Globe and Mail: Canadá preocupado por conducta saudita contra derechos humanos
Semanas después de que Canadá provocara la ira de Arabia Saudita al atreverse a pedir públicamente la liberación de activistas de derechos humanos encarcelados, uno de los cuales tiene fuertes lazos con Canadá, este país sigue solo en sus denuncias a los abusos del Reino saudita.
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'Globe and Mail' señaló que el ministro de Asuntos Exteriores, Chrystia Freeland, reconoció que, a pesar de los intentos saudíes de intimidar a Ottawa, mediante sanciones que incluyeron expulsar su embajador y ordenar el ingreso de muchos estudiantes sauditas a su país, ha planteado una nueva preocupación, relacionada con los planes informados por Arabia Saudita, por ejecutar a una presa política femenina. Y para vergüenza de los otros socios comerciales de los saudíes, mientras “Human Rights Watch” y otras organizaciones internacionales suenan alarmantes, permanecen en silencio.
El diario canadiense prosiguió que “Israa al-Ghomgham sería la primera mujer saudita en enfrentar la pena de muerte por su activismo, lo que apunta a una escalada en la persecución de los disidentes. Ella y otros cinco activistas que podrían enfrentar el mismo castigo -la mayoría de las ejecuciones en Arabia Saudita son por decapitación- han estado encarcelados desde 2015 sin representación legal porque protestaron pacíficamente contra la discriminación sistémica contra su minoría chiita. Ahora están siendo juzgados por un "tribunal de terrorismo" a pesar de que no hay acusaciones de violencia. Para los socios comerciales saudíes que se preocupan por los derechos humanos, este no debería ser un tema difícil para tomar una posición”.
Según la editorial del diario canadiense “es posible que otros países estén planteando inquietudes de manera más discreta a través de canales diplomáticos, lo que Ottawa ha hecho anteriormente. Y es posible que las agudas críticas públicas provoquen que Riad vuelva a levantarse, lo que puede explicar por qué los últimos comentarios de la Sra. Freeland no llegaron a exigir la liberación "inmediata" de los prisioneros, como lo hizo en los anteriores”.
Y continuó el periódico aclarando en su editorial que “la presión pública también puede ser valiosa para crear conciencia y demostrar coraje de convicción. Si es comparativamente fácil para los saudíes arremeter contra Canadá, un socio comercial relativamente pequeño, se les podría dar más pausa si las críticas provienen de países de los cuales son más dependientes, no menos de los Estados Unidos, que bajo el mandato de Donald Trump mantiene una relación más acogedora que nunca” con Arabia Saudita.
Y concluyó 'Globe and Mail' que “el gobierno de la Sra. Freeland, que antes de su reciente campaña de defensa de los derechos adquirió un acuerdo de 15 mil millones de dólares para vender vehículos blindados a los sauditas, no es la mejor opción para liderar el mundo en enfrentar a Riyadh y su comportamiento. Pero lamentablemente, esto aún tiene actualmente un nivel bajo”. Esta es una forma de decir también que Canadá no debería estar tan sola en la posición de crítica a Arabia Saudita por su conducta contra los derechos humanos.
Vale señalar en este mismo contexto que la agencia de prensa estadounidense del grupo Bloomberg L.P., especializada en economía y finanzas había publicado recientemente un artículo en el que ha asegurado que "los inversores que esperaban que Riad siguiera adelante con las reformas económicas, se sintieron desanimados por acciones tan importantes como el arresto de prominentes hombres de negocios el año pasado y una reciente campaña para silenciar a los críticos, especialmente a las mujeres activistas y la disputa con Canadá indican que el estado favorece la estabilidad y la consolidación del régimen sobre el estado de derecho, y la creación de instituciones y regulaciones que pueden controlar el estado”.
Bloomberg concluyó en su artículo publicado en el presente mes de agosto que esta es la quintaesencia de la administración económica saudita de la vieja escuela, y está muy lejos del espíritu del supuesto plan de reforma anunciado por el Príncipe Heredero; “agréguese a esta evidente distracción de Riad con asuntos no económicos, que van desde la guerra en Yemen y el bloqueo de Qatar, hasta el arresto de activistas y la campaña contra Canadá, y es difícil culpar a los inversores por concluir que el gobierno está batallando para poder alcanzar los objetivos de su plan Visión 2030, y para enviar su dinero a otras partes”.…. Y Lo más importante es que el gobierno debe demostrar que prioriza las reformas económicas, en lugar de distraerse con políticas nacionales y errores de su política exterior”.