Un gran público, afectado y herido de manera tanto física como moral, asistió al espectáculo de más de 60 minutos, en el que la  coreografía dirigida por la Compañía Nacional de Teatro Aram, la música del maestro Taher Mamelly, las voces más suaves del país, efectos excepcionales y diferentes pinturas populares, le hicieron olvidar su cotidianidad.

 

La obra es expresión de la sangre derramada, el precio de la justicia, de la razón, del derecho a quedarse en su propia tierra!. Es la tinta con la que se escribe la Historia, esa que  cuenta la vida de los combatientes muertos para salvar al país, de mártires como Zenobia, Yousef El Azmé, que encarnan el poder, la ambición y la ciudadanía.

 

En ese mismo contexto nació en 2012 la ONG Tamuz para asistir a los huérfanos, dar un apoyo educativo, social y moral a sus familias, y mostrarles que siguen siendo una parte integral de la sociedad.

 

A juicio de Tamuz, el mejor homenaje que puede rendirse a los mártires sirios es quedarse en tierra propia y trabajar para su reconstrucción.