora especial de las Naciones Unidas sobre Asesinatos Selectivos y Ejecuciones Extrajudiciales, Agnes Callamard señaló, en julio del año 2020, que Washington no había proporcionado evidencia, que comprobara que Suleimani estaba planeando un ataque inminente contra los intereses estadounidenses, particularmente en Irak. Intereses por lo demás bastante discutibles pues Estados Unidos era una potencia ocupante, invasora, agresora del pueblo iraquí, que comete un acto terrorista en un territorio extranjero.
La explicación estadounidense es inadmisible, desmentida absolutamente por Callamard, quien en su informe señaló que Washington actuó de manera ilegal al atacar a Suleimani y sus compañeros. El pretexto esgrimido por Estados Unidos, respecto a que fue en defensa propia es desmentido rotundamente, se trató de una ejecución extrajudicial. Esto avalado, al amparo del cuerpo legal internacional denominado Prevención de las ejecuciones extrajudiciales adoptada el 15 de diciembre de 1989 por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas bajo Resolución 44/162. La acusación de la ONU es clara: Estados Unidos cometió un crimen, que violó el derecho internacional y ello implica entonces que debe responder de este crimen y acudir a las instancias internacionales (2).
Me preguntaba, ese año 2020, ante lo que era el silencio cómplice de la Unión Europea, la ONU entre otros y la misma interrogante la hago este 2024 “¿Actuaría de la misma forma esta hipócrita “comunidad internacional” en el caso hipotético, que el Sr. Lloyd Austin, actual Jefe del Pentágono, bajo la administración de Joe Biden, aterrizara en el Aeropuerto de Ben Gurion, en "Tel Aviv", ubicado en los territorios ocupados de la Palestina histórica y recibiera una andanada de misiles lanzados por un par de drones de las fuerzas del Eje de la Resistencia, argumentando que se ejecuta tal acción para prevenir “posibles futuros atentados, contra ciudadanos de los países de Asia occidental sometidos a la acción criminal del imperialismo y el sionismo?. El asesinato en estos días en Beirut del Sheij Saleh al Arouri, alto jefe político militar de Hamas a manos de un dron israelí, nos hace conjeturar las mismas interrogantes. Resulta evidente que las naciones que se autodenominan democráticas y pontifican sobre los derechos humanos, la civilización, el derecho internacional y otras ideas, se han rendido frente a las amenazas y chantajes de Washington.
El asesinato del comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI), el teniente general Qassem Suleimani, en Bagdad, no detendrá en absoluto, la lucha por los ideales que el Heydar representaba: dignidad, lucha por la autodeterminación de los pueblos, entrega, estrategia militar del más alto nivel y sobre todo un sentido de amor por la humanidad expresada en el apoyo a los pueblos de Siria, El Líbano, Afganistán, Irak y el pueblo palestino, cuyas sociedades rindieron un sentido homenaje a su memoria y al compromiso de continuar su lucha y lo han seguido haciendo porque su ejemplo es imperecedero. Qassem Suleimani simboliza al tipo de ser humano cuya muerte física lo eleva a la categoría de héroe, de un shahid (un mártir) un hombre que pasa a integrar la galería de los imprescindibles. Un internacionalista de aquellos que quedan en la memoria de cientos de millones de personas.
Qassem Suleimani fue un estratega militar brillante pero también un diplomático, que entendía la importancia de las negociaciones, si ello genera estabilidad. Recordemos, por las propias declaraciones efectuadas por el premier iraquí interino en el momento del asesinato, Adil Abdul-Mahdi, signaron que el comandante de la Fuerza Quds se reuniría con el premier iraquí, el mismo día del atentado terrorista estadounidense. Dicha confesión fue dada por Adil Abdul-Mahdi durante la sesión parlamentaria, que definió la expulsión de las fuerzas extranjeras de suelo iraquí. Según explicó el político iraquí (3) “nuestro país estaba jugando un papel mediador entre Arabia Saudita e Irán para zanjar las tensiones bilaterales y el viernes 3 de enero tenía previsto mantener una reunión con el comandante persa para recibir una respuesta de Teherán a Riad”. Por tanto, fue un asesinato para torpedear cualquier salida política a la agresión que sufre Asia occidental, en diversos frentes.
El asesinato de Suleimani, de Saleh al Arouri, la agresión contra Yemen, las amenazas permanentes contra Hizbullah y la actual política de exterminio llevada a cabo por el régimen nacionalsionista israelí es evidencia de que Washington y "Tel Aviv" no tienen en su agenda la palabra negociar o paz, no están dispuestos a cesar sus intervenciones y crímenes y si para ello es necesario masacrar, violar el derecho internacional y cometer atentados en cualquier parte del mundo, lo harán porque para estos genocidas, no existen límites morales. Las leyes internacionales califican el asesinato contra representantes oficiales de los gobiernos como terrorismo de Estado. Y es la forma de actuar de Washington y los suyos. Conducta que hace mucho tiempo los pueblos del mundo la saben, respecto a desconfiar del lobo cuidando ovejas, un supuesto garante de democracia que ha instalado dictaduras por doquier.
Los crímenes cometidos por el imperio y sus socios no quedarán, ni deben quedar sin castigo y bien sabe esta nación hegemónica, que un país con la capacidad de Irán concretará ese castigo en forma estratégica, con firmeza, definido por el propio Irán como una venganza contra objetivos militares, tanto del propio Estados Unidos como de sus aliados sionistas y wahabitas. Irán es un país paciente que no olvida y más temprano que tarde, los asesinos del teniente general Qassem Suleimani pagarán sus crímenes, el camino legal es uno, pero la legítima defensa que sea dirigida a las fuerzas militares que ejecutaron el asesinato de Suleimani y Abu Madhi al Muhandis es una alternativa necesaria y justa. Llegado el momento, la combinación de la vía legal y el necesario derecho a la justicia serán una realidad.
El asesinato del comandante Qassem Suleimani también generó, en ese enero del año 2020, reacciones del líder del movimiento de Resistencia islámica de Líbano, Sayyed Hassan Nasrallah quien señaló “el ignorante Trump y los idiotas que le rodean no se dan cuenta de lo que han hecho. El tiempo se lo dirá. Cuando los ataúdes de los militares estadounidenses comiencen a regresar a Estados Unidos, la Administración Trump se dará cuenta de que ha perdido verdaderamente la región, y que perderán también las elecciones”.
Las palabras de Nasrallah se dieron exactamente como se emitieron dando cuenta también que la responsabilidad de vengar la sangre derramada del célebre comandante iraní cae no solo sobre Irán, sino sobre todos sus aliados” decisión que moviliza al Eje de la Resistencia desde la frontera occidental de Irán hasta las costas del mar mediterráneo. Millones de hombres y mujeres decididos a vengar al Shahid Suleimani. La respuesta a una acción militar es una acción militar y la República Islámica de Irán honrará esta máxima como también el resto del frente de la resistencia.
El asesinato de Suleimani es un punto de inflexión, un ejemplo al mundo, en la lucha de los pueblos contra la hegemonía. Esta tragedia reviste una importancia fundamental, no sólo para Asia occidental, sino también para el resto de los continentes, en particular para América Latina, porque se conjugan en este asesinato una serie de elementos de la lucha de los pueblos contra la hegemonía (4) el imperialismo, el sionismo, contra aquellos que quieren hacer del mundo su campo de operaciones políticas financieras, militares, de sometimiento, de colonización.
El dolor por la partida de un hombre como Suleimani sacude nuestros corazones y que por ello no es casual que los iraníes y otros pueblos del mundo rindan homenajes multitudinarios al general iraní, que es ya un personaje histórico que va a tener una importancia fundamental en el devenir de los acontecimientos de la región y del mundo. Qassem Suleimani es recuerdo de la sangre prodigada por millones de seres humanos que luchan por un mundo más justo, que entregan su vida por una causa solidaria, que no importa tener como norte la muerte si ese martirio conduce a un futuro mejor.
En enero de ese año 2020 consigné en el portal segundopaso.es (5) que bajo la figura de Qassem Suleimani, este Heydar inmortal se nos presenta más fortalecido que nunca. ¡¡Como un homenaje constante los versos que claman !!Heydar, Heydar !!!! en una recitación hermosa (6) el nombre de Qassem Suleimani se presenta de estampida. Un canto en homenaje a este mártir. Un canto de dolor y guerra contra el Gran Shaytan y sus acólitos. No hay rendición posible incluso se usarán los ababils si es necesario. Con la espada de Ali Heydar Karrar la victoria contra sionistas y wahabitas será una realidad, pues bien saben que la era de los opresores terminará y pronto se escribirá Heydar karrar en la bandera de los sionistas y sauditas.
A cuatro años de la desaparición física de Qassem Suleimani comprobamos ciertamente que la muerte no es verdad si se ha cumplido bien la obra de la vida. La sangre derramada por Suleimani y Abu Mahdi al Muhandis ha propiciado el terreno para la lucha valiente de los combatientes de la Resistencia. Los enemigos del islam tienen que saber, que cuando grandes hombres, como el teniente general Qassem Suleimani y Al Muhandis caen mártires, otros como estos héroes se levantarán y se pondrán en la primera línea de la lucha contra la injusticia.
Notas:
1. https://segundopaso.es/news/1269/Honor-y-Gloria-al-Heydar
2.-https://parstoday.com/es/news/world-i76175 relatora_de_onu_asesinato_de_Suleimani_viola_norma_internacional
3. https://www.hispantv.com/noticias/irak/446201/abdul-mahdi-reunion-Suleimani-iran
4. https://www.hispantv.com/noticias/politica/446150/lucha-arrogancia-Suleimani
5. https://segundopaso.es/news/1269/Honor-y-Gloria-al-Heydar
6. Recitación del poema Heydar, Heydar “Terror, hipocresía y corrupción se unen contra nosotros, Los arrogantes se preparan para una guerra mundial contra nosotros” “Podemos oír las satánicas voces de los imperialistas judíos, Saliendo de las gargantas de los saudíes, Takfiries, wahabies, son los mismos que aquellos, Todos son artilugios del Gran Shaytan” “Pero aún todo podemos sentir el Espíritu de Allah, Por eso nuestro enemigo no puede dormir bien, Pronto escucharán a los Huseyni, Al Espíritu de la Resistencia y al legado de Jomeini, Vuestra tranquilidad sera perturbada, Luego del despertar Islámico independiente, No nos amenacen con guerras, Nuestras espadas les responderán en la batallas, Borramos la palabra “rendición” de nuestra lógica, Estamos listos para confrontar, sea en Levante, Yemen o Irak” “Nuestros ababiles están listos para destruir a los opresores, Y nuestros misiles apuntan a "Tel Aviv", Pronto escucharemos en la Meca la voz del Imam Mahdi” “La era de los opresores terminará, La bandera de los Shia se izará, Y quien ame a Ali será nuestro compatriota, Pronto escribiremos: Ya Heydar Karrar!, En la bandera de los saudíes, ¡HEYDAR, HEYDAR!”