Discrecionalidad en distribuir ayuda humanitaria en Yemen. ¡Quien apoya a Gaza está privado!
La decisión del Programa Mundial de Alimentos de suspender la ayuda alimentaria en las áreas bajo el control del gobierno de Saná en diciembre de 2023 tiene grandes repercusiones y agrava la peor crisis humanitaria del mundo que enfrenta el pueblo yemenita debido a la agresión y al bloqueo.
La treintañera Samia Al-Absi no pudo pagar el alquiler de su apartamento por segundo mes consecutivo, tras la suspensión de las ayudas alimentarias proporcionadas por el Programa Mundial de Alimentos a los beneficiarios en la mayoría de las provincias de Yemen.
Al-Absi, empleada en una agencia de servicios publicitarios por aproximadamente 100 dólares mensuales, se vio obligada a destinar esa suma para comprar alimentos básicos en lugar de pagar el alquiler.
En una declaración a Al Mayadeen, Al-Absi afirmó: "Me encuentro entre dos espadas, entre el hambre y la vivienda, entre la elección de alimentos y enfrentar la indigencia en las calles".
Aseguró que la suspensión de las ayudas alimentarias la llenó de preocupación por su familia, compuesta por tres hijos y su anciana madre.
Al-Absi es una de los seis millones de beneficiarios distribuidos en las provincias bajo el control del gobierno de Saná, que dependían principalmente de las ayudas alimentarias proporcionadas por el Programa Mundial de Alimentos antes de anunciar la suspensión en diciembre de 2023.
El Programa Mundial de Alimentos en Yemen explicó que la decisión de suspender la ayuda en áreas controladas por el gobierno de Saná "se tomó en consulta con los donantes" y se justificó debido a "limitaciones financieras".
Sin embargo, en el mismo comunicado publicado en su sitio web, confirmó la continuación de la distribución de ayuda alimentaria en las áreas controladas por el gobierno designado por Arabia Saudita.
La ayuda y la postura de Yemen hacia Gaza
La continuación de las operaciones del Programa Mundial de Alimentos en áreas controladas por el gobierno designado por Arabia Saudita y en las regiones del sur, junto con su suspensión en áreas controladas por el gobierno de Saná, llevó a muchos trabajadores humanitarios a vincular la postura del gobierno de Saná con la agresión israelí contra Gaza y la continuación de las actividades del Programa Mundial de Alimentos en esas áreas.
En este contexto, el portavoz del Consejo Supremo de Asuntos Humanitarios y Cooperación Internacional en Yemen, Jamal Al-Ashwal, afirmó que la decisión de suspender la ayuda alimentaria en las áreas bajo el control del gobierno de Saná tiene grandes repercusiones y agrava la peor crisis humanitaria del mundo que enfrenta el pueblo yemenita debido a la agresión y al bloqueo.
Afirmó que Estados Unidos utiliza la carta humanitaria para presionar al pueblo yemenita con el fin de lograr objetivos políticos, calificando este comportamiento como una "crimen de guerra que viola todas las leyes internacionales".
Al-Ashwal acusó a las organizaciones humanitarias de ceder a las presiones estadounidenses, lo que llevó a empeorar la tragedia, especialmente para los beneficiarios más empobrecidos.
Enfatizó que este comportamiento no logrará cambiar la postura del pueblo yemení hacia la causa palestina, que considera como su principal causa.
"La suspensión de la ayuda por parte del Programa Mundial de Alimentos en las áreas bajo el control del gobierno de Saná se produjo por dirección estadounidense, como un medio de presión debido a la posición de Yemen en apoyo de Palestina", concluyó.
Agravar las heridas de los desplazados
Fuad Al-Masawi se encontró entre dos opciones amargas después de la suspensión de la colaboración y en efectivo que recibía mensualmente de las organizaciones humanitarias durante seis años de desplazamiento.
Al-Masawi se trasladó con su familia desde la región de Tihama en el oeste de Yemen y considera regresar a su pueblo a pesar de los riesgos de seguridad que puede enfrentar y privar a sus dos hijas de completar su educación universitaria.
Destacó a Al Mayadeen que la suspensión de la ayuda le puso entre dos espadas, ya sea regresar al pueblo y privar a sus hijas de la educación o quedarse en Saná y enfrentar lo desconocido.
Según las estadísticas del Consejo Supremo de Asuntos Humanitarios y Cooperación Internacional, la suspensión de las actividades del Programa Mundial de Alimentos también privó a 46 mil 629 beneficiarios de la ayuda en efectivo en Yemen.
Las últimas medidas de las organizaciones humanitarias en Yemen también incluyeron la suspensión de las intervenciones para frenar la propagación de la desnutrición, en medio del aumento de los casos de desnutrición aguda y crónica, superando los 4.5 millones de casos hasta finales de 2023, la mayoría de ellos niños y mujeres.
Una situación catastrófica
El proyecto de alimentación escolar en Saná recibe decenas de llamadas diarias de ciudadanos que preguntan sobre la fecha de distribución de la ayuda, según el portavoz del proyecto, Nabil Al-Qudsi. Además de decenas de beneficiarios que solían ir diariamente a la sede del proyecto por la misma razón.
Al-Qudsi dijo a Al Mayadeen: "Recibimos muchas mensajes diarios, incluso a través de las redes sociales del proyecto, preguntando sobre la fecha de la distribución, pero lamentablemente no sabemos cómo responder a las preguntas de los beneficiarios", describiendo los efectos de la suspensión de la distribución de ayuda como "catastróficos" para cientos de miles de familias yemeníes.
El proyecto de alimentación escolar en Saná, el mayor socio local del Programa Mundial de Alimentos, satisfacía a más de tres millones de personas mediante la entrega de una canasta de alimentos mensualmente.
Según Al-Qudsi, esas ayudas eran la única fuente para asegurar el sustento en medio de la crisis de la falta de salarios, el aumento del desempleo y la expansión de la pobreza y el hambre.
Durante más de ocho años, cientos de miles de familias yemeníes dependieron principalmente de esas ayudas que contribuyeron a salvarlos de la hambruna. La canasta alimentaria mensual contenía "75 kilogramos de harina, 10 litros de aceite, cinco kilogramos de sal y dos de legumbres" antes de que se redujera la cantidad de harina hace dos años a 50 kilogramos.
Al-Qudsi afirmó que la falta de seguridad alimentaria pone en peligro la vida de dos tercios de la población yemení, señalando que quienes trabajan en la situación humanitaria en Yemen son conscientes del esfuerzo realizado por el programa para reanudar la distribución de ayudas.
Hay una comunicación continua y un esfuerzo constante para reanudar las actividades, según sus palabras.
Hasta que el gobierno de Saná llegue a un acuerdo con las organizaciones internacionales, encabezadas por el Programa Mundial de Alimentos, Samia Al-Abssi, Fuad Al-Masawi y millones de yemenitas más seguirán enfrentando el riesgo de desnutrición y la falta de seguridad alimentaria.