Líbano: ¿Demarcación fronteriza? si, ¿normalizar? nunca
Tenemos en el 17 de mayo de 1983 una lección.
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Nuevo artículo sobre la demarcación de las fronteras.
Quienes consagran los entes, sea cual sea su credo y postura política temporal, rinden en última instancia pleitesía a la entidad, sin importar cómo expresan su hostilidad hacia la entidad colonial que ocupa la tierra en Palestina y esto último seguirá siendo la joya de la corona de “Sykes–Picot”. No existe una diferencia fundamental entre un inmoral que declara la normalización de relaciones con esta entidad u otro que oculta sus intenciones y que coloca condiciones para fijar la línea fronteriza trazada en un acuerdo entre colonialistas y resolver el problema de los refugiados palestinos, como preludio o como resultado para aceptar la entidad colonial sionista.
No hay vida, ni crecimiento, ni prosperidad, ni conducción de los procesos de libertad, independencia y soberanía en el contexto de las delimitaciones de Sykes y Picot; hoy nos encontramos ante una etapa histórica que difiere radicalmente de aquella en la que los colonialistas estaban en su apogeo y gozaban del gran poder que nuestra nación no pudo y no fue capaz de enfrentar.
Nosotros hoy tenemos una resistencia que se extiende a lo largo y ancho del oriente árabe y se encuentra en la forma más elevada de cooperación e integración entre sus componentes, hecho que no tiene precedentes en la historia moderna; almacena poder y capacidad para torpedear todos los proyectos coloniales, al menos en nuestro oriente árabe hasta ahora, a pesar de mostrarse flexible con las fuerzas políticas que son legado del colonialismo. Asimismo, posee una gran influencia entre los estratos sociales de nuestro solido tejido social; esto no infiere en lo absoluto que estas fuerzas puedan imponer procesos contrarios al rumbo de la historia y al desarrollo de los acontecimientos.
Sobre todo porque la fuerza de la resistencia enfrenta a las propias fuerzas y herramientas del colonialismo, las cuales no gozan de un ambiente popular favorable y no llevan en su esencia ningún proyecto nacional o patrio; en cuanto al resto de los oportunistas y mercenarios, estos son incapaces de cualquier acción que constituya un escollo en la ruta de la liberación, además de que las potencias coloniales se han vuelto incapaces de darles ni siquiera las migajas de lo que saquean de nuestros recursos y bienes.
Solo en este contexto se puede dar lectura y abordar el tema de las "negociaciones para la demarcación" entre el Líbano y la entidad colonial ocupante en la forma y el contenido.
Incluso si esta entidad logra un provecho táctico como resultado del estrecho horizonte de quienes consagran los entes (“entitistas” para así llamarlos), seguirá siendo un provecho ilusorio, porque los hechos tangibles y materiales son los que definen el curso de los eventos y sus resultados, lo demás es solo tinta sobre papel.
En la experiencia libanesa con la entidad colonial en las negociaciones del diecisiete de mayo, cuando los acontecimientos sobre el terreno llegaron a borrar todas las formulaciones redactadas y las condiciones establecidas y la entidad colonial retrocedió, retirándose de la mayor parte de las zonas que ocupaba, sin mirar al texto redactado sobre el papel del “17 de mayo” y el parlamento libanés que aprobó su texto es el mismo que lo canceló como si no hubiera existido.
Esto no significa, de ninguna manera, guardar silencio hacia quienes consagran los entes (los entitistas) esos derrotistas o regateadores.