¿Por qué la derecha brasileña está en crisis?
La derecha brasileña tuvo un pasado con cierto peso, ahora tiene un presente contradictorio y un futuro incierto, y no logran ponerse de acuerdo.
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¿Por qué la derecha brasileña está en crisis?
La probable reelección de Lula refleja, entre otras cosas, la actual crisis de la derecha brasileña. Hasta hace poco, parecía compartir el apoyo de la población brasileña con la izquierda. Hoy, en cambio, lucha incluso por tener un candidato que pueda competir con Lula con cierto respaldo electoral.
¿Por qué este marcado declive de la derecha y la extrema derecha, si cuenta con el apoyo de los principales medios de comunicación, el apoyo internacional y la aún vigente fuerza del modelo neoliberal y su ideología de mercantilización del mundo?
En primer lugar, porque, a pesar de todo esto, la derecha brasileña no tiene nada que ofrecer, nada que proponer a los brasileños. ¿Qué futuro, qué perspectiva, qué alternativa al gobierno de izquierda que tanto critica? ¿Qué tiene para decir, incluso sobre temas de su preferencia, como la violencia, que no sea la masacre que produjo más de 100 muertes promovida por el gobernador de San Pablo?
Además la derecha brasileña se sumó al apoyo a los aranceles de Donald Trump, que, a su juicio, provocarían la caída del gobierno de Lula. La derecha, según esa lógica, se posicionaría como representante legítima del gobierno estadounidense. Ese tiro les salió por la culata, haciéndolos parecer traidores a la patria y otorgándole a Lula el papel de defensor de la soberanía nacional, atacada por el gobierno estadounidense.
Pero, más allá de todo esto, existe el bolsonarismo, un lastre que ata a todos los sectores de la derecha brasileña, completamente bolsonarista, por los pies y el corazón. No logran resolver el dilema de intentar heredar el apoyo que aún conserva el bolsonarismo y, al mismo tiempo, distanciarse de él en algunos de sus aspectos más extravagantes. Ni siquiera consiguen unificar a la derecha bajo un solo liderazgo.
Su candidato más probable, Tarciso Freitas, está indeciso entre lanzarse a la presidencia, enfrentando una probable derrota dada la sólida posición de Lula, o buscar la reelección en San Pablo para evitar convertirse en un político sin cargo oficial. Incluso ahora probablemente tendrá que competir con Geraldo Alckmin, quien puede ser el candidato elegido por Lula en San Pablo.
La posible reelección de Lula para un cuarto mandato está llevando a la derecha a centrarse más en las elecciones parlamentarias, intentando mantener el control de la Cámara de Diputados y una fuerte presencia en el Senado. Esta es una forma de repetir la estrategia actual de obstaculizar al gobierno de Lula tanto como sea posible.
Pero incluso esta perspectiva no está garantizada. Esto se debe a la actual desmoralización del Congreso y sus líderes, lo que dificulta replicar la presencia actual de la derecha en su seno. Incluso sectores del llamado Centrão, con el oportunismo que los caracteriza, se acercan al gobierno de Lula, sabiendo que tendrán que afrontar al menos un mandato más del actual presidente.
Así, si bien la derecha brasileña tuvo un pasado con cierto peso, ahora tiene un presente contradictorio y un futuro incierto, lo que facilita la hegemonía política de la izquierda, representada por Lula y el PT.
Al Mayadeen Español