Nicaragua: 40 años defendiendo la dignidad y la soberanía
Los nicaragüenses llegan al 40 aniversario de la Revolución Sandinista este 19 de julio dispuestos a no ceder terreno ante los planes de sectores internos aupados por Estados Unidos para destruir las conquistas logradas en estos años.

Este 19 de julio decenas de miles de nicaragüenses se reunirán en Managua para celebrar los 40 años desde el derrocamiento de la dictadura de 43 años del clan Somoza por una amplia coalición de fuerzas liderada por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Inspirada por la Revolución de Cuba veinte años antes, la victoria erosionó el dominio de los Estados Unidos sobre la región y realizó el sueño del héroe nicaragüense, Augusto César Sandino, un símbolo de resistencia a la dominación de los estadounidenses.
Bajo la dirección del Frente Sandinista para la Liberación Nacional (FSLN), el proceso nicaragüense fue un faro y continuidad del ejemplo de la Revolución Cubana para mostrar que un mundo mejor es posible.
Liderado por el presidente Daniel Ortega, el gobierno popular impulsó y logró profundas transformaciones políticas, sociales y económicas pese a los sistemáticos ataques de Washington.
Muchos recuerdan hoy las políticas de Washington al alegar que el gobierno sandinista "constituían una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad y la política exterior de los EE. UU.”, esgrimidas por el entonces presidente Ronald Reagan en 1985.
Su Administración se propuso destruir a la Revolución Sandinista desatando todo menos una invasión directa y movilizó a la contrarrevolución interna para esos fines.
El mundo fue testigo entonces del bloqueo, del minado de puertos y del escándalo Irán-contras, mediante el cual la Casa Blanca financió la agresión y su apuesta por destruir el proceso revolucionario.
Al igual que en la década de 1980, Nicaragua se encuentra nuevamente atrapada en las corrientes cruzadas de un mundo polarizado.

Los herederos de Augusto Cesar Sandino llegan a 40 años de Revolución en un momento en que un presidente y una administración beligerante e inestable de Estados Unidos tratan infructuosamente de descarrilar las transformaciones populares.
Según historiadores y analistas políticos no se puede contar la historia universal del siglo XX sin hablar de Nicaragua y lo que significó el triunfo de la revolución sandinista para el movimiento revolucionario internacional en una época en que el socialismo parecía que iba en franco declive.
Al arribar a esta fecha, la vicepresidenta del país, Rosario Murillo, sostiene que el país avanza en momentos de reconstrucción, donde solo la coexistencia pacífica puede lograr que sean superadas las diferencias del pasado, y que sanen las heridas provocadas por la violencia y el odio.
El intento de golpe de estado de abril de 2018 es una muestra de la persistencia de Washington para derrotar la revolución popular.
Las armas utilizadas, las noticias falsa y la entrada al país de elementos terroristas provenientes de sectores delincuenciales de Centroamérica, en especial de El Salvador y Honduras, enfrentaron la firme voluntad del gobierno de Ortega de seguir construyendo una Nicaragua sin excluidos.

Aquí reina el amor, aquí reina la paz, aquí reina la seguridad de las familias nicaragüenses, esa seguridad indispensable para el trabajo para la prosperidad que todos queremos, que todos merecemos', dijo recientemente Murillo al valorar la situación en el país.
Esa seguridad, comentó, indispensable e impostergable 'porque es con seguridad que hemos venido restaurando y recuperando los buenos rumbos, los buenos ritmos que trae, que traía la patria buena, la patria fraternal, la patria unida, la patria siempre libre, la patria de todos, que Viva Nuestra Nicaragua Libre', enfatizó la vicemandataria.
Murillo reiteró que con el triunfo del FSLN el 19 de julio de 1979 no solo se derrotó a una dictadura, sino que se conquistó 'la libertad, la democracia, y la dignidad para el pueblo nicaragüense'.

Los nicaragüenses celebran hoy que hace 40 años se inició una nueva era, en una de las naciones más pobres del continente. El gobierno colectivo del FSLN puso en marcha una serie de reformas, especialmente en salud y educación, que fueron en directo beneficio del campesinado y las clases más empobrecidas.
En este proceso de transformaciones hay que mencionar el apoyo a la Revolución Sandinista de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de nuestra América (ALBA-TCP). La solidaridad de Venezuela con su política petrolera aupó las inversiones en el sector social, en la política de viviendas o techos para todos, la educación y la atención de salud con la colaboración y solidaridad de Cuba.
Según la intelectual argentina, Estella Calloni, Nicaragua “necesita paz para que todo ese pueblo que tanto sufrió a través de los años y de los siglos, pueda recuperar su país, su patria, su vida y su esperanza, y sobre todo su futuro, porque creo que eso es posible”.