Trump prepara más acciones contra los refugiados
Los refugiados ya soportan en la actualidad enormes demoras en sus solicitudes, y el proceso puede durar años. Las revisiones adicionales probablemente dilatarán aun más ese tiempo de espera.
Apenas vencido el decreto que restringía la entrada de refugiados a Estados Unidos (EE.UU.), que caducó luego de seis meses de vigencia, fuentes cercanas a la Casa Blanca anticiparon a que la administración de Donald Trump alista una serie de normas que la reemplazarán con el mismo espíritu conservador que animó la orden ejecutiva.
El Departamento de Seguridad Nacional, el Departamento de Estado y otras agencias oficiales han estado elaborando estas medidas, que se ajustarán a la doctrina de "estricta revisión" de Trump para permitir el ingreso de refugiados.
Una fuente cercana a la Casa Blanca, que pidió permanecer en el anonimato, señaló que pronto serán anunciadas nuevas medidas para intensificar el proceso actual de revisión.
Las restricciones a los refugiados era apenas una parte de la política más amplia que busca Trump para limitar el ingreso de ciudadanos de ciertos países, de mayoría musulmana (Chad, Irán, Libia, Corea del Norte, Somalia, Siria y Yemen, además de algunos funcionarios del gobierno venezolano y sus familias).
Hasta ahora algunos tribunales federales (entre ellos el de Hawaii y Maryland), han impedido la implementación de esa política, que básicamente impide la entrada a Estados Unidos de refugiados.
Sin embargo, a pesar de que la prohibición ha caducado, se espera que el ingreso de refugiados al país sea mucho menor comparado con años recientes. El mes pasado, Trump impuso un tope de 45.000 personas para el año fiscal que comienza el 1ro de octubre, una reducción de más de la mitad comparada con los 110.000 implementada por el expresidente Barack Obama.
Y la cifra real de refugiados que ingresen este año podría ser mucho menor a los 45.000 mencionados por Trump, ya que esa es una cifra máxima pero no hay una mínima.
Ponerle un límite a la inmigración ha sido uno de los principales objetivos del gobierno de Trump desde su asunción en la Casa Blanca.
Además de inicialmente prohibir la entrada al país a ciudadanos de países de mayoría musulmana, Trump anuló un decreto de la era de Obama que protegía de la deportación a jóvenes llegados de niños al país junto a sus padres inmigrantes ilegales, y ha prometido construir un muro fronterizo entre Estados Unidos y México.