Comunicación. La necesaria y exitosa existencia del canal panárabe Al Mayadeen, que acaba de cumplir diez años
Diez años en la existencia de un medio de comunicación puede ser poco o demasiado tiempo, según el recorrido que éste haya hecho. En el caso de la cadena panárabe Al Mayadeen, que por estos días ha festejado la primera década de existencia, lo exitoso y duramente logrado contra viento y marea, muestran la corrección de la apuesta inicial.
Como bien dice el director de Al Mayadeen, Ghassan Ben Jeddou, en una extensa y jugosa entrevista realizada por la agencia cubana Prensa Latina: “cuando nacimos lo hicimos como un grito de protesta y de ira contra la realidad amarga que vivía el mundo árabe”, y en ese sentido, el medio se convirtió rápidamente en una herramienta necesaria para visibilizar, primero las experiencia de lucha y las adversidades que se daban en la región, pero a la vez comenzó a dar cuenta de todos los procesos libertadores, y por ende, antiimperialistas del resto del mundo.
Si hay algo que Al Mayadeen tiene como señal de identidad, no solo es la profesionalidad de su plantilla de periodistas y colaboradores, sino la apuesta a decir la verdad aunque duela, sin atajos oportunistas ni falsas especulaciones ideológicas. El canal televisivo y todos sus derivados, como el excelente y muy consultado portal web, apuntan lo que la totalidad de los medios hegemónicos callan, ocultan, tergiversan. Siguiendo el relato de Ben Jeddou, “Al Mayadeen no vino del vacío, nuestra línea viene de la historia de lucha y confrontación con el imperialismo, y tiene a la causa palestina como factor fundamental”. Ese bagaje, es precisamente el que le da a la plataforma comunicacional la credibilidad que hoy tiene en el escenario internacional.
Amigos entrañables de la causa de Cuba y Venezuela, países con cuyos medios fue tejiendo lazos de colaboración, Al Mayadeen acercó como nadie al mundo árabe, las realidades de las rebeldías latinoamericanas, africanas o asiáticas. Con paciencia, dignidad y humildad, tres vectores a los que Ben Jeddou pondera, el canal fue también desentrañando las tropelías de los mandamases árabes, sus historias de corrupción y sus alianzas con esos enemigos execrables para todos los pueblos que quieren ser libres: el sionismo y su hijo mimado, el imperialismo yanqui.
Esas inserciones en el corazón de la traición árabe le generó enemigos que de todas maneras ya existían pero le abrió aún más las puertas a la solidaridad de los que no se arredran ante los poderosos, por más petrodólares de los que dispongan.
Para quienes hacemos desde hace 34 años Resumen Latinoamericano, con una linea muy similar a Al Mayadeen, su existencia y su visión de futuro para seguir sirviendo a la causa de los pueblos de todo el Tercer Mundo, nos alienta diariamente en nuestra propia lucha. Pero sobre todo, nos da fuerzas el hecho de que a pesar de todas las campañas demonizadoras lanzadas contra el canal (cuya sede central está en El Líbano) ha sabido resistir y no ha dejado un minuto de mostrar informativamente la difícil pero necesaria construcción del eje de la Resistencia del mundo árabe e islámico. En ese aspecto, la causa palestina aparece como esencial, lo mismo que sostener a los pueblos y sus direcciones revolucionarios de Siria, Yemen, Irán, Irak y otros procesos populares de la región.
Es por todo esto que nos asociamos al festejo de estos diez fructíferos años y felicitamos al admirado colega Ghassan Ben Jeddou, a ese puntal fundamental en las tareas periodísticas y de relaciones públicas que es Wafika Ibrahim, y a todo el equipo que diariamente se pone al hombro la decisión de informar desde el compromiso con los “condenados de la tierra, como dijera ese intelectual militante que fue Frantz Fannon.