Estados Unidos necesita poner un freno a Trump
En su más reciente movida en el complejo ajedrez del país, Trump expresó su interés en que se nombre un abogado especial para investigar las denuncias de fraude en las elecciones de noviembre
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Estados Unidos necesita poner un freno a Trump
Los estadounidenses necesitan pasos firmes para limitar el daño que los agravios del derrotado presidente Donald Trump están infligiendo a su país, según manifestó James Kimmel, profesor de psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale, quien aseguró que el mandatario hizo de la queja una característica primordial de su vida y de su presidencia.
Pero mientras eso no ocurra Trump insistirá en teorías del fraude para cuestionar los resultados de las elecciones del 3 de noviembre a pocas horas de que sean ratificados por el Colegio Electoral.
En su más reciente movida en el complejo ajedrez del país, el mandatario expresó su interés en que se nombre un abogado especial para investigar las denuncias de fraude en las elecciones de noviembre y las cuestiones relacionadas con Hunter Biden, el hijo del virtual presidente electo, Joe Biden, consideran personas familiarizadas con el asunto, citadas por el diario The Wall Street Journal (WSJ).
En los últimos días, el presidente ordenó a los asesores que busquen a personas que puedan desempeñar ese cargo ya que las demandas, otros esfuerzos y su campaña para revertir los resultados de las elecciones se tambalean, acotó el diario.
Según el WSJ, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, dijo a la gente que el presidente está interesado en buscar un consejero especial para investigar el fraude electoral y quiere actuar rápidamente.
Muchos se preguntan qué persigue el candidato republicano derrotado, avivar los conflictos en el país, dividir aún más a los estadounidenses o qué otras inimaginables jugadas.
Kimmel aseguró que Trump hizo de la queja una característica primordial de su vida y de su presidencia.
Esa personalidad, dijo, se evidencia desde las miles de demandas que presentó hasta, más recientemente, sus repetidas reclamaciones de fraude electoral nacional, mientras sus oponentes, e incluso muchos de sus partidarios, se preguntan por qué no puede controlar sus impulsos de atacar a sus supuestos enemigos.
Estima el académico que los esfuerzos implacables de Trump por vengarse de aquellos que cree que lo trataron injustamente (incluyendo, ahora, los votantes americanos) parecen ser compulsivos e incontrolables.
El daño que esto causa a sí mismo y a los demás es obvio pero no parece tener un efecto disuasorio. Los informes sugieren que hizo esto durante gran parte de su vida. Parece impotente para detenerse. También parece obtener un gran placer de ello, subrayó Kimmel en un análisis publicado por el diario Politico.
Debido a su posición única y al uso de los medios de comunicación y las redes sociales, Trump es capaz de difundir sus quejas a miles o millones de personas a través de Twitter, la televisión y las manifestaciones.
El académico opina que atacar a Trump por su comportamiento de represalia sólo lo alimenta haciéndolo sentir más agraviado. Se necesitan pasos firmes -apunta- para limitar el daño que sus agravios están infligiendo a este país.
Un ejemplo de lo que pude desencadenar ocurrió el sábado 13 cuando turbas de seguidores se hicieron eco de sus mensajes y con gritos de “Detengamos el robo” se congregaron en las calles de Washington para denunciar un presunto “fraude” en las elecciones de noviembre, que virtualmente ganó el demócrata Joe Biden.
El resultado, aunque limitado, habla por sí solo. Cuatro personas llevadas al hospital en estado crítico luego de un apuñalamiento que involucró a manifestantes; mientras que al menos 23 personas fueron detenidas.
Cuando este 14 de diciembre el Colegio Electoral vote a favor del ganador de la contienda, se escucharán reclamos alarmantes. “Estamos en una batalla espiritual por el corazón y el alma de este país. Nosotros ganaremos”, aseguró Michael Flynn, el primer asesor de Seguridad Nacional de Trump, en una de las marchas celebrada frente a la máxima instancia judicial del país.
Es llamativo que Flynn recibió recientemente el perdón presidencial tras declararse culpable de mentir al FBI sobre sus contactos con el embajador ruso.
También alarmante es que en un apasionado discurso, Katrina Pierson, exportavoz de campaña de Trump, reiteró que la disputa “no ha acabado, y es solo el principio”, pese a que ya no quedan vías legales claras para negar la victoria en las urnas de Biden. “Somos la caballería. Nadie va a venir a salvarnos”, insistió entre cánticos de “cuatro años más”.
La soberbia no tiene límite y poco después, Trump sobrevoló la marcha desde el helicóptero presidencial en camino hacia el tradicional partido anual de fútbol americano entre la armada y el ejército de Tierra en la escuela militar de West Point (Nueva York).
“¡Vaya! Miles de personas congregándose en Washington para Detengamos el Robo. No lo sabía, pero les pasaré a ver”, tuiteó el mandatario antes de despegar.
Nadie se imagina qué está en la mente enfermiza del perdedor de noviembre. Llama la atención que entre los manifestantes en Washington estaba el grupo de ultraderecha “Proud Boys“, cuyo presidente, Enrique Tarrio, publicó en las redes sociales una imagen de su visita a la Casa Blanca esta mañana alimentando los rumores de un encuentro con Trump.
Hace varias semanas diversos medios alertaron que seguidores del mandamás estadounidense (hasta el 20 de enero) hablaban de ir a una “guerra civil”, de generar violencia en el país.
El propio Trump, que no ha reconocido su derrota en los comicios al alegar sin pruebas un supuesto fraude electoral, cargó contra una decisión de la Corte Suprema que frenó sus maquinaciones. "El Tribunal Supremo realmente nos ha defraudado. Nada de Sabiduría, Nada de Coraje“, recalcó en su red social favorita, Twitter.
Ahora, no son pocos los que ya aseguran que el derrotado Trump insiste en descarrilar Estados Unidos.
Asimismo, y como mal perdedor, el mandatario tratará de vengarse de aquellos que cree que lo han tratado injustamente (incluyendo, ahora, los votantes americanos).
Debido a su posición única y al uso de los medios de comunicación y las redes sociales, Trump es capaz de difundir sus quejas a miles o millones de personas a través de Twitter, la televisión y las manifestaciones, y eso puede crear el caos en el país.
Qué pasará después de que el Congreso ratifique el 6 de enero el resultado del Colegio Electoral que votará el 14 de diciembre por el 46 presidente de la nación, previsiblemente Joe Biden, es una interrogante, tremenda o simple, que solo pasos firmes del país contra Trump pueden aclarar.