Los desafíos del ALBA
Quince años después de su fundación por los Comandantes Hugo Chávez y Fidel Castro, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA) realizó una combativa Cumbre de conmemoración en La Habana.
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Cumbre del ALBA-TCP en La Habana Foto: Roberto Suárez / Juventud Rebelde
Son diferentes los tiempos a aquellos en los que los líderes de Venezuela y Cuba alumbraron este espacio solidario; pero los desafíos siguen siendo los mismos. El mayor, la independencia y unidad de América Latina frente a las ansias de dominación y sojuzgamiento de los Estados Unidos.
Al nacer entonces como Alternativa Bolivariana, el 14 de diciembre de 2004, el ALBA se erigía como una determinación de dos países hermanos de no plegarse a los intentos colonizadores estadounidenses disfrazados en el proyecto de un Tratado Comercial para toda las Américas denominado como ALCA.
Aquel proyecto imperial, nacido en tiempos de William Clinton e impulsado con vigor por la administración de George W. Bush, fue derrotado en la Cumbre de las Américas de 2005 por el rechazo contundente de líderes latinoamericanos como Chávez, Lula, Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez.
El ALBA se proyectó entonces como un espacio vigoroso sustentado en principios de solidaridad, justicia social, defensa de la independencia y soberanía, autodeterminación de los pueblos, cooperación y complementariedad económica.
Con el triunfo de Evo Morales en Bolivia en el 2005, una nueva nación se sumó a este espacio integracionista, que pasó a denominarse en el 2009 como Alianza en vez de Alternativa y se le sumó el concepto de Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP).
Se sumaron entonces los gobiernos de Nicaragua, Ecuador, El Salvador, Granada, Antigua y Barbuda, Dominica, San Kitts y Nevis, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas y Surinam; Haití ha participado como país observador. Se conformó así un nuevo mecanismo latinoamericano y caribeño, sin presencia de Washington, como fruto de la profunda vocación integracionista de sus miembros y de su voluntad política de avanzar todos juntos hacia el desarrollo sostenible, para satisfacer las necesidades de sus países y pueblos.
El ALBA se convirtió en bloque político relevante en el proceso de conformación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y su voz unida se dejó escuchar en importantes Cumbres y eventos internacionales.
Los proyectos económicos y sociales solidarios desarrollados por el ALBA en estos años, han dejado huellas positivas en los pueblos de los países miembros:
- Junto al ALBA-TCP, tres países de Nuestra América fueron declarados “Territorios Libres de Analfabetismo”. (Venezuela (2005), Bolivia (2008) y Nicaragua (2009). A través del Programa cubano Yo sí puedo, hasta febrero de 2019 se habían alfabetizado a más de 10 millones de personas de 32 países.
- La Misión Milagro ha devuelto la vista de forma gratuita a más de 6 millones de personas, principalmente de bajos recursos que nunca antes recibieron atención médica por sus afecciones oftalmológicas. Adicionalmente ha ofrecido una cifra superior a 27 millones de consultas oftalmológicas y entregado más de 41 millones de lentes.
- Como parte del Estudio Clínico Genético Psicosocial de Personas con Discapacidad, se ha identificado a más de 1 millón de personas que se encontraban desprotegidas en seis de los países del ALBA-TCP. Se han entregado una cifra casi similar de ayudas técnicas como prótesis y ofrecido más de 2 millones de consultas.
- Más de 2 mil jóvenes procedentes de América Latina, el Caribe y África se forman como médicos comunitarios de profunda vocación social y una alta preparación científica, técnica, ética y humanística en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) con sedes en Cuba y Venezuela.
- Se han realizado cuatro ediciones de los Juegos Deportivos del ALBA con la participación de más de 10 mil atletas de 31 naciones.
- Como consecuencia del terremoto del 12 de enero de 2010 en Haití, los países del ALBA-TCP aprobaron un plan de acción y contribuyeron a la reconstrucción y fomento del desarrollo del hermano país caribeño en las áreas de la salud, finanzas, energía, agricultura y soberanía alimentaria, educación, construcción, seguridad, transporte y logística.
- La Alianza se ha propuesto la construcción y consolidación de un Espacio de Interdependencia, Soberanía y Solidaridad Económica a través del Tratado de Comercio de los Pueblos, el SUCRE y el Banco del ALBA.
- El proyecto de PETROCARIBE, liderado por Venezuela y que tras un declive será reactivado en 2020, ha permitido a los países miembros de la Alianza enfrentar las urgencias energéticas y los altos precios del combustible, a la vez que ha financiado proyectos de desarrollo económico en países como Nicaragua.
Frente a Trump y la Doctrina Monroe
La llegada al poder en el 2017 de la administración Trump, decidida a reconfigurar el decadente poderío estadounidense, ha tenido un especial efecto en la región latinoamericana y caribeña. La Casa Blanca ha vuelto a invocar la vetusta e imperial Doctrina Monroe de “América para los americanos” (entiéndase estadounidenses).
El Gobierno de los Estados Unidos y sus aliados desplegaron e insisten en una feroz e inescrupulosa campaña desestabilizadora en la región. Particulares planes agresivos desató el imperio contra Venezuela, Nicaragua y Cuba, ejes fundamentales del ALBA, a cuyos gobiernos calificó como tiranías a las que había que derrocar. Millones de dólares, centenares de sanciones y los más rocambolescos planes agresivos ha desplegado Estados Unidos contra estos países en estos tres últimos años.
Unido a ello, unas veces con la colaboración de serviles traidores, otras con Golpes de Estado aplicando los métodos de la Guerra No Convencional, Estados Unidos sigue impulsando el desmontaje de los gobiernos populares y democráticos y poniendo en su lugar a quienes le sirvan como operadores locales de sus intereses políticos. Ello ha tenido incidencia puntual en la membresía del ALBA.
Ecuador, uno de sus países integrantes, tan pronto su gobierno neoliberal traicionó los conceptos de la Revolución Ciudadana que había encabezado Rafael Correa y abandonó las ideas de la unidad latinoamericana, decidió retirarse del ALBA. Otro ejemplo más reciente es Bolivia. Un golpe de Estado con el auspicio de Estados Unidos, la OEA y los sectores de la derecha, ha desmontado el gobierno democrático e integrador que encabezó el presidente Evo Morales. La autoproclamada presidenta de facto, Jeanine Áñez, decidió como una de sus primeras medidas sacar a Bolivia del ALBA, y paralelo a ello, realizar acciones agresivas contra los colaboradores médicos cubanos, obligados a regresar a su Patria con el dolor de saber que allí quedaban millones de bolivianos esperando por su atención que tantas vidas ha salvado.
Se sabe también de las brutales presiones de Washington contra las pequeñas naciones caribeñas para que abandonen el mecanismo integrador, que no es del agrado del imperio.
En su intervención final en el acto de masas por el aniversario 15 del ALBA-TCP, el Presidente cubano Miguel Díaz-Canel señaló: “Lo que no nos perdonan los Estados Unidos y las oligarquías latinoamericanas es que hayamos construido modelos incluyentes y comprometidos con el pueblo, aun bajo las presiones y los cercos de sanciones y bloqueos.
“Podemos darles la fórmula: no construimos modelos para el 1 %. No construimos modelos de exclusión. Construimos modelos solidarios y practicamos la integración.
“Y no nos perdonan que nos asociemos solidariamente entre latinoamericanos y caribeños sin tutelas imperiales.
“No nos perdonan que no solo elijamos hacer prevalecer la independencia, la libertad, la soberanía sobre nuestros recursos y la libre determinación, sino que hayamos demostrado que somos capaces de defenderlas.
“Lo que no le perdonan a Cuba es que defendamos la filosofía de compartir solidariamente lo que tenemos, de llevar salud y letras donde otros llevan armas, de enseñar a leer y a escribir, o devolver la vista o salvar la vida a quienes jamás tuvieron servicios de salud dignos.”
La Declaración de La Habana
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El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel saluda a su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, minutos antes de inaugurar la XVII Cumbre del ALBA-TCP. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Ante el desafío imperial y las amenazas al proceso integrador latinoamericano y caribeño, el ALBA elevó en La Habana el tono de su denuncia y la convicción de que la unidad es el único camino posible hacia el futuro.
“Enfatizamos que la unidad e integración regional es la única vía para enfrentar la dominación que ejercen las estructuras hegemónicas de poder mundial, y que han dejado a nuestros pueblos en una condición histórica de subordinación y vulnerabilidad política, económica y cultural.”, afirma la declaración.
Los países miembros del ALBA rechazaron firmemente la aplicación de la Doctrina Monroe por el gobierno de los Estados Unidos, demandaron el respeto a la libre determinación de nuestros pueblos, a la soberanía, la integridad territorial y la no injerencia en los asuntos internos de cada Estado, la solución pacífica de controversias internacionales, el rechazo al uso o a la amenaza del uso de la fuerza en las relaciones internacionales, al tiempo que denunciaron el uso de métodos de guerra no convencional para derrocar gobiernos legítimos y la imposición de medidas coercitivas unilaterales contra países latinoamericanos y caribeños, especialmente el arreciamiento del bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba.
Los presentes condenaron el Golpe de Estado contra el Gobierno constitucional de Evo Morales Ayma en Bolivia, denunciaron las amenazas y los reiterados intentos para derrocar los gobiernos legítimos de Venezuela y Nicaragua y, rechazaron las maniobras desestabilizadoras contra los gobiernos de Dominica y Surinam
Denunciaron la falsedad estadounidense de atribuir a miembros de esta Alianza, la responsabilidad en la organización de las masivas protestas populares que se han extendido por la región, lo que persigue ocultar el fracaso de las gestiones de gobiernos neoliberales que se pliegan a los requerimientos impuestos por Washington, incrementando los índices de pobreza, las profundas desigualdades sociales y la marginación de amplios sectores populares.
Con especial énfasis, los miembros del ALBA manifestaron el anhelo de unidad e integración que confirma la importancia de preservar la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), mecanismo genuino para promover los intereses comunes de nuestras naciones mediante la concertación política con respeto a la diversidad; y se comprometieron a apoyar a México en su ejercicio de la Presidencia Pro Témpore de la Comunidad.
Desde La Habana, se reafirmaron con solidez los propósitos fundadores de Chávez y Fidel al alumbrar el ALBA y se declaró que “Los desafíos que enfrentamos reafirman la necesidad de cerrar filas frente a las amenazas, injerencias y agresiones externas, con plena confianza en la victoria. Unidos enfrentaremos el intervencionismo y el golpismo. Nos ampara la convicción profunda de que la construcción del futuro mejor que deseamos y por el que trabajamos para Nuestra América, está y estará cada vez más en las manos fuertes y firmes de los pueblos libres”
Estados Unidos pretende desde las Américas proclamar su hegemonía mundial.
Los pueblos en las calles y los países del ALBA en su reciente Cumbre plantan cara ante tal pretendido designio. América Latina y el Caribe sigue siendo una región en disputa.