Autoridades del mundo árabe condenan cierre de la Explanada de las Mezquitas
La Liga Árabe, Jordania y fuentes cercanas al Gobierno palestino condenaron el cierre en vigor de la Explanada de las Mezquitas, por vez primera desde 1969, a partir de la caída de tres mártires palestinos a manos de las fuerzas israelíes.

"La mezquita de Al Aqsa debería reabrir inmediatamente y hay que impedir cualquier intento de cambiar el estatus quo histórico y natural de la mezquita", señaló la Liga en un comunicado emitido la víspera, y advirtió al régimen israelí de las peligrosas consecuencias que implica su cierre.
La Liga Árabe aprovechó la ocasión para condenar enérgicamente los constantes ataques de la ocupación israelí contra la mezquita, así como por inflamar el conflicto religioso y exacerbar el fenómeno del terrorismo y de la violencia, al tiempo que aplaudió el vigor demostrado por los residentes de Jerusalén Este a la hora de defenderla.
En los mismos términos se expresó el Gobierno de Jordania, que gestiona por medio de un fondo el acceso y el cuidado de las instalaciones.
"Nos oponemos a cualquier ataque contra los musulmanes que quieran realizar sus rituales religiosos sin obstáculos y con libertad", expresó un comunicado de la Cancillería jordana.
"Jordania recurre y recurrirá a cualquier instrumento legal o diplomático para impedir cualquier intento de cambiar el estatus histórico de Jerusalén", señaló el texto, inmediatamente repudiado por el régimen israelí que, de acuerdo con las fuentes del diario hebreo 'Yedioth Aharonoth', señaló que Jordania había decidido atacar a Tel Aviv y alimentar las llamas del conflicto.
A la condena se sumó igualmente el asesor religioso del presidente palestino, Mahmud Abbas. Durante su sermón en la Muqata (la sede del Gobierno palestino en Cisjordania), Mahmud al Habash declaró que el cierre de la Explanada es un crimen contra la religión, que podría arrastrar a la región entera a una guerra santa en la que todos saldrían perdiendo.
"Este cierre de la mezquita, por primera vez desde hace casi cincuenta años, no hace más que incrementar la tensión porque los musulmanes jamás aceptarán que se les impida rezar con libertad en la mezquita que consideramos como nuestra, como parte de nuestra fe y de nuestra religión", dijo el religioso.
La Liga Árabe aprovechó la ocasión para condenar enérgicamente los constantes ataques de la ocupación israelí contra la mezquita, así como por inflamar el conflicto religioso y exacerbar el fenómeno del terrorismo y de la violencia, al tiempo que aplaudió el vigor demostrado por los residentes de Jerusalén Este a la hora de defenderla.
En los mismos términos se expresó el Gobierno de Jordania, que gestiona por medio de un fondo el acceso y el cuidado de las instalaciones.
"Nos oponemos a cualquier ataque contra los musulmanes que quieran realizar sus rituales religiosos sin obstáculos y con libertad", expresó un comunicado de la Cancillería jordana.
"Jordania recurre y recurrirá a cualquier instrumento legal o diplomático para impedir cualquier intento de cambiar el estatus histórico de Jerusalén", señaló el texto, inmediatamente repudiado por el régimen israelí que, de acuerdo con las fuentes del diario hebreo 'Yedioth Aharonoth', señaló que Jordania había decidido atacar a Tel Aviv y alimentar las llamas del conflicto.
A la condena se sumó igualmente el asesor religioso del presidente palestino, Mahmud Abbas. Durante su sermón en la Muqata (la sede del Gobierno palestino en Cisjordania), Mahmud al Habash declaró que el cierre de la Explanada es un crimen contra la religión, que podría arrastrar a la región entera a una guerra santa en la que todos saldrían perdiendo.
"Este cierre de la mezquita, por primera vez desde hace casi cincuenta años, no hace más que incrementar la tensión porque los musulmanes jamás aceptarán que se les impida rezar con libertad en la mezquita que consideramos como nuestra, como parte de nuestra fe y de nuestra religión", dijo el religioso.