¿Cuánto vale la vida de un niño?
Abby es una niña cubana que ingresó el 9 de marzo en el Hospital Pediátrico Borrás-Marfán, ubicado en el barrio capitalino del Vedado, en estado de coma. Con apenas 14 meses la vida le puso pruebas muy difíciles.

Su pequeño cuerpo ha superado complicaciones insospechadas. Una meningoencefalitis bacteriana cambió su vida y por consecuencia la de su familia.
Cuenta Resumen Latinoamericano que durante 7 meses la sala de cuidados intensivos ha sido el hogar de la pequeña. Entre evoluciones e involuciones, llanto, sufrimiento, lucha por la vida, Abby ha estado permanentemente acompañada por un equipo de médicos y enfermeras, desbordado de ternura y humanismo.
Al igual que con todos los niños ingresados en ese institución de salud, con Abby no se escatiman esfuerzos. La infante ha sido sometida a 3 traqueotomías, una gastrostomía permanente, sufre de una lesión estática del sistema nervioso central, déficit visual y auditivo, diabetes insípida y ha superado 5 paros cardíacos. Lucha sin cuartel por vivir. Así lo sienten quienes la ven en los brazos de su madre que no ha parado un segundo de batallar por la vida de su hijita.
Cuenta Resumen Latinoamericano que durante 7 meses la sala de cuidados intensivos ha sido el hogar de la pequeña. Entre evoluciones e involuciones, llanto, sufrimiento, lucha por la vida, Abby ha estado permanentemente acompañada por un equipo de médicos y enfermeras, desbordado de ternura y humanismo.
Al igual que con todos los niños ingresados en ese institución de salud, con Abby no se escatiman esfuerzos. La infante ha sido sometida a 3 traqueotomías, una gastrostomía permanente, sufre de una lesión estática del sistema nervioso central, déficit visual y auditivo, diabetes insípida y ha superado 5 paros cardíacos. Lucha sin cuartel por vivir. Así lo sienten quienes la ven en los brazos de su madre que no ha parado un segundo de batallar por la vida de su hijita.

Como madre de una niña de tres años, a la progenitora de Abby le es sumamente doloroso pensar en cada niño o niña que se bate entre la vida y la muerte porque lo que necesitan no está al alcance o llega muy tarde como consecuencia del bloqueo, a pesar del enorme presupuesto que destina el Estado a la salud.
¿Cómo sería la calidad de vida y esperanzas de recuperación de Abby y de otros niños enfermos de no existir el bloqueo?
El Dr. Julio César Francisco Vera, Jefe de Terapia Intensiva del hospital Marfán, y con 18 años de experiencia en cuidados intensivos, a quien le sobran vivencias de las enormes alegrías y tristezas de su profesión, se pregunta ¿Cómo cuantificar el valor de la vida?. "Ellos no tienen culpa de los problemas políticos. Si fueran los Estados Unidos los bloqueados qué estarían diciendo…".
¿Cómo sería la calidad de vida y esperanzas de recuperación de Abby y de otros niños enfermos de no existir el bloqueo?
El Dr. Julio César Francisco Vera, Jefe de Terapia Intensiva del hospital Marfán, y con 18 años de experiencia en cuidados intensivos, a quien le sobran vivencias de las enormes alegrías y tristezas de su profesión, se pregunta ¿Cómo cuantificar el valor de la vida?. "Ellos no tienen culpa de los problemas políticos. Si fueran los Estados Unidos los bloqueados qué estarían diciendo…".

El bloqueo en la cotidianidad de los cubanos
Estados Unidos ha castigado a la nación antillana con el bloqueo económico, financiero y comercial más largo de la historia de la humanidad, simplemente por la osadía de luchar por su independencia y su libertad, a sólo 90 millas de sus costas.
El Estado cubano ha estado por más de cinco décadas buscado alternativas y posibles soluciones con recursos limitados para superarlos, y crecen las inventivas para enfrentar las carencias impuestas en cada segmento de la población, y las instituciones de salud no escapan a ello.
Con el colapso del campo socialista en los años 90, EE.UU. con el ánimo de hacer rendir por hambre y enfermedades al pueblo cubano, recrudeció el bloqueo con la imposición feroz de nuevas leyes de carácter extraterritorial: Ley Torricelli y Ley Helms-Burton que se mantienen intactas hasta hoy.
Estados Unidos ha castigado a la nación antillana con el bloqueo económico, financiero y comercial más largo de la historia de la humanidad, simplemente por la osadía de luchar por su independencia y su libertad, a sólo 90 millas de sus costas.
El Estado cubano ha estado por más de cinco décadas buscado alternativas y posibles soluciones con recursos limitados para superarlos, y crecen las inventivas para enfrentar las carencias impuestas en cada segmento de la población, y las instituciones de salud no escapan a ello.
Con el colapso del campo socialista en los años 90, EE.UU. con el ánimo de hacer rendir por hambre y enfermedades al pueblo cubano, recrudeció el bloqueo con la imposición feroz de nuevas leyes de carácter extraterritorial: Ley Torricelli y Ley Helms-Burton que se mantienen intactas hasta hoy.

El sistema de salud cubano se ha visto seriamente afectado: falta de disponibilidad de recursos, insumos, equipamientos, materia prima y tecnologías para la atención médica de toda la población.
A lo largo y ancho de todo el país, las instalaciones de Tecnologías Avanzadas se sobreponen a las escaseces para llevar a cabo trasplantes, cirugía cardiovascular y tratamientos e intervenciones de nefrología.
Lamentablemente varios de los componentes necesarios son de producción estadounidense o tienen un 10% de materia prima de ese país, en virtud del bloqueo -salvo rarísimas excepciones- es imposible adquirirlos o prolongan por tiempo indefinido los trámites necesarios para hacerlo. Cuba se ve obligada a recorrer un largo y costoso camino para obtenerlos en terceros países.
Los cubanos conviven con la imposibilidad de acceder a las tecnologías y accesorios de diálisis (máquinas de riñón artificial y sus componentes) en el mercado norteamericano. Para pacientes con estos padecimientos cada minuto cuenta y si la lógica pudiera más que el objetivo maquiavélico de provocar sufrimiento a seres humanos en desventaja, podrían adquirirlos con mayor facilidad en EE.UU, dada la cercanía y competitividad de los precios. Pero el bloqueo les impide hacerlo. Muchos de estos pacientes son niños.
Problemas dolorosamente graves como estos forman parte de la vida cotidiana de los cubanos.
A lo largo y ancho de todo el país, las instalaciones de Tecnologías Avanzadas se sobreponen a las escaseces para llevar a cabo trasplantes, cirugía cardiovascular y tratamientos e intervenciones de nefrología.
Lamentablemente varios de los componentes necesarios son de producción estadounidense o tienen un 10% de materia prima de ese país, en virtud del bloqueo -salvo rarísimas excepciones- es imposible adquirirlos o prolongan por tiempo indefinido los trámites necesarios para hacerlo. Cuba se ve obligada a recorrer un largo y costoso camino para obtenerlos en terceros países.
Los cubanos conviven con la imposibilidad de acceder a las tecnologías y accesorios de diálisis (máquinas de riñón artificial y sus componentes) en el mercado norteamericano. Para pacientes con estos padecimientos cada minuto cuenta y si la lógica pudiera más que el objetivo maquiavélico de provocar sufrimiento a seres humanos en desventaja, podrían adquirirlos con mayor facilidad en EE.UU, dada la cercanía y competitividad de los precios. Pero el bloqueo les impide hacerlo. Muchos de estos pacientes son niños.
Problemas dolorosamente graves como estos forman parte de la vida cotidiana de los cubanos.

El talento da alas, pero el amor decide el vuelo
El Hospital Pediátrico Borrás-Marfán tiene como finalidad promover un estado óptimo de la salud física y mental, asegurando diagnóstico precoz y el tratamiento de posibles anomalías de los infantes. Para ello cuenta con personal médico altamente calificado y con gran pasión por lo que hacen.
No transmitir a los pequeños pacientes y a los padres la angustia de las carencias que impone el bloqueo, es una máxima profesional. En silencio se las ingenian para que la falta de recursos materiales no frene el desempeño de sus tareas para ofrecerles la mejor atención.
El Hospital Pediátrico Borrás-Marfán tiene como finalidad promover un estado óptimo de la salud física y mental, asegurando diagnóstico precoz y el tratamiento de posibles anomalías de los infantes. Para ello cuenta con personal médico altamente calificado y con gran pasión por lo que hacen.
No transmitir a los pequeños pacientes y a los padres la angustia de las carencias que impone el bloqueo, es una máxima profesional. En silencio se las ingenian para que la falta de recursos materiales no frene el desempeño de sus tareas para ofrecerles la mejor atención.

Recursos imprescindibles como los equipos de ventilación mecánica y aditamentos, equipos de ultrasonido para venas y catéter, sondas de aspiración, mochitas -agujas pequeñas para la realización de análisis que eviten lastimar la delicada piel de los pequeños-, la falta de antibióticos y la demora en adquirirlos por tener que comprarlos a través de un tercer país; la ausencia de preparados de apoyo nutricional, vitales para un paciente grave, son algunas de las dificultades que enfrenta el equipo médico y la niña o niño cubanos que lucha por vivir.
Pero afortunadamente prevalece el amor y la consagración. En alguna medida esto mitiga un poco los dolores a los que están sometidos Abby y su familia.
Resumen Latinoamericano pudo apreciar en los médicos y enfermeras una gran familia de corazón, de principios y de lucha. Una lucha que Cuba tendrá que seguir librando todos mientras el bloqueo persista y mantenga a sus niños y a su pueblo en cruel desventaja.
Pero afortunadamente prevalece el amor y la consagración. En alguna medida esto mitiga un poco los dolores a los que están sometidos Abby y su familia.
Resumen Latinoamericano pudo apreciar en los médicos y enfermeras una gran familia de corazón, de principios y de lucha. Una lucha que Cuba tendrá que seguir librando todos mientras el bloqueo persista y mantenga a sus niños y a su pueblo en cruel desventaja.