Brasil: por fin Lula y Trump se encuentran
Aproximadamente 39 segundos duró el encuentro entre ambos mandatarios en la ONU. Ahora se espera que finalmente, mantenga una entrevista personal en un tercer país.
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Brasil: por fin Lula y Trump se encuentran
El primer encuentro entre Donald Trump y Lula da Silva desde que el norteamericano inició su segundo mandato presidencial, el pasado 25 de enero, fue corto: duró exactos 39 segundos y ocurrió el martes 23 de septiembre. Lula, como presidente brasileño y siguiendo la tradición desde la primera Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en 1945, fue encargado del discurso de apertura.
Ha sido, a propósito, un discurso duro, con claras críticas a medidas adoptadas precisamente por el gobierno de Trump contra Brasil y defendiendo políticas de preservación ambiental que son exactamente lo contrario de lo que defiende Washington.
El segundo discurso, acorde a la misma tradición, vino del norteamericano.
Luego del encuentro de 39 segundos, pairó en el aire la expectativa sobre cómo y cuándo se dará propiamente una conversa entre los dos.
Llamó la atención el comentario de Trump, declarando que hubo “buena química” con Lula da Silva y anunciando que “luego, quizá la semana que viene”, habrá un encuentro personal.
Hay, claro, desde hace algún tiempo negociaciones entre diplomáticos de ambos países. Pero también empresarios con negocios especialmente pesados en el comercio bilateral participaron y siguen participando, en los bastidores, para intentar un pronto diálogo directo entre Lula y Trump.
La principal expectativa es que el encuentro ocurra en un tercer país, o sea, ni Brasil ni Estados Unidos.
También se descarta, al menos por ahora, que esa conversa sea por video o teléfono.
El entorno de Lula insiste en un encuentro personal. Ya otros colaboradores temen que el brasileño sea afrontado y humillado como ocurrió con el mandatario ucranio, Volodymyr Zelensky.
Los que defienden un encuentro personal argumentan que Lula da Silva contestaría en el mismo tono y jamás se dejaría humillar.
La expectativa, en todo caso, es exactamente al revés, es decir, que sea un encuentro cordial o mínimamente civilizado.
Desde que el pasado julio Trump anunció una serie de duras medidas contra el comercio bilateral, argumentando que el gobierno brasileño promueve una “caza a las brujas” contra el desequilibrado ultraderechista que antecedió a Lula, Jair Bolsonaro, representantes brasileños, de diplomáticos a empresarios, trabajan arduamente buscando establecer un canal de comunicación entre Washington y Brasilia.
Ahora parece que lograron algo, y algo significativo.
Las palabras de Trump, luego de su fugaz –vale reiterar: 39 segundos– encuentro con Lula, indican que la “buena química” quizá resulte en medidas positivas para las relaciones entre los dos países.
Al menos es lo que se espera en Brasil, siempre con cuidado.