Al Assad seguirá en el poder, explica The Washington Post
El articulista Ehsan Tharoor divulgó en The Washington Post una serie de razones por las que cree que el presidente sirio, Bashar al Assad, prevalecerá en la mesa de negociaciones después de haber ganado la batalla en Alepo y del lanzamiento, por parte de Rusia, Irán y Turquía, del proceso de paz paralelo de Astana.

A juicio del experto, la primera razón es que la Administración norteamericana pidió la salida del poder de Bashar al Assad, pero la intervención de Rusia, Irán y Hizbulah permitieron a Siria resistir la presión y tomar el control de casi todas las grandes ciudades del país. En este sentido, la ONU dirige el foco hacia cuestiones que no tienen que ver con el destino del presidente Assad directamente.
La segunda son las profundas divisiones políticas e ideológicas entre los grupos opositores sobre el terreno y la guerra intestina entre grupos terroristas en Idleb que han debilitado a la oposición siria.
A esta idea, se suma que EE.UU. ha cortado su apoyo a los “opositores moderados” en Idleb después de sufrir otra nueva derrota a manos de los grupos extremistas, que han ejecutado además a 250 combatientes de otras bandas rivales. Algunos grupos afirman que no se sienten representados por la delegación opositora que viajó a Ginebra. Las facciones más moderadas de la oposición tampoco se sienten identificadas con muchos postulados del grupo de Riad.
El hecho de que Trump está trabajando para cambiar el enfoque de EE.UU. en Siria se plasma como la tercera razón. Ahora Trump busca dirigir su foco de atención a la derrota de Daesh y no de Al Assad, como era el caso de la Administración Obama.
El punto decisivo de su estrategia parece ser la batalla de Raqqa. Sin embargo, no parece estar claro si va a incidir en el apoyo a los combatientes kurdos en esa batalla o a desarrollar un plan en coordinación con Turquía, que lucha contra los kurdos en Siria y dentro de su territorio.
Por su parte, subraya el diario que el enviado de la ONU a Siria, Staffan de Mistura, ha excluido un gran avance durante las conversaciones de Ginebra y se cree que se conformaría con un acercamiento de posturas entre las partes.
La segunda son las profundas divisiones políticas e ideológicas entre los grupos opositores sobre el terreno y la guerra intestina entre grupos terroristas en Idleb que han debilitado a la oposición siria.
A esta idea, se suma que EE.UU. ha cortado su apoyo a los “opositores moderados” en Idleb después de sufrir otra nueva derrota a manos de los grupos extremistas, que han ejecutado además a 250 combatientes de otras bandas rivales. Algunos grupos afirman que no se sienten representados por la delegación opositora que viajó a Ginebra. Las facciones más moderadas de la oposición tampoco se sienten identificadas con muchos postulados del grupo de Riad.
El hecho de que Trump está trabajando para cambiar el enfoque de EE.UU. en Siria se plasma como la tercera razón. Ahora Trump busca dirigir su foco de atención a la derrota de Daesh y no de Al Assad, como era el caso de la Administración Obama.
El punto decisivo de su estrategia parece ser la batalla de Raqqa. Sin embargo, no parece estar claro si va a incidir en el apoyo a los combatientes kurdos en esa batalla o a desarrollar un plan en coordinación con Turquía, que lucha contra los kurdos en Siria y dentro de su territorio.
Por su parte, subraya el diario que el enviado de la ONU a Siria, Staffan de Mistura, ha excluido un gran avance durante las conversaciones de Ginebra y se cree que se conformaría con un acercamiento de posturas entre las partes.