Estados Unidos: Colegio Electoral y los apremios de un presidente
En las elecciones de 2000 y 2016 la voz de millones de votantes en Estados Unidos se perdió cuando una minoría eligió en el Colegio Electoral a los presidentes, George W. Bush y Donald Trump, respectivamente, quienes implementaron políticas de gobierno y seleccionaron jueces que no representaban a la mayoría de los votantes.
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Estados Unidos: Colegio Electoral y los apremios de un presidente
A escasos meses de las elecciones presidenciales, el 3 de noviembre, aflora el tema, los apremios para Trump y los problemas que enfrenta una llamada democracia representativa gobernada por el candidato electo por una minoría de votantes.
El Colegio Electoral es el sistema indirecto que determina el ganador en Estados Unidos y, pese a su composición torcida, hoy es difícil cambiar una norma establecida en una Constitución por gente que desconfiaba de la capacidad del individuo medio para decidir su líder.
En la actualidad está integrado por 538 personas, necesitándose más de 270 votos para elegir al mandatario. El sistema funcionó adecuadamente hasta hace muy poco pero, en las elecciones de 2000 y 2016, la voz de millones de votantes se perdió cuando los ganadores del voto popular, los demócratas Albert Gore y Hillary Clinton, no llegaron a la Casa Blanca.
Ahora ese complicado mecanismo es cuestionado aunque difícilmente en un futuro cercano, pueda escribirse una reforma constitucional que impida que un aspirante a la reelección presidencial, en este caso Trump, pueda ganar la Casa Blanca ignorando a los estados que tienen la mayor cantidad población como California y Nueva York, y que demográficamente y económicamente son los más representativos del país.
Según describe Sean Wilentz, profesor de historia en Princeton y autor del libro "No Property in Man: Slavery and Antislavery en la fundación de la nación", el número de votos electorales de cada estado es el mismo que su representación combinada en la Cámara de Representantes y el Senado.
No obstante, en Estados Unidos no existe la posibilidad de una elección popular directa del presidente, lo que no favorece la transparencia de las urnas.
Ya hace casi dos siglos, John Quincy Adams, ganó la Casa Blanca (1824-25) a pesar de perder los votos populares ante Andrew Jackson, de tan lejos en la historia existe ese sentimiento de criticar las disposiciones de la Constitución para elegir al presidente y que hoy diversos sectores del país estiman que necesita de reparaciones serias, estiman especialistas.
Hay que recordar que en los últimos 40 años solo dos veces el presidente en funciones perdió la reelección, en 1980 cuando el demócrata James Carter salió derrotado frente al republicano Ronald Reagan, y en 1992 cuando el republicano George H.W. Bush fue frenado por el demócrata William Clinton.
Según un artículo de BBC Mundo que analiza el escenario electoral estadounidense, en los últimos días, y tal vez más tiempo, los números no le sonríen a Trump en su aspiración de reelegirse so pena de integrar un trio con Carter y Bush padre.
Los sondeos, entre ellos uno de Suffolk para el diario USA Today, muestran un preocupante resbalón para el mandatario en las pesquisas. Así la consulta de Sulffolk ratifica en cierta manera lo que dicen otras encuestadoras. Biden supera a Trump 51 por ciento a 41 por ciento de apoyo, pese a desmentidos habituales del presidente que dice está bien de acuerdo consultas internas de los republicanos.
Trump está perdiendo en Florida y empata en Texas y Georgia, dos bastiones republicanos, según sondeo de Fox News citado por BBC que marca una ventaja de nueve punto para Biden, algo que debe alarmar a los republicanos fuera del entorno de Trump y más cuando Biden supera en forma sostenida el 50 por ciento de apoyo.
Plantea BBC que para Trump esto es un verdadero dolor de cabeza y necesitará robarle votantes a Biden, no solo ganarse a los indecisos. El reto es aún mayor cuando recientes estudios mostraron que las mujeres blancas estadounidenses que lo apoyaron en 2016 se estaban volcando en su contra, y las mujeres son mayoría entre los votantes en el país.
Al respecto de los sondeos y la caída del mandatario frente a su rival aún hay opiniones divergentes. Michael Rosenblum, analista de medios y fundador y director de RosenblumTV, citado por BBC, llamó la atención y dijo que la última vez los sondeos daban una clara ventaja a Hillary Clinton y Trump ganó.
Sin embargo, la situación no es la misma aunque hay que mantener la cautela. Ahora la diferencia entre Biden y Trump es más clara que la ventaja de la que disfrutaba Clinton, sin obviar la crisis sanitaria y económica acelerada por la Covid-19.
Para algunos entendidos, en este convulso escenario, Trump depende cada vez más de las tácticas de la supremacía blanca para encender su base mientras entra en pánico por sus posibilidades de reelección.
Eso es evidente, pues la campaña de reelección está en problemas y un reciente sondeo de Gallup sitúa su índice de aprobación en un abismal 39 por ciento, lo que pone en la picota su reelección.
Esta semana Frank Bruni, columnista del diario The New York Times, abordó el problema y las malas noticias para el gobernante tomando en cuenta los problemas que enfrentaron Carter y Bush al perder la reelección.
En sus últimos años en el cargo, Carter y Bush, experimentaron un notable descenso en su popularidad justo en el momento -principios de mayo a finales de junio- en que Trump llegó a su actual y feo parche, indicó el analista
Precisa Bruni que en el seguimiento continuo que hace Gallup del porcentaje de estadounidenses que aprueban el desempeño del trabajo de un presidente, los números de Carter y Bush se hundieron por debajo del 40 por ciento durante este período y prácticamente se mantuvieron así hasta el día de las elecciones. Es como si ambos conocieran su destino en la cúspide del verano.
Coincidentemente la cúspide del verano es una temporada mala para Trump, que nunca se ha agitado más patéticamente o atacó más desesperadamente y que acaba de experimentar la caída de Carter-Bush, agrega el columnista del Times.
Bruni subraya que según Gallup el índice de aprobación del mandatario en funciones cayó al 39 por ciento a principios de junio desde el 49 del mes anterior. Así que si Carter y Bush son precursores, Trump está frito, puntualizó.
También de acuerdo con algún algoritmo incomprensible que The Economist actualiza regularmente, el Presidente tiene sólo una posibilidad entre 10 de ganar el Colegio Electoral y por lo tanto la presidencia.
Otro indicativo malo para el mandatario asegura que de acuerdo con un promedio histórico de las encuestas del año electoral aireado por el sitio web FiveThirtyEight, la ventaja de Biden sobre Trump en este momento es la mayor en esta etapa de la contienda desde que Clinton superó a Bob Dole en 1996, cuando Clinton ganó su segundo mandato.
Hasta ahora nadie logró predecir lo que pasaría en estos primeros meses del año y la eliminación del principal punto de apoyo de Trump, la economía, pero tampoco a varios meses de las elecciones nadie se atreve a predecir el desenlace, aunque hay indicadores que presagian el fin del gobierno del republicano Trump.
No obstante, algunos pitonisos ven que una gran parte de los estadounidenses no quieren a una administración, como la del empresario neoyorquino, que con incompetencia y corrupción los lleva al matadero.