Encuentran al ARA San Juan, submarino argentino desaparecido hace un año
El ARA San Juan se comunicó por última vez con su base de operaciones en Mar del Plata durante la mañana del 15 de noviembre del año pasado.

El Gobierno deberá ahora decidir si emprende el rescate, una operación costosa para la que Argentina no tiene tecnología, o deja que los cuerpos descansen en el fondo del mar.
Lo que ha quedado claro es que las familias no deben esperar un rápido rescate. “Será difícil", advirtió el ministro de Defensa argentino, Oscar Aguad, porque no tienen los equipos para sacar a flote el submarino.
"No teníamos medios ni siquiera para bajar a las profundidades del mar. Tampoco tenemos equipamiento para extraer un buque de estas características", dijo en una rueda de prensa este sábado en Buenos Aires.
A su lado, el jefe de la Armada, José Villán, pidió "prudencia" a las familias. "Hay dos límites que exceden nuestro conocimiento. El primero es legal, porque es la Justicia la que debe determinar cuándo se pueden remover las partes del submarino. El otro límite es práctico. Se le preguntó a la empresa (si era posible reflotar el casco) y dijo que, si bien había posibilidades, antes debíamos tener la ubicación y la masa de lo que hay que extraer. Ahora no podemos ni afirmar ni negar que pueda ser reflotado”, explicó.

El ARA San Juan se comunicó por última vez con su base de operaciones en Mar del Plata durante la mañana del 15 de noviembre del año pasado.
Su capitán informó entonces de que una entrada de agua había producido un cortocircuito en uno de los bancos de baterías, lo que derivó en un principio de incendio. Pero eso fue todo.
Horas después de aquella comunicación oficial, un sistema de alertas de pruebas militares detectó una explosión en el Atlántico Sur y tanto el Gobierno argentino como las familias supieron que se trataba del Ara San Juan.
El submarino se encuentra en la zona 1, que corresponde con el lugar donde hace un año organismos internacionales encargados del control de pruebas militares submarinas no autorizadas detectaron una "falla hidroacústica", es decir una explosión.
La zona 1 fue la más rastrillada por decenas de buques aportados por 27 países, pero sin éxito. ¿Qué fue entonces lo que pasó?
“En aquel momento estaban todas las armadas del mundo buscando el submarino con tecnología de altísima definición. Todos los barcos pasaron por esa zona y nunca lo pudieron detectar. Siempre dijimos que no era fácil encontrar un submarino y menos a las profundidades en la que se encontraba”, dijo Aguad.
El submarino está apoyado sobre un sector de fuertes corrientes submarinas y muy irregular. El casco del ARA San Juan “está totalmente deformado, colapsado e implosionado” y “sin aberturas de consideración”, dijo Gabriel Attis, jefe de la base naval de Mar del Plata.
En un informe que leyó a los familiares de las víctimas del accidente, Attis explicó “el casco resistente (donde se alojan la tripulación y los equipos) se observa muy deformado hacia el interno, la calota de proa visiblemente íntegra y compartimento de torpedos y cámara de oficiales totalmente colapsado”, agregó el comandante.
El ministro Aguad mostró a la prensa tres fotos del ARA San Juan muy borrosas, producto de la “gran salinidad” que hay a esas profundidades.
En una se ve la proa destruida, en otra el casco resistente con su vela (la estructura que protege el ingreso al casco) desprendida hacia un lado y una tercera con la hélice semienterrada. El casco principal está deformado, producto de una implosión.
La tragedia "se produce cuando el submarino llega a una profundidad en la que la presión externa del mar supera la resistencia del material con que está construido. Primero el casco tiene deformaciones elásticas, luego permanentes y cuando supera esa profundidad llega el colapso. El ARA San Juan está implotado, todas las partes fuera del casco resistente, construido con acero de 33 milímetros, están desprendidas”, explicó el capitán Enrique Balbi, portavoz de la Armada durante los primeros meses de búsqueda.
La Armada Argentina confirmó el éxito de la misión de búsqueda mediante un breve mensaje que subió a su cuenta en Twitter después de comunicarse con las familias de los marinos muertos.