Estados Unidos y la crisis del sistema de leyes
La actuación reciente del Tribunal Supremo Estados Unidos lamentablemente sugiere que carece de una mayoría de magistrados que se preocupen por la continuidad e integridad de la ley o la capacidad de funcionamiento del gobierno, según un análisis publicado por el diario The New York Times.
-
Estados Unidos y la crisis del sistema de leyes
Lo anterior no lo afirmó un neófito en el sistema de leyes estadounidenses el cual tiene como obligación, presuntamente, la continuidad e integridad estas o la capacidad de funcionamiento del gobierno. No, así opinó Donald Ayer, abogado de Estados Unidos y procurador general adjunto principal en la administración Reagan e igual cargo con George H.W. Bush, ambos republicanos.
En la máxima corte de la nación los juicios de sus integrantes no deben aparecer como afirmaciones de opciones de valores individuales, ni descartar a discreción los precedentes judiciales establecidos desde hace tiempo que afectan profundamente a la vida de las personas. Tampoco deben socavar activamente la capacidad de los gobiernos para promover los objetivos públicos establecidos por un proceso democrático justo, sostuvo Ayer en un análisis en el cual consideró el rumbo torcido del Tribunal Supremo, establecido a la medida de uno de los partidos que se reparte el gobierno en el país, el republicano.
La evidencia creció silenciosamente en los últimos años - y luego, el verano pasado, de manera bastante ruidosa, cuando el órgano decidió torcer los pulgares mientras Texas promulgaba una ley de aborto que prácticamente prohíbe casi todos los procedimientos mientras evade la revisión judicial oportuna. En el país, según las encuestas, la mayoría de la población apoya el aborto como un derecho intrínseco de la mujer a decidir sobre su cuerpo.
En su valoración Ayer se refiere a que bajo el gobierno de Ronald Reagan hubo un esfuerzo para evitar que los magistrados siguieran en ese foro “sus caprichos personales alterando la ley y creando derechos que no se encontraban en la Constitución”.
Sin embargo, precisó, ese esfuerzo se transformó en lo que se pretendía reducir ya que la creciente mayoría de derechas del Tribunal Supremo se apoya en una serie de innovadores derechos constitucionales para socavar las acciones gubernamentales tradicionales, al tiempo que descarta los precedentes de larga data con los que no está de acuerdo, como es el caso del aborto.
Eso no es de extrañar, aseguran expertos, pues desde hace décadas, los republicanos trabajaron por romper el equilibrio e inclinar el órgano supremo de justicia hacia las posiciones más a la derecha en el país. Hoy hay seis conservadores y apenas tres liberales en el foro. La derecha está de fiesta pues cuando llegan sus reclamos a la corte hay un gran por ciento de que progresen.
Planteó Ayer que la Corte parece dispuesta a dejar de lado ciertos derechos constitucionales, el tribunal da regularmente nuevas interpretaciones a otros derechos y los invoca para reducir radicalmente ciertos poderes del gobierno que hasta hace poco no eran controvertidos, incluyendo, por ejemplo, los poderes relacionados con la seguridad pública o el proceso democrático.
Un reciente artículo publicado en la revista The Nation señaló que en la actual legislatura del Tribunal Supremo, los conservadores tienen un objetivo: detener el progreso.
Durante los próximos nueve meses, los jueces conservadores usarán su poder para atacar el derecho al aborto, debilitar las regulaciones sobre armas y retroceder el reloj a una época más oscura, escribió Elie Mystal en The Nation.
El primer lunes de octubre, el Tribunal Supremo, el órgano gubernamental más poderoso controlado por los conservadores, volvió al trabajo. Los demócratas tienen la Casa Blanca y ambas cámaras del Congreso; los republicanos, que perdieron el voto popular en siete de las últimas ocho elecciones presidenciales, están actualmente confinados en la rama del gobierno no elegida y que no rinde cuentas, es el poder invisible, sostuvo el informe.
Como llegaron a este punto, como se rompió el equilibrio?, son interrogantes que saltan a la vista.
Mystal señaló que de hecho, la capacidad de detener las acciones de las ramas que los republicanos no pueden controlar sin la supresión de los votantes es una gran razón por la que el senador Mitch McConnell gastó tanta energía en apilar el Tribunal Supremo. Desde robarle un nombramiento a Barack Obama en 2016 hasta darle un tercer nombramiento a Donald Trump en 2020, McConnell ejecutó un juego largo: arrebatar el control de la única institución que es inmune a la voluntad popular, la Corte Suprema de Justicia.
El exlíder de la mayoría del Senado nunca necesitó el golpe que intentaron los seguidores de Donald Trump el 6 de enero. En cambio, tenía el tribunal, que ahora está preparado para hacer lo que una turba de terroristas blancos nunca pudo: Detener el progreso y manipular las leyes a su antojo.
Esta legislatura, veremos a los conservadores celebrar la consecución de dos objetivos largamente buscados que no pudieron lograr a través de la política electoral. Veremos un amplio acuerdo conservador de que las mujeres deben ser tratadas como ciudadanos de segunda clase, reducidas a la condición de incubadoras, cuando el tribunal escuche el desafío más directo al derecho al aborto en una generación. Y veremos un amplio acuerdo conservador de que las armas tienen más derechos que los niños.
El tribunal es ahora propiedad total de estos conservadores -seis jueces contra tres- y no van a dejar pasar esta oportunidad de ganar las guerras culturales para las que fueron enviados por Trump y otros “innovadores” de lo que ellos llaman democracia.
Para expertos es una falsedad que el alto tribunal esta compensado. Aquellos que dicen que la división es realmente 3-3-3, con los llamados moderados -el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, el presunto violador Brett Kavanaugh, y la nueva jueza Amy Coney Barrett- manteniendo una posición de centro, están en un error.
Según Mystal, Roberts, Kavanaugh y Barrett están en sintonía con sus compañeros conservadores en todas las cuestiones importantes. Los seis conservadores están de acuerdo en los resultados; sólo discrepan en la mejor manera de llevar a cabo su horrible labor de revertir los logros de los movimientos de derechos civiles y derechos de los homosexuales y desmantelar la red de seguridad social.
Para que quede claro, señaló el analista, no es que todos los casos se decidan por 6-3; es que todos los casos se argumentarán en términos conservadores, sobre los temas que les importan a los conservadores, y se decidirán en base a lo que los conservadores creen que pueden conseguir.
Los conservadores ganaron su batalla para controlar el poder judicial federal. En esta legislatura, el país pagará las consecuencias, ya que lo que llegue a la Corte tendrá una vía expedita para favorecer sus intereses.
En el caso concreto de la violencia de las armas de fuego, a pesar de la epidemia nacional de violencia que se desencadenan con esos artefactos-desde los tiroteos en las escuelas hasta el terrorismo doméstico, pasando por los suicidios y la violencia domestica -, los conservadores quieran inyectar más plomo caliente en nuestra sociedad, según las valoraciones de Mystal
“Estamos cubiertos de la sangre de nuestros hijos, pero los republicanos insisten en que permitir que las aulas se conviertan en campos de tiro nos mantendrá seguros”. Esa es su nefasta interpretación de la ley.
Este parece un buen momento para mencionar que las palabras iniciales de la Segunda Enmienda, señala Mystal, son: "Una Milicia bien regulada, siendo necesaria para la seguridad de un Estado libre...." Estas palabras explican literalmente la causa adecuada para la posesión de armas. La sugerencia de que un gobierno estatal, que requiere que una persona obtenga una licencia para hacer todo, desde conducir un coche hasta vender cerveza, no puede autorizar armas mortales es una locura. Que el Tribunal Supremo considere creíble este argumento -y que el mismo tribunal decida probablemente que el Estado puede decirle a una mujer lo que puede hacer con su útero- es perverso. Pero eso es lo que ocurre cuando se deja que los conservadores controlen los tribunales.
El informe de The Nation subrayó asimismo, que “Somos (Estados Unidos) la única nación rica que no puede mantener a nuestros hijos a salvo de la violencia armada. El Tribunal Supremo dictaminará que sigamos así.
Por otra parte, y es de esperarse, con los actuales apremios del cambio climático, alguna legislación climática agresiva desencadenaría una revisión inmediata por parte del Tribunal Supremo, ya que los intereses arraigados del petróleo y el gas ven a los conservadores del tribunal como una tarjeta de "salida gratuita de la responsabilidad corporativa".
Los republicanos, la mayoría, niegan los peligros del cambio climático pese a las alertas y llamados apremiantes previo a la cumbre climática de noviembre en Glasgow, Escocia.
En una valoración muy superficial puede que los demócratas hayan ganado la última ronda de elecciones, pero los conservadores siguen mandando. En esta legislatura, el Tribunal Supremo lo demostrará.
Según el artículo de Ayer en el Times , la pasada legislatura estuvo marcada por una serie de desviaciones radicales de los precedentes y de la legislación existente para elevar ciertos derechos constitucionales de los individuos de una manera que puede detener al gobierno en todos sus niveles.
No obstante, existe una corriente de opinión que cuestiona el funcionamiento de la Corte Suprema y ya este año la aprobación del trabajo de ese foro descendió en la valoración de la población.
Desde hace tiempo hay criterios favorables a realizar cambios estructurales en el foro. Algunas propuestas para revisar el Tribunal Supremo -como la institución de límites a los mandatos y una modesta ampliación del número de miembros- podrían ser saludables, aseguran los analistas, mientras tanto, proseguirá una inclinación en las leyes del país hacia la derecha conservadora. Un negro panorama para la población estadounidense y que acentúa la crisis del sistema.