Milicias populares, un escudo defensivo
Después del primer golpe de estado el 23 de enero, el presidente Nicolas Maduro anunció el aumento a 50 mil Unidades Populares de Defensa Integral (UPDI) en todos los vecindarios, pueblos, ciudades y pequeñas aldeas como complemento a la acción de defensa general. La visión de Hugo Chávez y el ejército se evidenció durante la amenaza de agresión militar de Washington contra Venezuela.

Está claro que los países y grupos que se oponen a los Estados Unidos necesitan milicias populares junto con los ejércitos clásicos para reprimir los intentos de dominación, ocupación y desestabilización.
La experiencia de cooperación de las Fuerzas de Defensa Popular con el ejército oficial tuvo éxito en Irán (Basij), Líbano (Hizbullah), Irak (Fuerzas de Movilización Popular), Siria (Defensa Nacional) y Yemen (Ansar Allah). Si Venezuela sobrevive a cualquier golpe, guerra civil o intervención extranjera, una de las razones de tal hecho es la existencia de las "Unidades Populares Bolivarianas" conocidas como las "Fuerzas de Defensa Popular".
Después del primer golpe de estado el 23 de enero, el presidente Nicolas Maduro anunció el aumento a 50 mil Unidades Populares de Defensa Integral (UPDI) en todos los vecindarios, pueblos, ciudades y pequeñas aldeas como complemento a la acción de defensa general. La visión de Hugo Chávez y el ejército se evidenció durante la amenaza de agresión militar de Washington contra Venezuela.
El presidente Maduro anunció que las Fuerzas de Defensa Popular del país se convertirían en parte de las fuerzas armadas venezolanas. Destacó que está tratando de aumentar el número de elementos de las Fuerzas de Defensa Popular para llegar a tres millones en diciembre próximo, con la creación de 50 mil unidades de defensa integradas, señalando que el número actual de estas fuerzas llegó a dos millones 100 mil personas.
La idea de las unidades populares de carácter militar y de seguridad se debe al fallecido líder venezolano Hugo Chávez, que las estableció en 2007 como vínculo entre el ejército y el pueblo, y para apoyar a la Guardia Nacional y las fuerzas aéreas y navales.
Pero estas fuerzas no tuvieron un estatus constitucional y legislativo, hasta que Maduro afirmó, durante su discurso del 13 de abril (el Día de las Fuerzas Armadas Bolivarianas y el regreso de Chávez al poder en 2002 después del intento de golpe de Estado) que “nuestro líder Chávez estaba soñando con fuerzas de defensa popular fuertes y grandes, tendrían un estatus constitucional bajo el cual serían parte de las fuerzas armadas del país, y que se convierten en las quinta fuerza armada de las fuerzas armadas bolivarianas. Chávez pudo haber sabido que su país estaría bajo presión interna y externa”.
Más adelante planteó que las tareas de las Fuerzas Populares se radican en eliminar cualquier amenaza de interferencia externa o rebelión interna. El escritor e investigador canadiense en asuntos latinoamericanos, Arnold August, señala que las "Unidades del Pueblo Bolivariano" pudieron llenar los vacíos en las fuerzas de seguridad, especialmente cuando "Estados Unidos reclutó a muchos agentes e intentó penetrar en las clases sociales para incitar al gobierno de Maduro y difundir rumores y provocar conflictos internos".
August agrega que " Washington apostó a una deserción en el ejército y a la compra de lealtades de figuras estatales, comerciantes y tribus, pero los órganos del Estado fueron capaces de desmantelar el plan estadounidense y explicarlo al público con evidencias y mediante un discurso racional". De hecho, el el líder opositor Juan Guaidó reveló que "la oposición negocia en secreto con el ejército y otros funcionarios para aislar a Maduro".
Guaidó le dijo en enero pasado al diario norteamericano The Washington Post que estaban en “conversaciones con funcionarios, civiles y militares.. Este es un tema extremadamente sensible y se refiere a la seguridad personal, por lo que estas negociaciones se llevaron a cabo en secreto y de confidencialidad completa”.
Entre las primeras prioridades del asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Bolton, era alterar el equilibrio de poder en Venezuela a través de un golpe militar contra el presidente elegido. August añade que "cuando el golpe fracasó la inteligencia de Estados Unidos trató en la división del país entre afín y opisitor, fragmentar el ejército y arrastrar al país a una guerra civil, pero las unidades de defensa popular "impidieron que el país se deslice hacia una guerra civil a traves de proteger a través las sedes estatales y prestar ayuda para reforzar la cohesión del gobierno y del ejército".
El ejército, que está formado por 515 mil combatientes goza de un estatus nacional y legislativo en Venezuela y todos los jóvenes de 18 años deben servir en el ejército. El ejército tiene un gran legado en la conciencia popular, especialmente por ser la base de la liberación del colonialismo español y portugués de América Latina, liderado por Simón Bolívar. Por lo tanto, es la única parte capaz de cambiar el rumbo en cada encrucijada interna, y esto es lo que sucedió en los golpes de 1945, 1948 y 1958, y los intentos del golpe de 1992 y 2002. En el último golpe, el ejército se alió completamente con Maduro.
El ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino, fue claro cuando anunció que el ejército en su país "está con el legítimo presidente Nicolás Maduro". "Nosotros, los soldados de la patria, no aceptamos a un presidente que esté implicado en la sombra de intereses misteriosos, y el ejército defiende nuestra constitución y garantiza la soberanía nacional", dijo en un tweet. Padrino en una conferencia de prensa atcaó a Guaidó y dijo: "El anuncio del presidente del parlamento Juan Guaidó como presidente interino es un golpe de estado". Por lo tanto, August señala que "La lealtad de los militares a Maduro fue un golpe para la administración del presidente Donald Trump".
Proteger al pueblo por el pueblo El artículo 326 de la Constitución de Venezuela establece que "la seguridad de la nación se basa en la responsabilidad conjunta del Estado y la sociedad civil". Los civiles y los militares reaccionaron ante cualquier amenaza estadounidense. Si Estados Unidos se atreviera a intervenir militarmente en Venezuela, enfrentaría resistencia civil-militar, tal y como confirma August, que ha visitado Venezuela más de una vez.
Además de la importancia militar de las unidades populares, la importancia política de estas unidades ha sido y sigue siendo de suma importancia. "Uno de los principales objetivos de los Estados Unidos y sus aliados en el grupo de Lima es la moral de las fuerzas armadas y amenazarkas", dijo August, "en este contexto, las fuerzas y unidades oficiales armadas brindan más confianza y fortalecen la moral de las tropas y la mayoría de la sociedad".
August dice que las Unidades Populares Bolivarianas se parecen al Basij Iraní, y confirma que Teherán ha transferido la experiencia de Basij a más de un país, una de las cinco fuerzas del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria, compuesta por paramilitares voluntarios semimilitares y establecida por orden del líder de la Revolución iraní, el ayatolá Ruhollah Jomeini, en 1979.
Fue una institución independiente desde su creación hasta el 17 de febrero de 1981, cuando el parlamento iraní decidió integrarla en la estructura organizativa de la Guardia Revolucionaria. Hoy en día, está compuesto por jóvenes voluntarios iraníes y sirve como una fuerza auxiliar involucrada en actividades tales como seguridad interna, servicios sociales y, por supuesto, defensivas en el caso de una agresión externa.
Así, las Unidades del Pueblo venezolano se convertirán en una estructura formal dentro de las instituciones del Estado. "La revolución iraní fue popular y no fue una transición de la dictadura del Shah por-Estados Unidos a otra forma de orden político económico", dice August . "Fue cabio radical y se convertió en un nuevo estado, por lo que fue necesario involucrar al pueblo en la protección de su revolución". Tal revolución siempre conlleva el armamento de civiles para defender lo que ellos mismos han hecho. Es una característica común que va más allá de los continentes y el tiempo.
"En Venezuela, Maduro, con la tradición de la unión civil-militar desarrollada por Chávez, pasó al siguiente nivel de entrenamiento militar y movilización política e ideológica de los civiles, para proteger a la gente y transformar la batalla con Washington en fortificación interna mediante la prevención de la guerra civil y la confrontación de una resistencia es popular y no solo clásica.