Hijo de una afro-jamaicana y de un jamaicano blanco de ascendencia inglesa, el legendario Robert Nesta Marley Booker es natural del pueblo de Nine Mile, situado en la parroquia de Saint Ann, en Jamaica.

Artistas como Raymond Charles, Curtis Mayfield, Fats Domino o The Drifters fueron los primeros en sentar las bases de lo que sería la posterior originalidad musical de Marley.

Con prontitud se une a otros cuatro jóvenes para crear los Wailing Wailers, en 1963, el grupo de música más influyente de Jamaica.

El debut musical del cuarteto, junto a influjos del rock estadounidense de mitad del siglo XX, avizoraba tintes propios como el ritmo del ska y los metales.

La creciente creatividad del artista madura luego de su regreso de Estados Unidos y el contacto con la cultura rastafari en el país natal, cuna de este movimiento surgido en los años 30.

El primer disco, Catch a Fire, de 1973, con Island Records, abre el camino al éxito internacional de The Wailers e instaura al reggae en el mercado musical moderno.

Ya encumbrado en la cima internacional, The Wailers muestra a la luz uno de los temas antológicos de la música popular de nuestros tiempos, No Woman, No Cry.

La canción resume todo el espíritu de la obra del artista jamaicano, su capacidad de conectar la música caribeña con las acostumbradas fórmulas del pop y el rock, así como el mensaje de amor repartido durante su corta existencia.

Temas inmortales como War, Waiting in Vain, Exodus, Jammin, Is this Love?, Could you be loved y tantos otros, transformaron al genio del Caribe en referente de la música y del pacifismo hasta después de su muerte el 11 de mayo de 1981, con tan solo 36 años de edad.