Organizaciones y miembros de la sociedad civil palestina expresan su solidaridad con Siria
Grupos e individuos de Palestina en la Patria ocupada, los campos de refugiados y la diáspora suscribieron una declaración de solidaridad con Siria en la que expresan el total rechazo a la guerra contra el país levantino.

El texto expresa el respaldo a la lucha histórica del pueblo sirio
por su supervivencia e identifica como propio los desafíos que hoy
enfrentan los hijos de Damasco.
Comprendemos lo que significa que nuestras tierras y propiedades sean usurpadas por extranjeros, que nuestra gente sean expulsados de sus hogares sin posibilidad de retorno, que nuestros intereses y derechos nacionales se conviertan en juguetes de los países más poderosas de la tierra. Comprendemos lo que significa sufrir y morir por la defensa de nuestra soberanía y derechos humanos, subraya el documento.
Los palestinos firmantes reconocen que los enemigos de Siria son los mismos enemigos de Palestina, y condenan a todos aquellos gobiernos peones del área que le hacen el juego a Israel con el propósito de dividir y controlar la región árabe.
La declaración, al tiempo que precisa que quienes secuestran, asesinan y cometen masacre en Siria son enemigos de la nación árabe, tal cual Israel, con quien comparten metas y naturaleza penal y criminal, rechaza la violencia y los asesinatos contra la gente y el Estado sirios.
También expresa que las luchas de los palestinos y de los sirios no son religiosas. Son batallas -agrega- por el derecho de un Estado que garantice la libertad de religión sin tener preferencia de una fe sobre otra. La división de comunidades árabes en sectas conflictivas sólo puede servir al régimen de Israelí en su empeño por dominar la región, afirma.
Los refugiados palestinos agradecen la política de hermandad y fraternidad del gobierno sirio al darles la bienvenida en su territorio y concederles iguales derechos que a los nacionales, menos ejercer el derecho al voto. Lo menos que podemos hacer es reciprocar con nuestra solidaridad lo que Siria ha hecho por nosotros durante estos tiempos de gran necesidad, manifiestan.
De igual manera, grupos y individuos palestinos expresan su rechazo a la política cínica y genocida de la OTAN y a su interés de apoderarse del Medio Oriente. Advierten que el objetivo fundamental de sus miembros es destruir a las últimas naciones independientes que no son cómplices del sionismo ni de las fuerzas imperialistas.
Es nuestro deber -señalan- estar al lado de Siria y de todas las naciones y movimientos que resisten a los intrusos y que buscan un curso independiente y una política para el beneficio e interés de nuestra propia gente y no de convertirse en títeres para poderes extranjeros.
A su vez, reafirman su compromiso de unirse a Siria en sus esfuerzos de repeler a los invasores extranjeros y a los países que están creando, entrenando, armando y apoyando a los grupos terroristas en Siria y la región.
La declaración hace un llamado a expulsar a los grupos terroristas que invaden sus países y convida a sus partidarios a que dediquen sus esfuerzos para el mejoramiento de las vidas en sus propios pueblos, en lugar de destruir las vidas de sirios y palestinos.
Finalmente condena a Israel y a sus lacayos por sus crímenes contra la humanidad, gobiernos que deberían ser enjuiciados por sustentar guerras ilegales contra estados soberanos y sus gentes, como Palestina, Siria, Libia, Iraq, Líbano y Yemen.
Comprendemos lo que significa que nuestras tierras y propiedades sean usurpadas por extranjeros, que nuestra gente sean expulsados de sus hogares sin posibilidad de retorno, que nuestros intereses y derechos nacionales se conviertan en juguetes de los países más poderosas de la tierra. Comprendemos lo que significa sufrir y morir por la defensa de nuestra soberanía y derechos humanos, subraya el documento.
Los palestinos firmantes reconocen que los enemigos de Siria son los mismos enemigos de Palestina, y condenan a todos aquellos gobiernos peones del área que le hacen el juego a Israel con el propósito de dividir y controlar la región árabe.
La declaración, al tiempo que precisa que quienes secuestran, asesinan y cometen masacre en Siria son enemigos de la nación árabe, tal cual Israel, con quien comparten metas y naturaleza penal y criminal, rechaza la violencia y los asesinatos contra la gente y el Estado sirios.
También expresa que las luchas de los palestinos y de los sirios no son religiosas. Son batallas -agrega- por el derecho de un Estado que garantice la libertad de religión sin tener preferencia de una fe sobre otra. La división de comunidades árabes en sectas conflictivas sólo puede servir al régimen de Israelí en su empeño por dominar la región, afirma.
Los refugiados palestinos agradecen la política de hermandad y fraternidad del gobierno sirio al darles la bienvenida en su territorio y concederles iguales derechos que a los nacionales, menos ejercer el derecho al voto. Lo menos que podemos hacer es reciprocar con nuestra solidaridad lo que Siria ha hecho por nosotros durante estos tiempos de gran necesidad, manifiestan.
De igual manera, grupos y individuos palestinos expresan su rechazo a la política cínica y genocida de la OTAN y a su interés de apoderarse del Medio Oriente. Advierten que el objetivo fundamental de sus miembros es destruir a las últimas naciones independientes que no son cómplices del sionismo ni de las fuerzas imperialistas.
Es nuestro deber -señalan- estar al lado de Siria y de todas las naciones y movimientos que resisten a los intrusos y que buscan un curso independiente y una política para el beneficio e interés de nuestra propia gente y no de convertirse en títeres para poderes extranjeros.
A su vez, reafirman su compromiso de unirse a Siria en sus esfuerzos de repeler a los invasores extranjeros y a los países que están creando, entrenando, armando y apoyando a los grupos terroristas en Siria y la región.
La declaración hace un llamado a expulsar a los grupos terroristas que invaden sus países y convida a sus partidarios a que dediquen sus esfuerzos para el mejoramiento de las vidas en sus propios pueblos, en lugar de destruir las vidas de sirios y palestinos.
Finalmente condena a Israel y a sus lacayos por sus crímenes contra la humanidad, gobiernos que deberían ser enjuiciados por sustentar guerras ilegales contra estados soberanos y sus gentes, como Palestina, Siria, Libia, Iraq, Líbano y Yemen.