Rigoberta Menchú manifestó en Ecuador el respaldo a la lucha de los pueblos originarios por sus derechos
La guatemalteca Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz 1992, patentizó
en Ecuador el valor histórico de la lucha de los pueblos originarios por sus
derechos.

Al presentar su conferencia magistral Agenda
Programática para Pueblos Indígenas en el Siglo XXI, en la sede de la Asamblea
Nacional de Ecuador, la líder mencionó los resultados de la denominada Campaña
de los 500 Años de Resistencia y reflexionó sobre el carácter universal de la
problemática de los indígenas.
Recordó la reforma del
Convenio 107, primer intento de codificar las obligaciones internacionales de
los Estados en relación con los pueblos indígenas y tribales, que cubre una
variada gama de temas relativos a los autóctonos, históricamente negados por
gobiernos y regímenes de turno, como los derechos a las tierras; contratación y
condiciones laborales; formación profesional, artesanías e industrias rurales;
seguridad social y salud; y educación y medios de comunicación.

En diversos foros nacionales e internacionales, indicó
Menchú, esas administraciones decían que en sus territorios los indígenas ya
eran asunto del pasado, una especie de piezas arqueológicas.
La Premio Nobel subrayó que la lucha de los pueblos
durante años en foros mundiales posibilitó modificar sustancialmente la
historia del derecho, y llegó hasta la aprobación de la Declaración Universal
de los Derechos de los Pueblos Indígenas.
Destacó también la lucha de las mujeres por el derecho
al voto durante más de 100 años y luego su activa presencia en la vida
política.
Menchú, quien preside la Comisión Internacional de
Alto Nivel en respaldo a las propuestas del gobierno ecuatoriano en materia de
transnacionales, afirmó que en abril de 2016 se efectuará en Ecuador una cumbre
de alto nivel de pueblos indígenas, convocada de manera conjunta con el
presidente Rafael Correa, para delinear una agenda programática de estos
pueblos en el siglo XXI.
Al reconocer los esfuerzos que en este empeño realiza
el gobierno ecuatoriano, la activista ratificó su compromiso con la defensa de
la soberanía del país suramericano frente a la petrolera Chevron y manifestó el
apoyo a la lucha del pueblo ecuatoriano en favor de que se reparen los daños en
la Amazonía, una parte de ella contaminada por la trasnacional, que se niega a
pagar una deuda de nueve mil 500 millones de dólares por mala práctica
ambiental.
El gobierno de Quito ha denunciado que durante sus
casi 30 años de operaciones en Ecuador, la petrolera derramó 16,8 millones de
galones de crudo en la Amazonía, vertió 18,5 mil millones de galones de tóxicos
en suelos, y quemó al aire 235 mil millones de pies cúbicos de gas.