Cuba indescifrable
En el enfrentamiento ideológico y cultural que supuso la existencia de la Revolución cubana, contraponer los valores de las “democracias burguesas” contra el carácter participativo y popular del proceso cubano se convirtió en una prioridad de Estados Unidos desde 1960 hasta hoy.
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Cuba indescifrable
El Partido Comunista de Cuba celebra el 8vo Congreso desde su fundación en 1961. La cita de los comunistas cubanos ha acaparado la atención de los grandes medios de comunicación en todo el mundo, no tanto por sus debates y trascendencia concreta en el futuro de la Isla, sino porque Raúl Castro, su primer secretario desde 2011, anunció que culmina su tarea frente a la organización.
La salida de Raúl del máximo cargo político del país ha sido reportada usando además otros mensajes recurrentes como: “fin de la dinastía Castro”; “Díaz-Canel el designado”; “fin de una era”. Todo en medio de un supuesto clima de “agitación social”en el que, para parte de la prensa corporativa, la población está “más preocupada por el día a día que por el Congreso”.
La leyenda de la “dinastía Castro” se construyó para estigmatizar el extraordinario liderazgo de Fidel Castro. Mientras pasaron los años, y el pueblo con Fidel y Raúl vencían los feroces ataques, la calumnia tomaba oxígeno. Y aunque ya se desmorona la tesis frente a la fuerza democrática de la Revolución, el calificativo aún vende.
En el enfrentamiento ideológico y cultural que supuso la existencia de la Revolución cubana, contraponer los valores de las “democracias burguesas” contra el carácter participativo y popular del proceso cubano se convirtió en una prioridad de Estados Unidos desde 1960 hasta hoy. Esto explica el uso intencionado de los términos “designación” y “heredero”, para referirse a la elecciónde Miguel Díaz-Canel como presidente de la república.
Asegurar que termina una era y comienza otra tiene un halo cinematográfico y expresa un desconocimiento tácito de la evolución del proceso revolucionario. Sin dudas hay una carga simbólica en este 8vo Congreso del PCC, pero no se pueden desconocer las interioridadesde los procesos ni su continuidad transformadora, ajustados al contexto histórico y esbozados, si se quiere marcar un punto de partida, en el discurso de Fidel Castro en la Universidad de La Habana en el 2005.
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La reunión concluye el próximo lunes 19 de abril.
Con el fin de desviar la atención de los temas medulares que discute el Congreso, se construye además una ficción: “la agitación social”. Pretenden de esta forma alimentar la imagen de una Revolución decadente que comienza a ser cuestionada desde adentro, sobredimensionando determinadasacciones prefabricadas de una contrarrevolución anémica y dependiente de Estados Unidos. La meta es impactar en audiencias externas con el objetivo de justificar las agresiones contra Cuba.
Hacer creer al mundo que el 8vo Congreso pasa inadvertido para la población cubana, además de matriz mellada, supone tal vez el ejemplo más nítido de la incomprensión de las dinámicas socio-políticas del pueblo cubano.
La fuerza y la modestia de Raúl entregando las banderas de la Revolución, emociona, pero no sorprende. Un pueblo curtido en la lucha, consciente y defensor de sus ideas, alejado del caudillismo desmovilizador, educado por el magisterio de sus dos principales líderes, transita sin sobresaltos por el natural y esperado relevo generacional en la conducción del proyecto socialista de Nación. Pero esa muestra de madurezno puede ser reflejada por la prensa internacional tal y como lo aprecia y siente el pueblo.
Han intentado además, silenciar el contenido del Informe Central presentado por el propio Raúl, y la verdadera trascendencia política del Congreso, en cuya esencia se transpira la capacidad transformadora, crítica, autocrítica y unitaria del Partido Comunista. En ese informe y en los documentos que analiza la cita están contenidos los debates más urgentes del país y la ruta de acción revolucionaria diseñada. Eso prestigia y consolida al Partido.
Pero lo anterior no existe para la gran prensa. Esa Cuba en movimiento, resistente a pandemias y bloqueos, capaz de revitalizar sus fuerzas y continuar, que recrea su consenso interno, con el Partido al frente, no puede ser reportada. No pueden describir objetivamente lo que ocurre. Ni cinco vacunas contra la covid se los permite, a sabiendas de que esa capacidad científica, educacional y cultural del pueblo cubano es la clave para entender la fuerza de la Revolución y su continuidad.
A ese dilema se enfrentan diariamente muchos medios de comunicación al tratar el tema Cuba. Entran en un corto circuito conceptual. Se mueven entre una realidad y sus deseos, entre sus intereses de clase y nuestra justicia; entre la verdad y los prejuicios ideológicos. Y ese ejemplo vital de victoria, justo frente a la mayor potencia de la historia, les resulta indescifrable.