Asalto a Rafah: ¿Declaraciones de negociación o una operación militar anticipada?
La cosecha de Netanyahu después de seis meses de una devastadora guerra en la Franja de Gaza es decepcionante y fallida, frente a una sólida resistencia que lucha con gran eficacia.
Tan pronto como el movimiento de resistencia palestino Hamas anunció la presentación de una respuesta oficial sobre el marco general para concluir un acuerdo de intercambio de prisioneros con “Israel” y una hoja de ruta de tres etapas para detener la guerra en Gaza, el gobierno de Netanyahu anunció la aprobación del plan militar para asaltar la ciudad de Rafah y ampliar los poderes de su delegación negociadora, en dos declaraciones contradictorias, las cuales hicieron más ambigua la situación en torno a los escenarios para la próxima fase de la guerra en Gaza.
A pesar de todas las declaraciones israelíes sobre una operación militar en Rafah, surge una pregunta importante: ¿La amenaza de asaltar Rafah es considerada una declaración de negociación en términos del tiempo o será una operación terrestre inminente?
En términos de tiempo, la amenaza israelí de asaltar la ciudad de Rafah ocurrió después de la respuesta de Hamas, la cual incluyó su visión y exigencias sobre su disposición a concluir un acuerdo de intercambio de prisioneros con "Israel".
El estado de frustración entre los líderes de la ocupación durante el último período elevó el techo de demandas y condiciones, y creó una imagen para Netanyahu y los comandantes de su ejército de que la resistencia palestina todavía tiene la capacidad de luchar por un tiempo mayor al esperado.
Asimismo, el anuncio de Netanyahu de recurrir a la política arriesgada y su aprobación de un plan militar para atacar Rafah, donde hay más de un millón de palestinos desplazados, tiene una gran posibilidad de que su objetivo sea presionar a los países y a las mediaciones en curso para que ejerzan más presión sobre Hamas para concluir un acuerdo de intercambio que satisfaga a la extrema derecha israelí, ahora bajo una gran presión interna.
El momento de esta declaración particular es considerada una negociación para poner más presión sobre Hamas e imponer los términos del acuerdo según el deseo israelí.
A su vez, en este contexto surge otra pregunta importante: ¿Está “Israel” listo en el orden logístico para asaltar la ciudad de Rafah, cuando existen quejas sobre la escasez de recursos y el ritmo lento apoyo militar estadounidense durante las últimas semanas de la guerra en Gaza?
El estado de frustración en la administración estadounidense es una razón fundamental detrás de la reducción del apoyo militar a “Israel”.
La desaceleración aconteció como resultado de las grandes convicciones de Washington sobre el fracaso de Netanyahu y su incapacidad para resolver la guerra en beneficio de “Israel”, y la conciencia de que llegó el momento de una solución política porque la continuidad de la guerra es contradictoria con la visión estadounidense y los intereses de la administración Biden, ante todo.
Otros datos indican que “Israel”, en términos de tiempo, no podrá asaltar Rafah, cuando altos oficiales del ejército de ocupación israelí reconocieron la dificultad de combatir en Khan Yunis durante más de dos meses seguidos y anunciaron la escalada en el ritmo de los enfrentamientos y su expansión cada vez mayor en el frente norte con Hizbullah.
"Israel" no puede lanzar dos operaciones militares en Khan Yunis y Rafah al mismo tiempo, a la luz del reconocimiento de una resistencia feroz en Khan Yunis y de su declaración de que todavía está lejos del final de la batalla, y, además, darse cuenta que las capacidades militares de Hizbullah superan las de Hamas muchas veces.
Tampoco es posible confirmar una fecha inminente para una operación militar terrestre en Rafah tras el anuncio de la Casa Blanca de que las negociaciones sobre un acuerdo de intercambio y alto el fuego va por buen camino, y todo lo emitido por “Israel” es cuestionable y no puede implementar en este momento.
"Israel" tiene solo dos opciones, si considera realmente atacar Rafah: llamar a las fuerzas de reserva para un reclutamiento parcial o a soldados del frente norte y buscar apoyo militar como antes, ya sea por medio de Estados Unidos, aunque este disminuyó en la actualidad.
En todos estos caminos, el “Estado” ocupante enfrenta dificultades a la luz de los cambios y las posiciones oficiales internacionales y estadounidenses, el boicot a varias empresas y su negativa a suministrar armas a “Israel” después de los crímenes de genocidio contra los palestinos en la Franja de Gaza.
Existe una variable importante en el escenario de la guerra en Gaza: la comprensión por parte de la administración Biden de que la continuidad de la confrontación representa una pérdida para ella en más de un nivel.
También Estados Unidos enfrenta problemas internos y externos. Los acontecimientos en el frente norte con Hizbullah ocasionan preocupación para “Israel” y Estados Unidos, y la escalada de las operaciones del ejército yemenita en el mar Rojo paralizan el movimiento comercial global e impulsó todos los esfuerzos y mediaciones hacia la búsqueda de un acuerdo y un alto el fuego en la Franja de Gaza en tres etapas.
En el orden estratégico, “Israel", que negocia con Hamas después de seis meses de resistencia, fue derrotado.
Por su lado, la administración Biden, que abrazaba a “Israel” después del 7 de octubre, trata de buscar una solución política a la crisis y eleva el nivel de presión y crítica sobre la forma de proseguir la guerra, al punto de que los líderes del Partido Demócrata exigieron detener la guerra y celebrar elecciones en "Israel".
Hoy, la continuación de la guerra constituye una amenaza para la posición de Estados Unidos y sus principales intereses en la región. Todo ello originó nuevos ataques de los congresistas a Netanyahu y su coalición.
La cosecha de Netanyahu después de seis meses de una devastadora guerra en la Franja de Gaza es decepcionante y fallida, frente a una sólida resistencia que lucha con gran eficacia.
Los crímenes de genocidio cometidos por el ejército de ocupación no lo coinvertirán en ganador, y los días serán testigos de que Netanyahu será sometido a las condiciones de resistencia, sobre todo en momentos en que crece el conflicto interno entre facciones de la oposición y el gobierno israelíes, por un lado, y entre el gobierno israelí y la administración estadounidense, por el otro.