Erdogan con Putin en Sochi... ¡“Los negocios” son más importantes que Idleb!
Aunque el Kremlin no ha comentado oficialmente el tema del “soborno” de Erdogan al presidente Putin, todos saben lo entrelazadas que son las relaciones ruso-turcas en todos los ámbitos.
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Erdogan con Putin en Sochi
No fue emitida ninguna una declaración conjunta luego de la cumbre entre Putin y Erdogan, asimismo, la parte rusa no hizo comentarios sobre los resultados de esta cumbre, de la que estuvieron ausentes los ministros de Defensa y Exteriores de Turquía, y fueron reemplazados por el jefe de inteligencia Hakan Fidan, dado que es el funcionario que está directamente a cargo del expediente sirio, lo cual molesta a algunos comandantes militares; el diario “Sozjo” señaló que algunos de ellos han renunciado en protesta por esta situación.
En su camino de regreso de Sochi a Ankara, el presidente Erdogan, habló con los periodistas, leales a su gestion que lo acompañaban, y les explicó el método de su diálogo con el presidente Putin, señalando que: “cuando Washington se negó a entregarnos aviones F-35, siendo nosotros socios en su fabricación, discutimos con el presidente Putin el tema de la compra de aviones caza rusos de quinta generación, y hablamos de la fabricación de estos aviones y de la fabricación conjunta de sus motores, así como hablamos de la segunda entrega de misiles S-400 y, Dios mediante, tomaremos medidas conjuntas con Rusia en el campo de la fabricación de buques de guerra inclusive de submarinos, porque Alemania dilata este asunto y es nuestro derecho buscar otras alternativas; le pedí al presidente Putin que aumentara el número de ingenieros que trabajan en la construcción del reactor nuclear en el sur de Turquía, y ahora son tres mil, y me prometió culminar la construcción de la primera planta del reactor nuclear en mayo de 2023”; y agregó señalando: “nuestro objetivo es construir tres reactores nucleares, que es lo que le propuse al presidente Putin; también hablamos de la cooperación en el campo del espacio y el lanzamiento de satélites de manera conjunta, incluso desde estaciones que construiríamos sobre la superficie de los mares”.
Ruslan Pukhov, un experto en asuntos militares rusos, dijo en su comentario sobre las declaraciones del presidente turco, que, “Erdogan exagera cuando se expresa sobre esos acuerdos, dándoles un peso mayor a lo que en realidad son, favoreciendo con ello sus cálculos internos a la hora de negociar con occidente”.
El ex embajador turco en Washington, Faruk Loğoğlu, señaló que: “si Erdogan fuera serio en sus afirmaciones, ¿cómo es que Turquía sigue siendo miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, habiendo enfrentado muchos problemas, y todavía los enfrenta, a causa de su adquisición del sistema de misiles S- 400, y que aún no los ha activado por temor a las reacciones estadounidenses”.
El general retirado, Khaldun Solmaz Turk, consideró que “lo dicho por Erdogan sobre estos acuerdos son una especie de soborno al presidente Putin, con el fin de aliviar la presión sobre Ankara en relación al tema de Idleb; al parecer Erdogan no tiene la intención de retirarse de esa zona y del norte Siria en general”.
Esta forma de interpretar las declaraciones del presidente Erdogan, tanto militar como diplomáticamente, se enmarca dentro de los escenarios que hablaban, antes de la cumbre de Sochi, de una seria presión rusa sobre Ankara para cerrar definitivamente el expediente de Idleb, antes de finales de este año. Mientras se encontraba en Nueva York Erdogan quería hacer frente a estas presiones acercándose al presidente Biden, pero esto no sucedió, quedando su última apuesta a su próxima reunión con él a finales de este mes en la cumbre del G20 en Italia y según el estado de ánimo de Putin, esto pospondría cualquier acción turca en Idleb y en el norte de Siria en general hasta esa fecha, e incluso más allá, ¡Porque Ankara cree que Rusia no sacrificaría sus intereses con Turquía a cambio de un “puñado de terroristas en Idleb!”.
Aunque el Kremlin no ha hecho oficialmente ningún comentario sobre el “soborno"” de Erdogan al presidente Putin, todo el mundo sabe hasta qué punto las relaciones ruso-turcas están entrelazadas en todos los ámbitos, favoreciendo esto a Rusia más que a los turcos; Rusia construye un reactor nuclear por el valor de treinta millardos de dólares, le ha vendido a Turquía misiles S-400 y cubre aproximadamente el cuarenta por ciento del consumo de gas natural de Turquía (este porcentaje era de aproximadamente el sesenta por ciento, hasta que Ankara comenzó a importar gas de Qatar hace dos años); además, el gas ruso llega a Europa por el gasoductos que atraviesa el territorio turco.
Por otro lado, las empresas turcas ejecutan en Rusia enormes proyectos de construcción, por valor de millardos de dólares, la cual a la vez, importa grandes cantidades de productos agrícolas de Turquía, cabe destacar que Turquía fue visitada por dos millones y medio de rusos este año, siendo esta cifra antes de la pandemia del Coronavirus el 2019 de aproximadamente siete millones.
De todos modos e independientemente del alcance de las relaciones económicas y comerciales entrelazadas, el aspecto político y estratégico sigue siendo el más importante para Rusia, la cual no oculta su preocupación por las acciones de Ankara, que atentan contra la seguridad nacional y patria de Rusia, admitido esto por los redactores de la fundación SETA para los Estudios Políticos, Económicos y Sociales, cercana a Erdogan, quienes hablaron en más de una ocasión sobre “la capacidad de Turquía para molestar a Rusia en varios de los ámbitos, encontrándose en primer lugar Ucrania, Azerbaiyán, Georgia, el Mar Negro, el Báltico y Asia Central, donde se encuentran las repúblicas islámicas de origen turcomano cercanas a Afganistán, a esto se le suma la influencia de Turquía, a nivel nacional, religioso y psicológico, en las repúblicas autónomas dentro de la Federación de Rusia, la mayoría de cuya población es musulmana”.
Muchos creen que esta propuesta nacionalista religiosa e histórica de Ankara, la cual plantea el presidente Erdogan para hacer de Turquía una gran nación que se vanaglorie de la historia turca y otomana, es un elemento importante en la negociación de Erdogan con el presidente Putin; Erdogan cree que él es el que posee las cartas más fuertes en estos tratos, así como cree que estas cartas le permiten mantenerse en Siria, de la cual si se retira, significaría admitir su derrota, y la derrota de su proyecto ideológico en la región en general, con las repercusiones que esto puede tener en cuanto al proyecto del califato y del sultanato, y no será fácil de ninguna manera para él, olvidarlo o pasarlo por alto, y él es quien hizo lo que hizo durante los últimos diez años, tanto a nivel regional, como internacional, y lo más importante a nivel interno, convirtiéndose por ello en el gobernante absoluto del país.
Todos saben que Erdogan no renunciará a ninguno de sus poderes, cueste lo que le cueste tanto interna como externamente, incluida la permanencia en Siria, y no solo en Idleb; este problema será resuelto por el presidente Putin, mediante su aprobación o rechazo a las propuestas de Erdogan, hecho que requeriría de una coordinación y cooperación directas con el presidente Biden. ¡Todos recuerdan las declaraciones anteriores negativas del presidente Biden contra Erdogan, quien cree que su país no es menos poderoso que Rusia y Estados Unidos!