Sanciones a América Latina: Instrumento de EE.UU. para frenar la liberación social y política
Las naciones imperialistas utilizan sanciones unilaterales, además de otras medidas de injerencia directa, como los golpes de Estado, o indirecta, como las "revoluciones de colores", para consolidar su forma de dominación en los países que buscan más autonomía.
La opresión socioeconómica llamada sanciones, o bloqueos económicos, son una forma de respuesta, proveniente de las naciones imperialistas que quieren perpetuar su forma de dominación a los países que buscan más autonomía y liberación social y política. Las naciones que luchan por su libertad demuestran a sus antiguas metrópolis que consiguen sobrevivir y formar una sociedad basada en su entorno material actual e histórico; pero, sobre todo, estas naciones demuestran que pueden formar asociaciones autónomas con varias naciones soberanas, aliadas o no de los países que las controlaban, y hacer fluir su desarrollo económico y social. Como respuesta a estas formas de autonomía, que se produjeron masivamente en el corto siglo XX y que se reflejan en este nuevo siglo, se utiliza el unilateralismo de las sanciones, además de otras medidas de injerencia directa, como los golpes de Estado directos, o indirecta, como las "revoluciones de colores". Sin embargo, la opresión tiene una génesis ideológica y política que, erróneamente, legitima supuestamente las agresiones y acciones de estas naciones: sus ideales etnocéntricos de superioridad y guardianes del orden. Para ello, véase el ejemplo de los Estados Unidos en el continente latinoamericano.
Este mal nació de la Doctrina Monroe
La Doctrina Monroe, establecida por el presidente estadounidense James Monroe en 1823, se basó en el supuesto de que Europa no interferiría en los países latinoamericanos. Las naciones europeas se reunieron para discutir el rumbo de Europa y redibujar el mapa del Viejo Continente, deshaciendo la expansión francesa liderada por Napoleón Bonaparte años antes. En materia política, Europa buscaba detener el proceso de independencia iniciado por sus antiguas colonias en América. De este modo, la doctrina tenía la fuerza de la imposición regional norteamericana y su potencial oposición al "viejo régimen" europeo. Por otro lado, la doctrina legitimaba a EEUU para impulsar, a través de la ideología, que sería el "sheriff" del continente y protegería a sus vecinos frente a los que consideraban "villanos" -hoy en día, podemos evaluar estas actitudes como bromas de mal gusto-.
Con legitimación, los norteamericanos hicieron de América Latina su "patio trasero" e impusieron su expansionismo societario a este grupo de países. Tomamos como ejemplo la "marcha hacia el oeste" y las intervenciones en naciones soberanas. Todas estas formas de mantener el orden tomaron una forma legitimada por el propio egocentrismo norteamericano, donde ellos serían la nación "liberadora", incluso llevando muertes y opresiones a las naciones golpeadas.
El factor de la bipolarización mundial
Después de que los aliados, liderados por la Unión Soviética (URSS), destruyeran el nazifascismo en Europa y el Japón imperial en Asia, se produjo una división global hasta finales del siglo XX. Por un lado estaban la URSS y sus aliados de Europa del Este, además de Cuba, junto con algunos países de África, Oriente Medio y Asia; por otro lado, en un bloque totalmente opuesto ideológica, social, política y económicamente estaba el capitalismo liderado por EEUU y sus perros occidentales.
A este conflicto, que trajo consigo divisiones sociales, políticas y económicas, se sumó la búsqueda frenética por parte de ambos bandos de zonas de influencia para contener a sus enemigos, como en el caso de EEUU con América Latina, generando numerosos conflictos armados de grave alcance geopolítico. Este nuevo entorno llevó a la expansión de la Doctrina Monroe y estableció al continente latinoamericano como un laboratorio sociopolítico norteamericano, donde impusieron regímenes políticos y económicos de su confianza -regímenes siempre autoritarios y anticomunistas-, además de financiar la tortura y los actos de terrorismo de Estado contra los opositores a estos regímenes.
Las voces que sufrían el autoritarismo de Washington y la imposición de un sistema económico excluyente se rebelarían y serían ejemplo para el resto del continente, que tenía entornos materiales similares. La liberación natural y simbólica ocurrió, hecha por los barbudos: "Y en eso llegó Fidel", como decía la canción de Carlos Puebla.
La revolución cubana y la nueva mirada sobre América Latina
Cuando los barbudos, liderados por Fidel Castro, llegaron a La Habana el 1 de enero de 1959, el mundo, especialmente América Latina, se quedó atónito al ver los tanques rodeados de gente vitoreando a los guerrilleros que venían de las montañas y la simbología que había detrás del acto. Además, para la población cubana, esto representaba una nueva construcción de la sociedad, frente a la opresión del régimen de Batista que era apoyado por EEUU, y el fortalecimiento de las conquistas sociales y políticas que vendrían con los nuevos líderes.
Tras el triunfo, Fidel y sus compañeros impusieron cambios radicales en la isla, desde la alfabetización que alcanzó a toda la población hasta la ampliación de la ciudadanía política; en definitiva, lo que Cuba mostró al mundo fue que es posible realizar cambios sociales bruscos en una tierra que estaba controlada por los oligarcas. EE.UU., que en su día apoyó la sanguinaria dictadura de Batista, miró a la revolución cubana con mucho cuidado y respeto, pero después de que el gobierno cubano decidiera expropiar tierras y empresas a los inversores estadounidenses, la relación se acabaría por completo. En consecuencia, poco después de esta actitud y como respuesta, el Gobierno de EE.UU. adoptó un plan para derrocar al gobierno cubano, donde financiaron y entrenaron a mercenarios cubanos residentes en Miami con el objetivo de derrocar a Castro y convertir a la población a las ideologías golpistas, pero la población estaba del lado del gobierno y el estancamiento daría lugar a la fallida invasión de Bahía de Cochinos.
Cuba resistió y buscó refugio en la Unión Soviética, potencia rival de EE.UU.; Castro y su base de gobierno ya mostraban un tono socialista en sus actitudes gubernamentales, incluso antes de proclamarse, en 1961, como nación socialista. Además, la ayuda soviética, que vendría de la instalación de misiles en la nación, ayudaría a mantener el gobierno. La crisis de los misiles es un tema muy importante, pero quiero centrarme en la representación de la revolución cubana y su alternativa al interés estadounidense. La simbología de la revolución trajo un nuevo sueño de liberación, haciendo que innumerables naciones vieran a Cuba como un ejemplo a seguir e intentar su liberación social. Los EE.UU. vieron con gran temor esta idea rebelde debido al carácter nacionalista del gobierno, que se mostraba opuesto a sus intereses económicos. Por eso intentaron responder a estos gestos de forma airada y sangrienta, con golpes de Estado y guerras sucias. Además, Cuba sufriría otra opresión, hoy quizás la mayor de todas: el criminal bloqueo.
El bloqueo de Cuba
Los cubanos sufren a diario las consecuencias económicas y sociales derivadas del bloqueo, y tienen un pensamiento crítico sobre la nación que impone esta forma de genocidio. La salud es uno de los puntos más afectados. El gobierno cubano se ve obligado a obtener estos materiales y medicamentos en mercados lejanos y, muchas veces, con el uso de intermediarios, imponiendo así precios más altos en este sector. A pesar de la estrategia destructiva del gobierno estadounidense, se lograron resultados en la esfera social, algo comparable a los de los países desarrollados. El sector de la salud se mantuvo entre las prioridades de la revolución y siempre se mostró como algo que había que defender constantemente a lo largo del proceso revolucionario. Tanto en la Constitución de 1976 como en la actual, asegurar el estado de bienestar del pueblo ha sido representado como un deber del Estado, libre y general.
Sin embargo, las medidas de EE.UU. contra Cuba no se limitan a los servicios médicos, sino a todas las áreas de la economía y los sectores tecnológicos de la nación. A pesar de las dificultades y adversidades que enfrenta la Revolución, la ciencia y la innovación son el motor del desarrollo y la palanca para superar todos los desafíos, como siempre predicó nuestro Comandante Fidel Castro. El derecho a la vida está plasmado en el artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: "Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona". El bloqueo causa un daño humanitario incalculable. Constituye una violación flagrante, masiva y sistemática de los derechos humanos y se califica como un acto de genocidio en virtud de los apartados B y C del artículo 2 de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de 1948.
Aquí no podemos dejar de preguntarnos: ¿es legal el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba? ¿No viola el bloqueo o embargo, como se califica para quitarle su alcance extraterritorial, las disposiciones del Derecho Internacional Humanitario, la Declaración de los Derechos Humanos, la Carta de las Naciones Unidas y el artículo IV de los Convenios de Ginebra? Una simple lectura de este artículo nos permitirá advertir sobre las continuas violaciones que se basan en el privilegio de medidas dirigidas a estrangular la economía de las Antillas, con el objetivo de matar a todo un pueblo con enfermedades sembrando el descontento en la población civil y minando el apoyo al proceso revolucionario. Si la Asamblea General de las Naciones Unidas, durante 27 años consecutivos, apoyó casi unánimemente la resolución cubana contra el bloqueo impuesto por Estados Unidos, es porque, a la luz del derecho internacional, éste constituye el mayor crimen de guerra realizado contra un país en tiempos de paz.
Las reflexiones de la Revolución Cubana
Cuba es un símbolo de esperanza y un ejemplo para otros países latinoamericanos, especialmente para aquellos que se defienden de las acciones colonialistas. Los rebeldes cubanos influirían en las guerrillas contra las dictaduras burguesas en América Latina, como las guerrillas brasileñas que lucharon en 1964, hasta las revueltas sociales en el contexto del capitalismo neoliberal, como la bolivariana de Chávez. Además, la figura del comandante Fidel Castro quedaría inmortalizada como un salvador de los pobres del continente y sería un referente de los gobiernos progresistas y bolivarianos que nacieron en el continente.
Hugo Chávez, presidente de Venezuela entre 1999 y 2018, absorbería a los radicales de Estados Unidos y también construiría una democracia opuesta a los intereses oligárquicos de sus élites, además de realizar importantes transformaciones sociales en la vida de sus ideales y, en consecuencia, reducir las desigualdades. Chávez y su sucesor, Nicolás Maduro, sufrieron las barbas del imperialismo, que harán o intentarán hacer alianzas imperialistas. No sólo los chavistas venezolanos, sino también los sandinistas nicaragüenses, los indigenistas bolivianos, la izquierda brasileña en su conjunto, entre otros ejemplos, están constantemente influenciados por Cuba y sus barbudos. ¡Una revolución viva!