Victorias de julio, Habana-Beirut-Habana
En el artículo exclusivo para Al Mayadeen Español, el autor narra sus vivencias de los momentos de la agresión israelí a Líbano y las coincidencias históricas con la patria del autor, Cuba, en la cual también en Julio ocurrió el Asalto al Cuartel Moncada, en Santiago de Cuba.
-
Victorias de julio, Habana-Beirut-Habana.
A mediados de julio de 1982, durante la invasión israelí a Líbano, después de soportar un bombardeo aéreo en Beirut, capital de esa nación, del amanecer hasta tarde en la noche, pude ver la ciudad envuelta en llamas, desde lo alto de un edificio en Ramlet el Baida, donde viví por más de cuatro años.
Entonces tuve la certeza que aquella prueba de resistencia de los defensores de la ciudad se transformaría, más temprano que tarde, en victoria. Un crimen como aquel no podría quedar sin castigo.
Los agresores de la entidad sionista habían plantado la semilla de su derrota. La salida de los combatientes palestinos dejó en manos de las fuerzas patrióticas libanesas la justa causa de la liberación, la expulsión de los ocupantes de su tierra, y aquel era un deber y un derecho sagrado, que nadie podría negar o disputar.
Y así lo escribí. Con otro julio en la mente, el del 26 en Santiago de Cuba, con el asalto al cuartel Moncada, un día de despertar, el de la rebeldía y el martirio que marcó el inicio de la batalla final por la soberanía e independencia total de Cuba.
La nueva fuerza de la resistencia islámica, representada por el naciente movimiento político-militar Hizbullah irrumpió en Beirut y expandió su poderío por los territorios ocupados de Líbano.
Una creciente guerra de guerrillas comenzó a desangrar a las tropas de ocupación.
Por primera vez en su historia de agresiones contra las naciones árabes, la entidad sionista procedía, en mayo de 2000, a una humillante retirada incondicional de hasta la última pulgada del territorio ocupado.
El primer ministro de “Israel”, potencia creada por Londres y financiada por Washington, Ehud Barak, ganó el cargo con la promesa de una retirada antes de julio.
Adelantó la fecha. Ya no podía sostener más aquella "papa caliente" un día más.
La edición del periódico español Última Hora del 25 de mayo del 2000 publicó un titular inimaginable hasta entonces: "Israel” se retira del Líbano, donde ha perdido su primera guerra en 52 años".
"Pierde una guerra, pero esta ya estaba perdida desde el día en que se declaró”, consideró el historiador militar Martin Van Creveld, hace 23 años.
“Como los estadounidenses en Vietnam y los rusos en Afganistán, “Israel” no pudo vencer a una guerrilla respaldada por la población”, subrayó.
Según este especialista, la derrota no debería tener implicaciones en el equilibrio de fuerzas con Siria y los otros países árabes, “que saben muy bien cuál es el potencial militar israelí”.
Sin embargo, reconocía, que la victoria de Hizbullah podría alentar a los palestinos y crear un terreno fértil para una nueva Intifada (rebelión popular), en el contexto del estancamiento de las negociaciones de paz.
Aquella suposición se hizo realidad. El ejemplo de la victoria alcanzada por las fuerzas nacionales libanesas tuvo un efecto alentador en Gaza y Cisjordania.
Al propio tiempo el influyente papel de Irán en la región, por su ejemplo y solidaridad práctica arrojó buenos resultados.
“Israel” se retiró porque nuestra población ya no soportaba pagar con la muerte de 20 soldados por año el precio de la presencia en Líbano", admitía un renombrado centro de estudios del estado sionista.
La espina de la derrota siguió alimentando el afán de venganza en “Tel Aviv”.
Así, en julio de 2006, el ejército israelí volvió a la carga contra "el país de los cedros" con todo su poderío aéreo, naval y terrestre, con el pretexto de rescatar dos soldados capturados por fuerzas de Hizbullah.
EL gobierno de “Israel” aseguró que Hizbullah había emboscado a sus soldados cuando patrullaban la frontera, pero la versión libanesa era diferente, los efectivos fueron emboscados en Ayta Ash Shab, dentro de su territorio.
Hizbullah asaltó a las fuerzas israelíes y el resultado del choque fue de tres soldados muertos, tres heridos y dos capturados. Más tarde un Merkava (carro de combate blindado) incursionó de nuevo, pero fueron repelidos cuando una bomba libanesa estalló y mató a los cuatro tanquistas.
“Israel” no dudó en acudir a la ONU con apoyo de Estados Unidos y preparar una campaña militar de castigo contra el Líbano
Y otra vez descargó de modo despiadado su poderío militar, incluyendo armas prohibidas como las bombas de racimo, para diezmar a la población civil. Una acción terrorista amparada por los presuntos paladines de la lucha Internacional contra esa práctica.
La llamada segunda guerra del Líbano, o Guerra de julio, según las fuerzas patrióticas, provocó un espectacular desprestigio del ejército sionista.
Israel inició una campaña de fuego aéreo cuyo objetivo era atacar selectivamente puntos estratégicos de Hizbullah y del ejército libanés.
Al mismo tiempo Hizbullah lanzó su artillería y sus misiles provocando graves daños en Haifa y en todo el norte israelí tanto en infraestructura civil como militar.
El hecho de que “Israel” y Líbano comparten frontera anuló el poder de la fuerza aérea israelí debido a la capacidad de respuesta de la artillería y los misiles libaneses.
El 26 de julio de 2006 observadores de la ONU murieron por ataques de “Tel Aviv”.
Durante las tres primeras semanas la agresividad israelí aumentó. Pasaron de realizar ataques selectivos y restringidos a hacerlos contra zonas residenciales y barrios chiitas de Beirut y de todo el sur del Líbano.
Tiro y Sidón sufrieron duramente los bombardeos aéreos, incluso la lejana Trípoli (al norte del Líbano) soportó las acciones debido a la existencia de desplazados provenientes del sur del país.
Después de tres semanas de fuego aéreo se inició la invasión por tierra. A diferencia de la invasión de 1982, ”Israel” ya no tenía aliados ni apoyos dentro del Líbano mientras que Hizbullah contó con el respaldo de amplias capas de la población y sus combatientes estaban preparados para enfrentarse a los israelíes.
De hecho cuando penetraron en el sur de la nación mediante una incursión de blindados Merkava, “Israel” perdió una división entera de los mismos (de las siete que posee) debido a los RPG-29 rusos en posesión de Hizbullah.
Los combates no permitieron que los israelíes penetrarán el país de los cedros ni llegaran a Tiro o a Sidón para asegurar sus posiciones, tampoco pudieron acceder al valle de Bekaa, las Granjas de Shebaa, ni a las montañas de Qalamoun, por lo cual se dedicó a hostigar a los civiles libaneses, y provocaron más de 900 muertes.
Uno de los casos más flagrantes fue la masacre en la ciudad de Qana, cuando bombardeó un edificio repleto de civiles el 31 de julio. “Tel Aviv” dijo que el inmueble pertenecía a la red militar de Hizbullah, pero observadores de la ONU lo desmintieron.
El 14 de agosto, después de varios intentos fallidos, se logró poner fin a la guerra y firmar un acuerdo de intercambio de prisioneros.
El fracaso en el Líbano de soldados con reputación de invencibles, frente a unos pocos miles de combatientes irregulares de Hizbullah provocó un extenso rechazo público en el interior de la entidad sionista, y su jefe, el general Dan Halutz, a quien se vaticinaba para ocupar el puesto de Primer Ministro, fue desautorizado y debió presentar su renuncia.
En 2006 “Israel” y Hizbullah se enfrentaron abiertamente en una guerra corta, pero determinante para el futuro de la región y de todas las fuerzas patrióticas y nacionales árabes.
En junio de 2006, me encontraba a la espera de los documentos de viaje y la confirmación del presupuesto necesario para regresar a Beirut y reabrir la oficina de Prensa Latina en aquel país, donde sufrí en carne propia los tormentos de la guerra, cuando el estado sionista desencadenó su nueva agresión.
Hay fechas que marcan momentos únicos, imborrables, decisivos en la historia de las naciones. Así ocurre entre Cuba y Líbano separados por enormes distancias, que celebran en julio días de combates y victorias en su lucha por la independencia y la soberanía nacional.