Fuente: Especial y Exclusivo de Al Mayadeen TV Español
6 Marzo 2017 20:01
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Israel vuelve a interesarse en restaurar sus relaciones con los países más destacados de América Latina tales como Cuba y Venezuela. Esto no es por pura casualidad, sino que constituye una continuación del proceso de la restauración conservadora y derechista en América Latina. Los gobiernos izquierdistas y bolivarianos han perdido espacio con relación a fuerzas apoyadas por Washington. En medio de todo esto, todo parece indicar que el eje de la Resistencia no ha invertido de manera exitosa los largos años de buenas relaciones arabo-latinoamericanas.
El eje de la Resistencia y América Latina... ¿Una oportunidad perdida?
Luego de entrar a África
y de la clara retirada de la India de la lista de países que apoyan a las
Causas Árabes, Israel arremete su campaña para restaurar sus relaciones con los
países latinoamericanos. Este objetivo sobrepasa la dimensión diplomática, y la
historia es el mejor testigo de ello.
Desde La Nakba
Palestina en 1948, la institución militar y de seguridad israelí venía apoyando
a los gobiernos latinoamericanos derechistas, lo que hacía que Israel recibiera
el apoyo de esos países en los foros internacionales. Durante la guerra fría,
Israel apoyó con sus experiencias militares y armas a Guatemala, el Salvador y
Colombia. En los años 80, Ariel Sharon, el entonces ministro de seguridad de
Israel, visitó a Honduras para apoyar a los campamentos militares de los
“Contra” establecidos en el país centroamericano. Cabe destacar que las armas
que suministraba Israel a los Contra fueron obtenidas por su ejército durante
sus confrontaciones militares contra la Organización para la Liberación
de Palestina.
Entre los años 70
y 80, Israel apoyaba al gobierno argentino en su política exterior a pesar de
considerar a Argentina como anti- semita. Por tanto, el apoyo a la Causa
Palestina por parte de gobiernos izquierdistas de América Latina, como Cuba y
Venezuela entre otros, no era solo por tendencia izquierdista sino también como
una reacción en contra de la intervención israelí que buscaba consolidar los
regímenes derechistas radicales y dictatoriales de América Latina.
En los últimos
años, se alzaron voces estadounidenses e israelíes advirtiendo del incremento
de gobiernos latinoamericanos que no se someten a la política de Washington e
Israel. El temor ha sido explícito durante las dos últimas décadas por parte de
Israel y Washington, de que países como Irán puedan aprovechar de las
generaciones árabes e islámicas en América Latina calculadas por millones de
personas. Pero esto no ha ocurrido.
El Presidente de
Argentina, Mauricio Macri, ha anunciado que sus relaciones con Israel volvieron
como antes. En Brasil, el presidente brasileño de origen libanés, Michel Temer,
escogió al israelí Ilan Goldfajn como presidente del Banco Central de Brasil.
Hoy, el presidente de Estados Unidos, continúa la construcción del muro de
separación en la frontera con México. Benjamín Netanyahu elogió dicho paso. Por
otra parte, no aparece ningún logro ya sea económico o de seguridad por parte
del eje de la Resistencia en México, que le permita enfrentarse a Estados
Unidos teniendo peso en el terreno en vez de tener que negociar con esa
potencia que incendió su guerra dentro de los límites geográficos de
dicho eje.
En Venezuela, el
gobierno bolivariano no está en su mejor tiempo producto de la guerra económica
lanzada en su contra. En Cuba, Washington intenta imponerse en las relaciones
con la isla. Los que visitaron la isla hablan de nuevos rasgos en la calle
influidos por la cultura norteamericana. Mientras tanto, el eje de la
Resistencia se ha limitado hasta ahora a un intercambio económico muy limitado
con América Latina, también ha organizado algunas Cumbres y conferencias cuyos
resultados y decisiones poco representan en la política internacional basada
ante todo en los intereses.
Las ideas y opiniones expresadas en este artículo son las de los autores y no reflejan necesariamente el punto de vista de Al Mayadeen