¿Cuáles son las dimensiones de lo que sucede en el Líbano?
Desde hace aproximadamente un año el Líbano enfrenta una gran crisis como consecuencia del incremento de una deuda pública, que la clase financiera especulativa representada por los bancos, ha acumulado sobre el estado, como resultado de su alianza con la clase política y como consecuencia de la limitación de la economía libanesa al sector de los servicios y de la especulación financiera.
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Libaneses protestan en las calles contra la crisis económica. Foto: Archivo
Estados Unidos aprovechó este asunto para imponer sanciones al Líbano, consciente de que esto conduciría a un estallido de la situación económica en el país, en un intento para presionar al presidente de la república y Hizbullah con el fin de aislarlos y colocar al país bajo la tutela estadounidense, buscando con ello compensar el terreno perdido en Siria; asimismo quería convertir al Líbano en el costado sangrante de Siria, del mismo modo que había convertido a Iraq en el costado sangrante de Irán.
La estrategia de Estados Unidos se basa en desgastar a sus oponentes antes de las elecciones presidenciales con el fin de obtener concesiones en preparación para lograr acuerdos importantes iniciando el 2021.
Esto condujo al agravamiento de la situación en el Líbano, provocando la dimisión del gobierno del primer ministro Saad al Hariri e impulsó al dúo Aoun – Hizbullah a formar un gabinete ministerial encabezado por Hassan Diab; sin embargo, este gobierno no pudo enfrentar ninguna de las crisis económicas o políticas del país, y lo que empeoró más la crisis es la incidencia de la pandemia causada por el nuevo coronavirus, que ha provocado una recesión mundial, desmejorando más la economía libanesa.
Aquí, el presidente francés, Emmanuel Macron, intervino comunicándose con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump y el equipo de las palomas en el departamento de Estado de Estados Unidos con el fin de persuadirlos para que no aumenten la presión sobre el Líbano y facilitar la formación de un gabinete ministerial integrado por expertos que satisfaga las aspiraciones de Estados Unidos en el sentido de neutralizar al Líbano en cuanto al conflicto con Israel e impedir que Hizbullah brinde apoyo a las facciones de la resistencia palestina.
Debido a la deteriorada situación en el Líbano, el presidente Aoun, el principal aliado de Hizbullah, ha aceptado la iniciativa francesa, así como lo hizo Hizbullah, y han aceptado la postulación del candidato francés Mustafa Adeeb para el cargo de primer ministro. Sin embargo, este último se sometió a la presión ejercida por los ex primeros ministros, encabezados por Fouad al Siniora, que están coordinando sus posturas con el equipo de los halcones del departamento de Estado de Estados Unidos que lidera el secretario de Estado Mike Pompeo, transmitiendo a través de Adeeb las condiciones estadounidenses, las cuales buscan impedir que Hizbullah esté representado en el gobierno y exigen el sometimiento a todos los dictámenes estadounidenses.
Como resultado del temor a que le sean impuestas sanciones estadounidenses y occidentales, el presidente del Movimiento Patriótico Libre, el exministro Gebran Bassil, empezó a marcar distancia con Hizbullah, así como se escucharon voces desde el interior del Movimiento Patriótico Libre atacando a Hizbullah y a su aliado, el Movimiento Amal; esto explica la discusión que tuvo lugar entre el Movimiento Patriótico Libre y Amal sobre el nombramiento del ministerio de Hacienda.
Con respecto al ministerio de Hacienda, hay dos aspectos, el primero: por supuesto, se debe prestar atención a la naturaleza de la estructura libanesa conformada por confesiones que comparten los diferentes poderes, el poder ejecutivo, el poder legislativo y el poder judicial; en cuanto al poder ejecutivo, los cristianos están representados por el presidente de la república y los sunitas por el primer ministro, mientras que los chiítas quedarían fuera de esta representación, en caso de que pierdan su autoridad o control sobre el ministerio de Hacienda, porque es la que les da peso para influir sobre el poder ejecutivo. Por eso el Acuerdo de al Taif tuvo en cuenta destinar este ministerio a la confesión chii, esto desde el punto de vista técnico.
En cuanto al por qué de la insistencia sobre el ministerio de Hacienda, esto es esencialmente, en parte, intentar hacer uso del pacto social como pretexto para rechazar lo que considera el dúo chiita una maniobra estadounidense y francesa en coordinación y cooperación con la mayoría de las fuerzas libanesas para excluir a Hizbullah del gobierno y desmantelar el bloque chií, en preparación para imponer las decisiones que occidente desea, sean estas la de deslegitimar la resistencia en el Líbano o demarcar las fronteras marítimas e imponiendo el control sobre las fronteras marítimas y terrestres.
En cuanto a las opiniones que señalan que el propósito de aferrarse al nombramiento directo de ministros es el de obstaculizar la formación del nuevo gabinete ministerial, creo que esta es la explicación que ofrece el equipo adverso al Movimiento Amal y Hizbullah; y porque este gabinete ministerial es una formación política y cualquier gabinete ministerial en el Líbano es una formación política aunque estuviera integrada por los que llaman independientes. No hay en el Líbano y en ningún otro país independientes, porque el fundamento o la naturaleza de cualquier gobierno es político, por lo tanto no se puede separar ningún gobierno de la política, más aún en el Líbano.
El dúo chiita, Hizbullah y el Movimiento Amal, se quejan de que existe una maniobra llevada a cabo por Estados Unidos y Francia y que incluye a la mayorías de las facciones libanesas, la cual busca excluir el Movimiento Amal y Hizbullah del gobierno e introducir elementos que no representan al componente chiita compuesto en un 80% por el Movimiento Amal y Hizbullah. Eso explica la insistencia de ambas fuerzas en nombrar a sus ministros, conscientes de que las otras nombraran a los suyos sin manifestarlo.
Con respecto a los demás partidos, hay que distinguir allí al equipo que incluye al Movimiento Futuro, las Fuerzas Libanesas y el Partido Socialista Progresista liderado por Walid Jumblatt, quienes siguen los lineamientos de las políticas estadounidense y francesa y, por supuesto, Arabia Saudita, a nivel regional, que tiene como objetivo aislar y marginar a Hizbullah en primer lugar y al componente chií, en preparación para la aprobación de una ecuación para apartar al Líbano por completo de cualquier relación con Siria, Irán y con China y Rusia y colocarlo bajo la tutela estadounidense, como compensación por perder su posición en el territorio sirio y hasta cierto punto en el iraquí; esto fundameneta el porqué estas fuerzas se incorporan en el contexto de la política estadounidense.
En cuanto al Movimiento Patriótico Libre, parece que su líder, el exministro Gebran Bassil, ha cedido a las presiones o amenazas francesas ante la posibilidad de que se le impongan sanciones y al supuestamente ha accedido a las demandas francesas; esto explicaría las divergencias entre él, Hizbullah y el Movimiento Amal y el rechazo del dúo chií a la iniciativa del Movimiento Patriótico Libre, a la que considera como parte de la maniobra francesa que se teje contra ambos.
Creo que el primer ministro designado, que se presenta como neutral y tecnócrata, prácticamente no es así; primero, era cercano al ex primer ministro, Najib Mikati y hasta ahora fue nombrado por Francia, con la aprobación de Estados Unidos y en coordinación con los alemanes; es decir, cae bajo el paraguas de Influencia occidental, además del hecho de que las consultas que realiza parecen estar muy influenciadas por los ex primeros ministros, encabezados por el ex primer ministro Fouad al Siniora, por lo que no es neutral.
El equipo que él presenta como formado por especialistas y expertos, son aquellos que serán nominados por las fuerzas occidentales como un equipo de tecnócratas, y tenemos en el Líbano y en otros países una experiencia con quienes fueron presentados como tecnócratas y especialistas que laboraron en organizaciones internacionales, de los cuales posteriormente se reveló que estaban politizados y regentados para implementar políticas específicas.
Por eso existen dudas sobre la capacidad de formar un gabinete ministerial de especialistas neutrales; esto, si hablamos del equipo del primer ministro y lo consideramos opuesto a ese contexto. Además, la crisis en el Líbano es una estructural, aparte de que actualmente el país se encuentra sometido a tensiones occidentales violentas, que pretenden utilizarlo como base para dirigir políticas hostiles hacia el eje euroasiático, o sea Rusia, China e Irán. Todo ello amenaza con hacer estallar el país.
También existe una crisis en la estructura económica y política en el país que requiere de reestructuración y esto equivale a convocar a un congreso constituyente al que serían citadas las élites económicas, políticas, sociales, culturales, entre otras, pertenecientes a los distintos estratos para prepararlo; esta es una labor profunda que va más allá del tema de formar un gobierno de tecnócratas; en el Líbano.
Tenemos experiencia con gobiernos integrados por tecnócratas, como el de Hassan Diab, que se presentó de esa manera, y antes de eso el de Najib Mikati, así como otro en 1972; los resultados fueron, si no decepcionantes, limitados, porque la estructura sobre la que se asienta el país necesita ser torpedeada y reconstruida nuevamente y esto significa que necesitamos de una revolución y no necesariamente violenta, sino en el sentido de revertir los conceptos y lograr un proceso de cambio estructural radical para el país en todos los niveles.
"La crisis actual tiene su origen en la escalada que Estados Unidos lleva a cabo en la región y en el mundo contra aquellos que percibe como sus oponentes."
No creo que la iniciativa francesa hasta ahora pueda tener éxito, aunque establezca puentes con Hizbullah. La crisis actual tiene su origen en la escalada que Estados Unidos lleva a cabo en la región y en el mundo contra aquellos que percibe como sus oponentes, preparando para las soluciones que vendrán después de sus elecciones.
Creo que toda la iniciativa francesa es un intento para calmar el ambiente hasta cierto punto o para hallar una solución, que realiza el presidente francés conjuntamente con un equipo en el departamento de Estado de Estados Unidos, pero el que representa a tecnócratas como David Hill o David Satterfield o Jeffrey Feltman.
Per también están los halcones en la administración estadounidense representados por Mike Pompeo y David Schenker y estos quieren provocar una escalada y no ninguna solución. Ellos son los que buscan obstaculizar la labor del otro equipo estadounidense acordada con el presidente francés Emmanuel Macron, con el consentimiento del presidente Trump, para bloquear la iniciativa francesa si esta no cumplía con las expectativas estadounidenses; es decir, aislar a Hizbullah. En consecuencia, no creo que haya un horizonte para la iniciativa francesa a corto plazo, y si logra formar un gobierno, este no podrá encontrar ninguna solución y si intenta aislar a un componente libanés básico en la estructura libanesa, esto puede conducir al país hacia un gran estallido internamente.