Las difíciles alternativas de “Hamás”... entre la doctrina y el nacionalismo
Durante los años de la “Primavera Árabe”, “Hamas” se mantuvo lejos de la arena de las deliberaciones regionales e internacionales, hecho que afectó negativamente a la cuestión palestina.
Con la victoria lograda por el pueblo palestino, con sus diversos componentes y facciones armadas, ante la agresión israelí contra al Quds (Jerusalén), Gaza y otras zonas del territorio ocupado, muchos círculos comenzaron a hablar de nuevos escenarios en cuanto al futuro de la causa palestina y la posición de “Hamas” en la totalidad de las ecuaciones a producirse; algunos hablan de un intento estadounidense / egipcio “de domesticar a Hamas” a cambio de concesiones israelíes, no solo en Gaza, sino también en Cisjordania, después de haberse agotado el papel del presidente Mahmoud Abbas y el de su equipo; esto lo había intentado Washington sin éxito, cuando presionó junto con las capitales occidentales a “Hamas” y la persuadió para que participara en las elecciones parlamentarias que tuvieron lugar el 25 de enero 2006, logrando “Hamas” en aquel momento un triunfo al obtener setenta y seis de los ciento treinta y dos escaños (al “Fatah” obtuvo cuarenta y cinco escaños), y convirtiéndose Ismail Haniyeh en primer ministro el 19 de febrero.
Tres días antes, me encontraba a bordo del mismo avión que trasladaba a Khaled Meshaal de Damasco a Estambul, y de allí a Ankara, por invitación oficial del gobierno turco; el primer ministro Erdoğan en ese momento evitó su encuentro, luego de ser objeto de un violento ataque de los medios y círculos estadounidenses y europeos que lo habían amenazado en caso de que se reuniera con el “terrorista” Meshaal.
Esto llevó al ministro de Exteriores Abdullah Gül a recibir a Meshaal en la sede del partido “Justicia y Desarrollo” y no en su oficina oficial en el ministerio, luego de que su asesor Ahmet Davutoğlu lo recibiera en el hotel y lo ingresara por la puerta trasera para que los periodistas no le tomaran fotos; tuve una larga reunión con Meshaal después de su conversación con Gül y Davutoğlu y él señaló que “le pidieron que abandonara el lenguaje de las armas y que entablara diálogos directos o indirectos con Israel y que la reconociera”.
En cuanto al viceprimer ministro turco Abdüllatif Şener, uno de los fundadores más destacados del partido “Justicia y Desarrollo”, este renunció a su cargo un año después de esta visita, denunciando la decisión de Erdoğan de vender el puerto de Estambul a una empresa canadiense / judía y señalando más tarde que: “la visita de Meshaal a Ankara se había acordado previamente con Tel Aviv”, después de que Davutoğlu, Erdoğan y Gül se habían reunido con Khaled Meshaal durante sus visitas a Damasco, cuando sus relaciones con el presidente Bashar al Assad eran distinguidas.
Se produjo la llamada “Primavera Árabe” y esto colocó a los líderes del movimiento “Hamas” ante el mayor desafío histórico, cuando el Movimiento decidió cerrar sus oficinas y campamentos en Siria y marcharse, a petición de Turquía, Qatar, Arabia Saudita y aquellos que la acompañaron en la guerra global que tenía como objetivo a la “presa” es decir, al presidente al Assad, según las confesiones del ex primer ministro de Qatar, Hamad Ben Jassim, en octubre de 2017.
La salida de “Hamas” de Siria fue el comienzo de la relación ideológica, política y militar de “Hamas” por medio de la “Hermandad” con Turquía de Erdoğan y con quien la financiaba, o sea Qatar, buscando a través de su alianza con un país importante como Turquía, tener “un punto de apoyo” aunque no fuese de la magnitud de los saudíes.
Posteriormente, hubo información que señalaba que cientos de los integrantes de Hamas se incorporaron a las distintas facciones armadas que luchaban contra el estado sirio y aquí es importante señalar, que de no ser por esto último, Hamas no habría existido ahora; el presidente Hafez al Assad le dio la bienvenida a Khaled Meshaal, quien fuera expulsado de Jordania por el rey Hussein en 1999, después de que el Mossad lo envenenara en septiembre de 1997, este abandonó Jordania y se dirigió a Qatar donde también fue expulsado y se dirigió posteriormente a Siria donde fue recibido y vivió dignamente, hasta que la traicionó, como se le había solicitado.
Esta postura de “Hamas” no impidió que Irán siguiera apoyando a la resistencia palestina, principalmente al movimiento de la “Yihad Islámica”, que permaneció en Damasco, así como a los dirigentes de todas las demás facciones, como el “Frente Popular para la Liberación de Palestina” y el “Frente Democrático”, cuyos elementos lucharon del lado del ejército sirio y en contra de los terroristas en todas sus formas y afiliaciones internas y externas, en un momento en el que todos saben que a lo que Siria es sometida, lo fue y lo sigue siendo, es a causa de su postura de solidaridad con la causa palestina; esa causa que fue adoptada por Irán, la cual izó la bandera palestina en Teherán, tras la expulsión del embajador israelí, inmediatamente después de la victoria de la revolución islámica en febrero de 1979.
Durante los años de la “Primavera Árabe”, “Hamas” se mantuvo alejada de la arena de las deliberaciones regionales e internacionales, lo que se reflejó negativamente sobre la trayectoria de la cuestión palestina que no fue olvidada por “Hezbollah”, y a través del mismo por los líderes iraníes, que volvieron a apoyar a “Hamas” y al resto de las facciones palestinas, y pagaron el precio con el asesinato del mártir Qassem Sulaimani y otros como él, que han caído en la lucha en Siria; todos la defendían, porque es la primera línea en la defensa de Palestina, Líbano, Iraq, Irán y la región en general y si hubiera caído, la causa palestina habría terminado para siempre.
El apoyo iraní fue suficiente para fortalecer a “Hamas”, que, sin embargo, permaneció dentro de del circulo de influencia turco - qatarí, que juntas se conformaron en ofrecer el dinero que el emir de Qatar, al Sheikh Hamad al Thani, utilizó para imponerse en las ecuaciones regionales, luego de que visitara Gaza el 23 de octubre de 2012, con la anuencia israelí – estadounidense, una anuencia que no fue otorgada al presidente Erdoğan, cuya relaciones con Tel Aviv durante los últimos diez años han sido escenario de casos dramáticos de reflujo y marea y sus respectivas contradicciones, sin que existiera ninguna información sobre el magnitud de la ayuda militar turca al movimiento “Hamas”, que un experto militar y político ruso dijo que pudo haber adquirido los sistemas de misiles anti-blindados “Kornet”, que Turquía entregó a las facciones armadas con las que “Hamas” estaba luchando contra el estado sirio; asimismo, al Sayyed Hassan Nasrallah había mencionado hace un tiempo que se transfirieron a Gaza, después de la guerra de julio de 2006, misiles “Kornet” que Siria había adquirido a Rusia.
En todo caso y a la luz de los acontecimientos recientes, y después del encuentro del presidente al Assad con líderes palestinos, se renueva la apuesta al posible comportamiento de los dirigentes de “Hamas”, una organización que capitales occidentales y sus aliados en la región no quieren que retorne a Siria y a través de esta Irán y “Hezbollah”.
En este caso, hay tres opciones ante los líderes de “Hamas”:
1. No asimilar ninguna lección de los acontecimientos que tuvieron lugar durante los últimos diez años y mantener el enfoque doctrinal de la “Hermandad” posicionándose del lado del “califa” Erdoğan y su aliado, el príncipe Tamim.
2. Acercarse nuevamente a Egipto, que es apoyado por Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Jordania, Sudán y Marruecos, junto con las tentaciones estadounidenses y europeas, siempre que abandone el enfoque ideológico de la “Hermandad”.
3. Por último, aprender lo que se debe aprender sobre la lucha de las masas palestinas y árabes y retornar a sus aliados estratégicos, sin los cuales y sin su apoyo militar y político y finalmente el mediático y moral, no habría derrotado a “Israel” en su última agresión.
Todo esto se produce mientras continúan las movilizaciones regionales e internacionales, incluida la posibilidad de que Ankara abandone su apego a la Hermandad Musulmana, en caso de su reconciliación con Riad, Abu Dhabi y El Cairo, que juntos no quieren que Erdoğan tenga ninguna participación en futuras ecuaciones regionales, incluso si las tres capitales aceptan que Qatar tenga un papel con el consentimiento de Estados Unidos, como ha sucedido en el caso de su mediación entre Washington y los talibanes; una posibilidad que parece haber animado a Moscú a esforzarse por la realización de una reunión palestino (Hamas) - israelí en Moscú, que este destinada a concluir con un nuevo acuerdo en línea con los acuerdos de “Oslo”, pero con nuevos elementos que respalden los acuerdos “Abraham” preparados por el presidente Trump y adoptados por el presidente Biden, como base para una “paz” regional integral, después de volver al acuerdo nuclear con Irán, sin que quede claro si Tel Aviv aceptaría un papel más importante para Hamas, si esta vuelve a su alianza con Siria e Irán en futuras ecuaciones, a la luz del surgimiento de la corriente judía nacionalista, religiosa y racista en “Israel” y en caso afirmativo ¿Cómo sería?
Todos saben que esta corriente no aceptaría concesiones que contradigan su convicción religiosa, entre lo que figura que al Quds (Jerusalén) unida es la capital eterna de los judíos del mundo, de lo contrario no tendría sentido el mito de la “tierra prometida” basado en el cual los judíos vinieron de todas las latitudes del mundo a Palestina, y por esta idea asesinaron al pueblo palestino, y aún lo siguen haciendo, como lo hicieron durante la última guerra.
Algunos ven esta guerra como parte de un nuevo plan internacional y regional que Washington quiere que la ayude a reorganizar los asuntos de la región y como de costumbre, a expensas de los países del eje de la resistencia y de sus pueblos, con el fin de garantizar por siempre la seguridad de “Israel”.
Estos arreglos solo se harán de acuerdo con los criterios y estándares que acepten los judíos, tanto extremistas como los no extremistas, siempre y cuando el otro lado de la ecuación o sea “Hamas” (y los que están con la misma), sea la parte que haga las concesiones, después de que se ha demostrado que estaba y sigue estando sujeta a las contradicciones entre la doctrina y el nacionalismo ¡La contraseña entre los dos seguirá siendo, la lealtad hacia quienes han defendido siempre a Palestina!