Otro pulseo entre China y Estados Unidos: ¿Quién desafía a quién?
Una vez más el tema de Taiwán acrecienta las tensiones entre China y Estados Unidos.
A raíz del paso de un navío norteamericano por el Estrecho de Taiwán este fin de semana, China respondió con maniobras militares.
La cadena estadounidense CNN reportó que un encuentro cercano entre un buque militar chino con el destructor Chung-Hoon de Estados Unidos “casi resulta en una colisión”.
La Cancillería china, por su parte, rechazó las críticas de Estados Unidos a sus maniobras y aseguró que se ejecutaron con profesionalidad, como “respuesta necesaria ante una provocación”.
El vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores del gigante asiático, Wang Wenbin, enfatizó que la parte china nunca procedió de manera peligrosa, sus acciones tienen sustento en las leyes internacionales y respetan la libertad de navegación.
El funcionario de Beijing definió las operaciones militares de “completamente justificadas, lícitas, seguras y profesionales”, a la vez que exigió a Washington dejar de crear problemas en la zona, subrayando la determinación de su Gobierno a proteger la soberanía nacional.
Bejing ha reiterado que el principio de una sola China es consenso de la comunidad internacional y constituye la premisa y fundamento para el establecimiento y desarrollo de relaciones diplomáticas entre China y Estados Unidos. Sin embargo, en los últimos meses los careos entre ambos países respecto al estatus de Taiwán se han incrementado.
Unos 181 países han establecido relaciones diplomáticas con China sobre la base del principio de una sola China, incluido EE.UU.
Recientemente, durante una reunión de la Comisión de Seguridad Nacional de China, el presidente Xi Jinping dijo: “Debemos estar preparados para el peor de los casos y los escenarios extremos, ser conscientes de los peligros potenciales y estar listos para resistir la gran prueba de los fuertes vientos, las aguas agitadas e incluso las tormentas peligrosas”.
De esa manera el mandatario hizo un llamado a modernizar el sistema y capacidad de seguridad nacional chinos, y prepararse “para el combate real y enfrentar problemas prácticos”.
Señaló, además, que “la complejidad y gravedad de los problemas de seguridad nacional” que enfrenta hoy el gigante asiático “se han incrementado drásticamente”.
La China “perturbadora” para Occidente
Según declaraciones a CNBC de los jefes de Defensa de Alemania, Australia y Canadá al margen de la conferencia sobre seguridad conocida como el Diálogo de Shangri-La, que se celebró este fin de semana en Singapur, el creciente dominio de China puede preocupar a países de todo el mundo. No obstante, coincidieron, las conversaciones con Beijing deben continuar.
El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, afirmó que cortar lazos con China no es una opción. “No es una solución desvincularse. No es una solución construir nuevos muros y levantar nuevas barricadas. Tenemos que encontrar una forma de coexistencia que signifique no depender demasiado de nadie. Y en el camino no rechazar el diálogo y la cooperación”, subrayó.
Por su parte, el ministro de Defensa australiano, Richard Marles, indicó que China es el mayor socio comercial de Australia, aunque la relación entre ambas naciones sigue siendo “compleja” debido a la presencia militar de Beijing en la región.
“China está llevando a cabo una importante intensificación militar, realmente la mayor intensificación militar convencional que hemos visto por parte de cualquier país desde el final de la Segunda Guerra Mundial”, señaló Richard Marles, agregando que “con mayor razón hay que hablar”.
Enfatizó también la importancia de los diálogos formales de defensa con China para evitar malentendidos y tener una idea clara de cuál es la intención estratégica de cada país.
Mientras, la ministra de Defensa de Canadá, Anita Anand, destacó que hay que “trabajar juntos como socios y aliados para mantener un Indo-Pacífico libre y abierto, reconociendo que China se convirtió en una potencia mundial cada vez más perturbadora”.
“Las líneas abiertas de comunicación son importantes, pero al mismo tiempo hay acciones emprendidas por China que debemos mirar con los ojos bien abiertos”, concluyó.
La mayor parte de los países occidentales reconocen que militarmente China es hoy una fuerza para tomar en cuenta. En los últimos años, su Ejército Popular de Liberación ha logrado enormes avances en tecnología e innovación, así como en números.
Sin embargo, a Washington parece no importarle, y no cesa de echar leña al fuego con un tema que sabe constituye prioridad para la política china.
La estrategia de “contención” tiene entre sus principales puntos focales el tema de Taiwán (mediante la venta de armas y el aliento a las fuerzas separatistas), y entorpecer las relaciones de China con sus vecinos. A lo que se suma la creación de alianzas militares en las narices de Beijing, así como la realización constante de ejercicios militares conjuntos con países como Japón y Corea del Sur, entre otros.
El proyecto de presupuesto presentado por el Pentágono por 842 mil millones de dólares para el año fiscal 2024 incluye nueve mil 100 millones de dólares para la Iniciativa de Disuasión en el Pacífico; lo cual reafirma el objetivo de Washington de “hacer frente” a la influencia de China en el Indo-Pacífico y reforzar su papel en la región.
Según se ha anunciado, esa suma se destinará a la construcción de bases aéreas, el desarrollo de una nueva arquitectura de alerta y seguimiento de misiles, así como el intercambio multinacional de información y formación.
“Una guerra de China y EE.UU. sería un desastre”
En el propio Diálogo de Shangri-La, el ministro de Defensa de China, general Li Shangfu, afirmó que “una guerra de China y Estados Unidos sería un desastre insoportable para el mundo”; una afirmación que los medios occidentales se dieron la tarea de catalogar de “advertencia”.
En su discurso, el general Li Shangfu se refirió a la carrera armamentista emprendida por “algunos países” en Asia. No obstante, consideró que el mundo es lo suficientemente grande para la coexistencia de potencias como China y Estados Unidos, por lo que ambas naciones deberían buscar un entendimiento común.
El militar de alto rango de China dijo que Washington sostiene una “mentalidad de Guerra Fría”, y argumentó que la nación norteamericana va “aumentando en gran medida los riesgos de seguridad” a nivel regional e internacional.
Estas palabras de Li estaban claramente vinculadas a las acusaciones de Estados Unidos sobre las maniobras militares “inseguras” cerca de una embarcación militar estadounidense en el estrecho de Taiwán. Pero, ¿quién desafía a quién?
En el presunto roce ocurrido este sábado, la embarcación china navegó (según Washington) a unos 140 metros de distancia de la estadounidense. Ahí había también embarcaciones de Canadá.
China criticó a los países norteamericanos de “provocar riesgos deliberadamente”. Estados Unidos y Canadá dijeron que navegaban donde lo permitía el derecho internacional.
Gigante preparado frente a las agresiones
En su discurso en el Diálogo de Shangri-La, el general Li aseguró que China no permitirá que las patrullas navales de Estados Unidos y sus aliados sean “un pretexto para ejercer hegemonía en la navegación”.
Li subrayó que gracias a esfuerzos conjuntos de los países en la región, la situación en los mares aledaños se ha mantenido generalmente estable, y los intercambios y la cooperación regionales se han ampliado y fortalecido.
Algunos países fuera de la región ejercen su “hegemonía de navegación” en nombre de la “libertad de navegación”, dijo, y agregó que “ellos quieren enlodar las aguas para embolsarse ganancias”.
El general remarcó que los países en la región deben estar alertas y rechazar de manera firme tales actos. “La solidaridad entre los países en la región necesita cuidados”, añadió.
Comentó que China y los países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) están conectados por vínculos de geografía, cultura y familia. “Es natural que haya desacuerdos entre los vecinos de vez en cuando”.
Pero, dijo Li, mientras los países en la región están comprometidos en la comunicación y la consulta para arreglar apropiadamente las diferencias, algunos países fuera de la región siguen sembrando discordias y avivando las llamas.
En ese sentido, el representante de China en el mayor diálogo internacional de seguridad en Asia exhortó a los países en la región a mantenerse perspicaces y sensatos sobre los beneficios y riesgos. “Las perspectivas para la paz y la cooperación regionales son prometedoras” por el camino de la cooperación, indicó.
Alianzas militares tipo OTAN
En otro momento de su intervención, el ministro de Defensa de China criticó el establecimiento de alianzas militares “similares a las de la OTAN” en la región Asia-Pacífico.
“En esencia, los intentos de presionar por (alianzas) similares a la OTAN en Asia-Pacífico son una forma de secuestrar países de la región y exagerar los conflictos y las confrontaciones, lo que solo hundirá al Asia-Pacífico en un torbellino de disputas y conflictos”, dijo Li.
“La región Asia-Pacífico de hoy necesita una cooperación abierta e inclusiva, y no asociarse en pequeñas camarillas. No debemos olvidar los graves desastres que las dos guerras mundiales provocaron en los pueblos de todos los países, y no debemos permitir que una historia tan trágica se repita”, añadió.
Washington ve a China como “el desafío más serio a largo plazo para el orden internacional”.
El general no nombró explícitamente a ningún país, pero sus palabras fueron interpretadas por los medios como una referencia a Estados Unidos, que ha estado apuntalando alianzas y asociaciones en la región.
Estados Unidos es miembro de la Alianza AUKUS junto a Australia y Reino Unido. También es miembro del grupo QUAD, que incluye a Australia, India y Japón.
China ha denunciado que estas alianzas amenazan con dañar la paz regional e intensificar la carrera armamentística en la región.
Relaciones en un momento difícil
En los últimos meses, las relaciones entre China y Estados Unidos han pasado por momentos muy difíciles, fundamentalmente porque Washington ve a la nación asiática como su principal rival estratégico.
Por citar sólo algunos ejemplos recordemos la visita de Nancy Pelosi a Taiwán, que fue repetida por otros tantos representantes del gobierno estadounidense, lo que provocó careos importantes entre ambos países.
También el incidente con el globo de investigaciones meteorológicas de China, que a inicios de febrero entró de manera accidental al espacio aéreo de Estados Unidos y fue derribado por aviones de combate del Pentágono frente a la costa de Carolina del Sur, lo cual fue seguido de una avalancha de publicaciones en la prensa occidental sobre los supuestos planes de espionaje a terceros por parte de Beijing.
Luego, las constantes alusiones a las relaciones entre China y Rusia, el pretendeido eje del mal que “se confabula” contra Washington y sus socios de la OTAN. La guerra del dólar vs el yuan. La guerra de los chips…
Son sólo algunos ejemplos de la creciente tensión entre las dos principales economías del mundo.
Washington ve a China como “el desafío más serio a largo plazo para el orden internacional”, como “una potencia con un alcance, influencia y ambición extraordinarios”; pero que posee una agenda de política interior y exterior “preocupante” para los intereses norteamericanos.
China ha reiterado que Taiwán es la primera línea roja que no debe cruzarse en las relaciones entre Washington y Beijing. El canciller Qin Gang lo ha descrito: “Si Estados Unidos no se detiene y sigue acelerando por el camino erróneo, no hay límites que puedan impedir que descarrile y entonces sin duda habrá conflicto y confrontación. ¿Quién asumirá las catastróficas consecuencias?”.