Crónicas desde Palestina: El mito del desierto para justificar el saqueo, Mekorot, el apartheid del agua (Parte II)
Los activistas a favor de la causa palestina y miembros de la Radio Popular Che Guevara, Sol Morell y Lisandro Brusco, recorrieron la ocupada tierra de los olivos entre el 16 de enero y el 17 de febrero pasado, y narraron sus vivencias en crónicas de viaje que Al Mayadeen Español reproducirá en tres partes.
La apropiación del agua es otro punto de suma importancia para analizar los detalles de la deshumanizante ocupación sionista.
Durante las primeras dos décadas de la ocupación, “Israel” también se apropió de los recursos hídricos de los territorios ocupados.
El 80 por ciento de los acuíferos de montaña, los reservorios más grandes de las regiones, están ubicados en Cisjordania, y el restante 20 por ciento en lo que se denomina “Israel”.
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En agosto del 67 “Israel” transfirió todo el poder de decisión sobre el agua en Cisjordania a las autoridades militares, y dio un paso similar en la Franja de Gaza en diciembre del 74.
El efecto más importante de esta transferencia de poder fue una estricta restricción sobre la perforación de nuevos pozos para cubrir las necesidades de los habitantes palestinos, junto con la apropiación del agua para satisfacer las necesidades de la ciudadanía israelí.
Rodeado de asentamientos, en el corazón de la Cisjordania ocupada, se encuentra uno de los acuíferos más importantes de la región. Lugar de imposible acceso para los palestinos e internacionales solidarios con el pueblo nativo.
Con mucho cuidado pudimos burlar el celoso control de la ocupación y acceder al no tan pequeño paraíso llamado “Einot Petza’el”.
Impuesto por la ocupación, el nombre remite al asentamiento más cercano: Petza’el y “Einot” traducido del hebreo al español significa “ojos de agua” (expresión que se puede usar para los manantiales de agua).
El pueblo palestino originario de la zona se llamaba Fasayil, que fue destruido parcialmente en 1967. En la actualidad, dado que Fasayil se encuentra en la zona C de la Ribera Occidental, el régimen colonial israelí tiene pleno control sobre la aldea, y la concesión de permisos de construcción está autorizada por ellos.
Petza’el, inicialmente llamado Ma’ale Ephraim, se estableció como un campamento militar. Después del 7 de diciembre de 1970, fue habitado por colonos y convertido en un asentamiento agrícola destinado a garantizar el proceso de limpieza étnica de la población palestina. En 1975 el nombre se cambió oficialmente a “Petza’el”.
Los asentamientos israelíes siguen siendo, en la práctica y en términos simbólicos, una característica definitoria de la ocupación genocida israelí de Cisjordania en particular y Palestina en general.
Hoy en día, el asentamiento es conocido por producir dátiles, frutas y verduras de la más alta calidad, los cuales, en su mayoría, se venden a los países de la Unión Europea. “Petza’el” controla el 25 por ciento de la producción total de dátiles de los asentamientos en el Valle del Jordán.
La fertilidad de la tierra y la existencia de varios manantiales de agua fue uno de los motivos para la construcción del asentamiento y, también, la instalación de la compañía de agua israelí Mekorot. Entre lo que pudimos observar y registrar, encontramos instalaciones de la empresa con bombas de agua, grandes tanques almacenadores y tuberías maestras usadas para la extracción del recurso.
Recordemos que, en la actualidad el régimen colonial israelí desvía anualmente unos 500 millones de metros cúbicos de agua palestina desde la base acuífera del este de Cisjordania. Mientras la población palestina solamente está autorizada a consumir un total de 218 metros cúbicos anuales per cápita, los colonos consumen dos mil 500.
Dicho consumo es tres veces más caro para los palestinos que para los colonos. Alrededor del 25 por ciento de la población palestina carece de conexión a los sistemas de distribución de agua para consumo doméstico. Un colono israelí tiene hoy acceso en promedio a 300 litros de agua por día, mientras que un palestino/a en Cisjordania tiene a su disposición 73 litros o incluso menos en comunidades rurales.
Cabe señalar, que, según la Organización Mundial de la Salud, una persona necesita un mínimo de 100 litros de agua por día para cumplir estándares mínimos de salud y sanidad.
La apropiación del agua palestina a través de la empresa Mekorot no es más que otro ejemplo del régimen colonial israelí por saquear los recursos de los territorios palestinos ocupados y profundizar el plan genocida sobre la población nativa palestina.
Continuará…