Claudio Katz: “Con este gobierno estamos instalados en una tragedia social”
Entrevista exclusiva en la cual se analiza el particular momento que vive Argentina con el gobierno del ultraderechista Javier Milei.
Claudio Katz es economista, del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), profesor de la Universidad de Buenos Aires, miembro de Economistas de Izquierda y activista de derechos humanos. Katz publica en medios de Argentina, México y Brasil, y es autor de numerosos textos que interpretan el capitalismo actual y la crisis económica global.
Comencemos con una reflexión sobre el discurso del presidente Javier Milei, en la inauguración del año parlamentario argentino.
- Creo que el discurso pone de relieve los graves problemas que está afrontando el gobierno en el plano político, económico y social. En el político, es evidente que Milei ratificó el plan de guerra contra el pueblo trabajador. Todos los días estamos viviendo algún episodio de ese atropello. Ahora fue el cierre de Telam (Agencia estatal de noticias argentina). Tiene un grado de inhumanidad espeluznante. Por ejemplo, cortar los remedios oncológicos, los dichos discriminatorios contra las personas con Síndrome de Down, el corte de alimentos en los comedores con el argumento de que los movimientos sociales “hacen negocio” cuando en realidad garantizan el funcionamiento de los mismos y lo hacen en forma mucho más barata que cualquier otra institución.
“El gobierno no para: anuló el plan Potenciar Trabajo con el cuento que de esta forma va a generar empleos, algo que ya lo hizo Macri. Si uno destruye eso no va a generar empleo porque depende de que la economía funcione. Y como él destruye la economía no genera empleo".
Es un aluvión de maldades este gobierno, por eso con razón, muchos dicen la frase: “parece que vivimos una pesadilla, pero lamentablemente es cierto”.
- Con este gobierno estamos instalados en una tragedia social, con una indigencia espantosa en el granero del mundo, con una caída del consumo tan abrupta como en el 2001, con una niña de 12 años que salió a robar útiles escolares en un comercio para poder ir a la escuela, con atropellos complementarios en el plano cultural. Frenó el inicio de clases en cinco nuevas universidades, prohibió el lenguaje inclusivo que ampliaba derechos.
En este marco de atropellos, atropellos y atropellos, Milei propuso en el discurso un pacto para volver a implementar la Ley Ómnibus; para empezar de nuevo. Es decir, para ordenar todas estas agresiones con una Ley Ómnibus 2 del Parlamento. La que está ofreciendo es la misma que la anterior: un plan de saqueo, de desigualdad, de pobreza, con reforma laboral, con jubilación privada, con apertura comercial. Lo que pasa es que estaba en un callejón sin salida porque había una amenaza fuerte de los senadores que le estaban por anular el Decreto de necesidad y urgencia (DNU). Entonces él estaba trastabillando. Sin ley y sin DNU ya no tenía más instrumentos, y fue y les ofreció a los gobernadores un pacto. Él, de hecho, les dice: les restituyo la coparticipación, lo que les saqué se los doy, saco la ley de ganancias y coparticipo.
Vamos a ese punto precisamente, él dice: les doy la coparticipación, expliquemos bien qué significa esto, darle la coparticipación de la explotación de los recursos naturales y eso es una gran caja de dinero, como se sabe. O sea, que los compra para que bajen la beligerancia.
- Exacto. Lo que pasa es que él forzó una sustracción de la coparticipación que distribuye los recursos entre las provincias, según el criterio de la última Constitución, y lo hizo porque el ajuste que implementa es brutal. Quiere remodelar las provincias; reestructurar el sistema federal, y la que no pueda financiarse que cierre sus instituciones y se junte con otras, que desaparezcan. Que haya un esquema de varios departamentos. Las que pueden, pueden, y las que no, se juntan con otras.
El plan de Milei, así como no tiene límites en el atropello a los docentes tampoco en demoler la estructura federal de las regiones. Lo que pasa es que no pudo. Ahí es cuando vino la amenaza de Chubut de querer cortar el abastecimiento petrolero y tras cartón, la solidaridad de los gobernadores, ahí se dio cuenta de que no podía y asumió la situación de debilidad en la que está, y que enmascara con un discurso agresivo. Por eso renegocia con los gobernadores que en la gran mayoría son de su propio palo, gente de derecha, del PRO (Partido político argentino Propuesta Republicana), pero que no podían quedarse sin la coparticipación porque no funciona la provincia. Entonces, ahí empieza una negociación. La “oposición amigable”, la derecha del PRO y los gobernadores ya le dieron un guiño. Incluso aceptaron la poda de la coparticipación del mes pasado como un gesto de buena voluntad y ahora “negociamos todo”. Yo creo que la causa de esta recomposición en el curso es que toda la clase dominante sigue apoyando a Milei.
Y por eso le perdonan todo, aunque muchas veces no les gusten algunas de sus formas.
- Tal cual, le perdonan que tiene un patrimonio rarísimo no declarado, las denuncias porque asesoró como economista a narcotraficantes y gastó fortunas en remodelar la Casa de Gobierno para instalar sus perros. Nadie dice nada porque la clase dominante quiere que funcione su plan de guerra contra el pueblo, incluso a costa de beneficios inmediatos. Porque el sector industrial va perder con Milei, pero entre la reforma laboral que anule los sindicatos y la apertura comercial que lo debilite como competidor, el capitalista industrial prefiere destruir el sindicato. Y el alto negocio sabe que, con una dolarización puede perder, pero a cambio lo apoyan en que destruya los movimientos populares.
Los gobernadores le dan el guiño por la misma razón. Al final de cuentas en la negociación última ellos van a perder parte de sus recursos, pero prefieren esa pérdida si Milei les termina con el dolor de cabeza que significan los paros del movimiento estatal, del docente. Además, hay una negociación porque el presidente tiene el sostén del imperialismo anglo-estadounidense.
Esa visita de David Cameron (ex primer ministro británico) a las Malvinas, donde la canciller respondió con un gesto gracioso, confirma el grado de entrega de este gobierno a EE.UU., a la base militar de la OTAN en Malvinas porque hay ahí una política de estado de demócratas y republicanos. Por eso Blinken y la funcionaria demócrata del Fondo Monetario Internacional (FMI) vienen a Buenos Aires, y al otro día Milei se fue y se reunió con Trump en EE.UU. Trabajaron los dos bloques con él porque es la gran carta de Washington contra China y el presidente brasileño, Luis Inacio Lula. Contra el gigante asiático porque Milei está dispuesto a cualquier cosa, incluso a afectar los negocios del agronegocio argentino si se lo pide la Casa Blanca. Ahí puso en peligro la relación con China, y esta ya les advirtió que le va a cortar el crédito de yuanes, va a comerciar con otros países y a comprar carne y soja a otros. Pero Milei sigue “duro” porque es un dependiente del Departamento de Estado. También embiste contra Lula porque se está perfilando con un arco geopolítico muy autónomo de EE.UU. Eso es muy visible en la postura que está adoptando frente al tema palestino. Ahí no repite el discurso estadounidense, y bueno, ellos tienen un líder de derecha en toda América Latina, así como tiene a Benjamín Netanyahu en Medio Oriente, quieren un líder de derecha en América Latina.
Por lo tanto y en síntesis, en el plano político Milei hace esta propuesta de acuerdo por los graves problemas que enfrenta en su propio armado, y estrategia; y a esto se suma el segundo gran problema que es el tema económico.
Ahora, el tema político está encadenado obviamente con el económico y ahí él encara una decisión que le va a tener que traer, si el pueblo reacciona, problemas serios, que pasa por la sujeción al acuerdo con el FMI. Este organismo le empieza a exigir realmente tener que poner el cuerpo en cosas que a lo mejor no estaba decidido a hacer antes de llegar al gobierno. Ahora debe obedecer y no solamente va a cumplir con lo que se comprometió Sergio Massa, sino que está dispuesto a avanzar mucho más. Esto, ¿no crees que puede generar un quiebre a corto plazo en el rebote que va a tener para la gente, ya no solo la más humilde, sino para una franja importante de la población?
- Sí, por supuesto que sí. El problema es que dijo de entrada que pensaba hacer un ajuste mayor al que le pedía el FMI; y Milei está afectando al movimiento obrero, a los sectores precarizados, a la clase media, y a medida que avance su plan, a sectores del empresariado cada vez más importantes. Pero él tiene un plan y está dispuesto a llevarlo adelante quiere hacer una remodelación neoliberal total de la Argentina, ese es su objetivo. Evidentemente, a medida que pasa el tiempo empieza a tropezar una y otra vez. Y la razón es lo que vos señalas: es una motosierra, una licuadora que ya pulveriza el ingreso de todos. Ahora, cada vez que encuentra un obstáculo tiene tres posibilidades. Lo ha demostrado en estos sesenta días. Él puede escalar, negociar o fracasar. En general, ahora está escalando y cada vez que encuentra un obstáculo, sube la apuesta, y cada vez que choca, primero lo hace con un sector de su propio partido y después con los gobernadores. El tema es que en un momento, el escalar lo va a obligar, sí o sí, a convocar un plebiscito, no le va a quedar otro remedio. Y no lo quiere convocar porque si falla, ahí sí está frito.
Pero al mismo tiempo si él disputa con todos y no recibe sostén no le va a quedar margen. La otra que está dominando es amenazar y negociar, como hizo ahora con los gobernadores. Amenaza y negocia. El problema de esta jugada es que ahí el que tiende aganar es Macri y no él. Es evidente que el beneficiado en esta negociación es el primero. Acuérdate que los gobernadores responden al PRO, y ahí él afronta el peligro que Macri le cope el gobierno y diluya su propia autoridad.
Y en tercer lugar, si le va fallando todo siempre está el peligro del juicio político. No nos olvidemos que él tiene 38 diputados, y con eso queda limpiado por completo en un juicio político. El trasfondo es que actúa como Bolsonaro o como Trump, pero sin tener la base política y social de ambos. Repite la conducta de sus admirados, pero no tiene la plataforma que volvió a demostrar Bolsonaro la semana pasada, cuando amenazado con ir a la cárcel convocó a una marcha que llenó de multitudes las avenidas de Brasil y demostró que los evangelistas, el agronegocio, los pilares derechistas de su movimiento siguen vivos. Por otro lado, Trump se encamina de hecho a la reelección. En cambio, aquí dio si discurso en el Congreso y no pudo convocar gente.
No tiene gente para ganar la calle, solo secuaces a su alrededor y votantes pasivos.
- Sustituyó la calle con ese espectáculo payasesco de aplaudidores que fue una burla. Eso no es una base de la derecha, es una payasada…
¿Sabes a qué me hizo acordar mucho ese escenario del Congreso? Al golpista venezolano Pedro Carmona “el Breve” cuando asumió el día que Hugo Chávez estaba prisionero en La Orchila, En su discurso Carmona decía una barbaridad y tenía los aplaudidores que lo ovacionaban, parecía que iba a gobernar para toda la vida y duró 24 horas. Este, por ahora, tiene un poco más de suerte.
- Pasados 60 días él no está logrando forjar esa base de calle. No basta que digan que las encuestas lo apoyan. Porque ese es un soporte en todo caso pasivo, que deriva de la penetración de la ideología neoliberal a lo largo de varios años. O sea, el macrismo, los medios de comunicación han instalado en muchos sectores populares la idea del individualismo, del emprendedor, de que el Estado es culpable. Eso ha penetrado efectivamente. Pero para que se traduzca en acción política, tiene que tener calle. Y por ahora Milei no la tiene. No posee un movimiento activo e incluso la carta represiva le está fallando. Porque son 60 días y el protocolo anti piquetes es desbordado una y otra vez.
Ahora dicen que hay infiltrados de Cuba, de Venezuela repiten las cosas más tontas, más banales que no tienen ninguna consistencia. Porque el trasfondo del problema es que la economía no está funcionando. Es esta la razón última. Si él pudiera mostrar algún indicio de que su plan va a despuntar,habría logrado un mayor sostén. El tema es que está forzando el colapso del Estado, o sea, que adrede está creando un caos en el funcionamiento corriente del Estado como parte de su ajuste. Por ejemplo, no termina de designar a los funcionarios que tienen que firmar las resoluciones para que haya una dinámica habitual de la administración pública. Lo que ha hecho es largar una superinflación adrede para producir una redistribución regresiva del ingreso. Es concretamente estúpido lo que repite de que esto es una inflación heredada, esto es una inflación creada. Él ya por enésima vez insiste en cifras que no tienen pies ni cabeza sobre la hiperinflación que heredó. Él no heredó nada, él creó esto.
“Generando esta hiperinflación está provocando una recesión adrede, inducida, con el propósito único de crear un alto nivel de desempleo en el corto plazo. Lo que Menem hizo en cuatro o cinco años, él lo quiere hacer en cuatro o cinco meses: duplicar la tasa de desempleo antes de fin de año y llevarlo al 20 por ciento en los próximos años. Y con ese instrumento sí debilitar al movimiento popular. Eso es todo el plan”.
En ese marco, anuncia el Pacto de Mayo, ¿tiene posibilidades de concretarse o es una nueva fantasía que trata de crear para ganar tiempo?
- Dependerá de la negociación con los gobernadores y, sobre todo, de lo que pase en los próximos sesenta días con la coyuntura económica. Porque una cosa es si logra cierta baja de la inflación y otra muy distinta si esta alta tasa de inflación que ya se comió la devaluación genera otra y empezamos de nuevo. Así como comenzamos con una Ley Ómnibus 2, en pocas semanas está el peligro de una devaluación 2.
Además, la recesión económica se está comiendo, deteriorando la recaudación impositiva. Entonces, cada ajuste del gasto, que él hace, va acompañado de una reducción del ingreso y por lo tanto no sirvió para nada. Despido de cincuenta mil empleados públicos, ahorro de un millón de dólares, pero decae la recaudación por la recesión en un millón de dólares y estoy en la misma situación en la cual comencé. Yo creo que él tiene una carta para el pacto o para después del mismo o para forzarlo o si no le sale que es lo que él siempre está coqueteando con la dolarización.
La dolarización es una carta que tiene Milei, un instrumento como el plebiscito. Son dos jugadas grandes que se guarda por si las cosas no le salen bien o, si le salen bien le sirven para afianzar su predominio. Él está con un guiño en la dolarización. Por eso es que en estos sesenta días produjo una absorción tan fuerte de los pesos en circulación. Es una aspiradora de pesos lo que se ha producido. Él no emite nada. Por lo tanto, la base monetaria se achica con una alta inflación y hay menos pesos, que es una de las condiciones para dolarizar.
Después, ya logró un poco de dólares; dice que tiene ocho mil millones. Claro, tiene más que antes, y en espera de que el Fondo Monetario, a cambio de un pacto, le dé diez mil o quince mil millones. El tema es que eso puede o no alcanzar. Además de no alcanzar, el FMI no quiere. Es una jugada, una medida muy riesgosa. En verdad los que quieren eso son los bancos internacionales, los sectores de servicios, que pueden cobrar en dólares y remitir utilidades. Mercado Libre, por ejemplo. Esos grupos, que no es el grueso de la clase dominante; no los que dependen del mercado interno, y te diría que tampoco los que penden de la agro exportación. Pero claro, una dolarización afianzaría el plan económico y lo consolidaría como jefe de la banda que atropella al movimiento popular. Entonces, volvemos al punto de partida. Aunque a la clase dominante no la favorezca, si ve que eso puede ser un instrumento de derrota del movimiento popular, les sirve.
Aunque la dolarización tenga apellido de narcotráfico como ocurrió en Ecuador, genere peligros de corridas bancarias y corralitos como ocurrió en esa nación, genere el peligro de que China corte los swaps, ahí de nuevo está este doble proceso de un guiño de la clase dominante y una tensión con la clase dominante”.
Ya estamos en marzo. Habíamos previsto que todo se iba a poner más duro contra el gobierno, cuando llegara este mes. ¿Ves que el movimiento popular tiene posibilidades y capacidades para de aquí en más mover el amperímetro mediante las movilizaciones y toda la resistencia que se está forjando o esto va para largo?
- Mira, la moneda sigue en el aire, todavía no sabemos quién va a ganar esta pulseada. Todos los días tenemos algún nuevo indicio de resistencias parciales. El molinetazo que hicieron los jóvenes de la universidad, el paro docente, el ferroviario, el de los aviones, yo creo que el de la Confederación General del Trabajo (CGT) frenó la Ley Ómnibus 1. Hay que ver si hay uno nuevo para frenar la Ley Ómnibus 2, y todos estamos esperando que despierte y diga, hay que poner en marcha el plan de lucha. Yo creo que hay indicios interesantes. Me parece que lo que hay es una convergencia de resistencias. Por ejemplo, en los movimientos sociales, por segunda vez, o los distintos sectores de la izquierda junto a los del kirchnerismo que han hecho esos quinientos cortes de ruta en forma conjunta la semana pasada.
Al mismo tiempo el 24 de marzo donde por primera vez podría haber una sola marcha. Sí se hacen dos documentos habría una sola. Por lo tanto, sigue en pie la dinámica de luchas y el gobernante no está logrando ni contrarrestarlas, ni reprimirlas, ni frenarlas.
Todavía no sabemos si funcionará el plan thatcherista de Milei, que es producir un golpe estratégico al movimiento popular como hizo la Margaret Thatcher (Ex primera ministra británica) con los mineros en 1984. Todavía él no lo ha podido hacer, pero tampoco el movimiento popular ha logrado desafiarlo e imponer una derrota como la lograda en el 2017 con la reforma previsional de Macri. Así que acá estamos frente a un hombre que es muy virulento, que va a subir la apuesta; y la gran tarea que tenemos en el movimiento popular es responder con el mismo parámetro, doblegar la resistencia en una sociedad argentina que está muy acostumbrada a resistir atropellos neoliberales, y muy acostumbrada a derrotar atropellos neoliberales. Tengo esperanza que le vamos a ganar a Milei en esta partida.