La crueldad de las políticas de Trump contra los pobres
La Administración del presidente Donald Trump anunció el 23 de julio nuevas reglas que cortarían la asistencia alimentaria a más de tres millones de personas en Estados Unidos favorecidas antes por otros gobiernos, incluso y en menor medida, republicanos.

El actual gobierno fue más allá de decisiones adoptadas por anteriores republicanos, incluido el de Ronald Reagan, quien cuando atacó los programas contra la pobreza, afirmó que limitaba la asistencia a los más pobres entre los pobres e insistió en que estaba protegiendo una "red de seguridad" para los "verdaderamente necesitados".
Lo único que unifica sus políticas con el actual gobierno sobre la pobreza es la crueldad, señaló en un comentario en el diario The New York Times, David A. Super, un experto en derecho en la Universidad de Georgetown, donde estudia política de bienestar social. Los ahorros que se obtienen más bien ayudan a recortar los impuestos de los ricos.
El plan de la administración está encaminado a afectar a los más pobres en beneficio de sectores más pudientes de la sociedad y según expertos afectará a una fracción desproporcionadamente grande de estas personas miembros de familias trabajadoras con salarios bajos.
Tanto Reagan como otros gobernantes enfatizaron en delegar el control sobre la política antipobreza a los estados, que, según ellos, estaban más cerca de los pobres y tomarían decisiones más sabias.

Ahora Trump, como autoproclamado “manda más” y “sabelotodo” lleva esas decisiones a nivel federal, pues su gobierno busca como pagar los enormes e inasequibles recortes de impuestos a los ingresos de los que más ganan...
En esa línea , el mandatario hizo aprobar un recorte de impuestos de 2 billones de dólares en diciembre de 2017, el cual benefició a individuos y accionistas corporativos extremadamente acaudalados, muchos de ellos extranjeros.
La acción del presidente deja sin ayuda a unos 3.1 millones de personas beneficiaria del apoyo de cupones de alimentos y eliminaría el registro automático de familias pobres en el programa.
Esta iniciativa trata de eludir al Congreso después que los legisladores no llegaran a un acuerdo sobre este asunto en la ley de Agricultura de 2018.
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Actualmente 43 estados de la nación permiten que las familias que reúnen los requisitos para entrar en el programa federal de Asistencia Temporal a Familias Necesitadas (TANF, por su sigla en inglés), reciban automáticamente los beneficios de cupones de alimentos del Programa Suplementario de Asistencia Nutritiva (o SNAP) del Departamento de Agricultura.
Ahora los estados tienen flexibilidad en la decisión de suspender o continuar con la distribución de los beneficios una vez que el ingreso bruto de una familia excede ciertos niveles y recurren a una reducción gradual de la asistencia.
Las medidas afectan, entre otros, a unos 265 mil niños en todo el país que reciben ayuda alimentaria, pero bajo la propuesta de Trump deberán hacer una solicitud individual para seguir recibiéndolas.
Según estadística recientes hay unos 36 millones de personas en Estados Unidos que reciben cupones de alimentos, comparado con 44 millones de beneficiarios un año antes.
Cifras del Departamento de Agricultura aseguran que el 49 por ciento de los hogares participantes tienen niños menores de 17 años, y el 55 por ciento de esos hogares lo encabeza una madre o un padre solos.
De eso, el 15 por ciento de todos los hogares incluyen a ancianos, mientras el 37 por ciento son blancos, el 22 por ciento son negros, el 10 por ciento son hispanos y el 4 por ciento indígenas norteamericanos.
La cruel política gubernamental propuesta permitirá ahorros de unos 2,500 millones de dólares pero, si entra en vigor, probablemente será objeto de querellas judiciales antes de que pueda aplicarse.
Un comentario del diario californiano La Opinión asegura que Trump cada vez encuentra una nueva manera de reducir los gastos federales a costas de la población más vulnerable, mientras que derrocha a mano llena en subsidios y regalías al sector privado.
Asegura el rotativo, que lo indignante es que mientras que el Departamento de Agricultura quiere ahorrar un par de miles de millones de dólares de esta manera, otorga 16 mil millones de dólares a cerca de 3.4 millones de agricultores perjudicados por la guerra comercial contra China iniciada por la Casa Blanca.
Ahí está parte de la jugada del gobierno, pues no es casualidad que la mayoría de esos agricultores sean blancos que viven en estados imprescindibles para la reelección, según comentan analistas.