Batalla de Al Hodeida: un fracaso mayúsculo para MBS
El pasado 13 de junio, La coalición Saudi-emirati iniciaba una ofensiva de gran envergadura en aras de tomar el puerto de Al Hodeida. Esta ciudad portuaria es considerada como la principal puerta de entrada para el abastecimiento de la población yemenita y, según las autoridades saudíes, sería también, el punto de ingreso de la ayuda militar iraní para las fuerzas hutis, lo que Teherán niega tajantemente.

Riad y Abu Dabi no escatimaron esfuerzo a la hora de presentar la toma del puerto estratégico de Al Hodeida, como la batalla definitiva de un conflicto que entra en su cuarto año y ha consumido una enorme cantidad de recursos saudíes, como también, gran parte de la credibilidad de Mohamed Bin Salman (MBS) y de sus aliados. Los medios de comunicación saudíes y sus pares occidentales, han anunciado en varias oportunidades que las tropas de la coalición habían entrado en la ciudad y tomado el aeropuerto con el claro objetivo de causar pánico en la población de la ciudad por un lado y convencer al mundo de que la campaña era todo un éxito.
Sin embargo, este jueves 15 de noviembre, la coalición anunciaba la suspensión de la Operación apodada “Victoria Dorada”, debido al trabajo diplomático desarrollado por las Naciones Unidas y el canciller británico, James Hunt según The Guardian, y a la “presión occidental” ante una hambruna que afectaría a 13 millones de yemenitas según Reuters y Haaretz.
No cabe duda que el estruendo mediático generado por el caso Khajoggi ha obligado a los gobiernos occidentales a tomar posiciones mas duras en contra de Riad.
Lo cierto es que las ofensivas terrestres, la campaña área incluyendo a bombardeos sobre civiles, el bloqueo de la ciudad, la hambruna y la guerra psicológica no han podido romper la resistencia de los defensores de la ciudad portuaria. Los Huties y las fuerzas patriotas han demostrado con creces su capacidad a resistir ante un enemigo muy superior en lo material y en lo tecnológico.
La operación “Victoria Dorada” ha sido una nueva derrota para Riad, Abu Dabi, pero también para Washington cuyos militares han sido esenciales en la planificación de las operaciones militares de la coalición.
Mucho se ha escrito sobre la debilidad de las tropas saudíes y la falta de compromiso de algunos de los aliados como los sudaneses o egipcios, de las divisiones y antagonismo entre las diversas facciones yemenitas financiadas por los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, o de las divergencias entre Riad y Abu Dabi en cuanto a objetivos estratégicos. Pero el valor de la resistencia Huti debe ser reconocida sin tapujos. Por otro lado, esta nueva derrota agudiza la crisis de legitimidad de MBS, refuerza su aislamiento como también, pone en evidencia, una vez más, la decadencia del poderío militar usamericano.
El reciente llamado de las Naciones Unidas para un diálogo entre saudíes y huties en Suecia al final de este mes de noviembre, con el objetivo de llegar a una solución política del conflicto en Yemen simboliza el fracaso de Arabia Saudita en su campana yemenita, y una derrota personal de MBS.