Conversaciones Cuba-Estados Unidos: Avances en el escenario bilateral

Delegaciones de Cuba y Estados Unidos culminaron en Washington otra ronda de conversaciones sobre el restablecimiento de vínculos diplomáticos.
Según un análisis de la agencia Prensa Latina, la prolongación hasta hoy de la jornada de trabajo, en el Departamento de Estado, despierta expectativas de avances en el escenario bilateral y refuerza vaticinios de acuerdos concretos sobre la reanudación de los nexos -rotos hace más de 50 años por decisión estadounidense- y la apertura de embajadas en ambas capitales.
Tras siete horas de pláticas este jueves, las partes emitieron breves declaraciones y adelantaron la continuidad de los intercambios de criterios, encabezados -al igual que los anteriores- por las diplomáticas Josefina Vidal, directora general de Estados Unidos de la Cancillería cubana, y Roberta Jacobson, secretaria asistente de Estado para los Asuntos del Hemisferio Occidental.
En opinión de Yuri Gala, integrante de la delegación cubana, se produjeron avances. Varios factores potencian las expectativas de que esta nueva ronda propicie anuncios como los esperados desde la decisión de comenzar el restablecimiento de relaciones, señalado por los presidente Raúl Castro y Barack Obama, el pasado el 17 de diciembre.
Los partes abordaron con optimismo el proceso en curso, además del trámite activado por Obama para excluir a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo.
También discutieron la solución del problema de la falta de servicios bancarios para la sección de intereses de La Habana en Washington.
Se espera que las delegaciones anfitriona y visitante hayan tratado uno de los temas más polémicos del diálogo, el comportamiento del personal diplomático de cara al respeto de los principios y normas contenidos en las Convenciones de Viena.
Estados Unidos demanda libertad de movimiento para sus funcionarios, mientras la mayor de las Antillas reclama el cese del estímulo a la subversión por ese personal y el cumplimiento de las reglas de conducta internacionales, basadas en el apego a la soberanía de los estados y la no injerencia en sus asuntos internos, sostiene La Habana.
Para Cuba, el restablecimiento de lazos y la apertura de embajadas constituirían un paso importante, pero no la normalización de los vínculos que pasa ineludiblemente por el fin del bloqueo estadounidense, la devolución del territorio de la base naval de Guantánamo y el cese del objetivo del cambio de régimen.
Para algunos analistas, las declaraciones del secretario de prensa de la Casa Blanca, Josh Earnest, a los periodistas cubanos, presentes en la sede del poder ejecutivo norteamericano, advierte optimismo y cautela.
El portavoz, por un lado, aseguró que a Obama "le daría mucho placer viajar a la isla, en particular a La Habana", y destacó las potencialidades del mercado cubano para los productos de su país, y por otro, reiteró el propósito de Washington de lograr "el cambio que nos gustaría ver en Cuba", así como las tradicionales acusaciones en materia de derechos humanos.
Según un análisis de la agencia Prensa Latina, la prolongación hasta hoy de la jornada de trabajo, en el Departamento de Estado, despierta expectativas de avances en el escenario bilateral y refuerza vaticinios de acuerdos concretos sobre la reanudación de los nexos -rotos hace más de 50 años por decisión estadounidense- y la apertura de embajadas en ambas capitales.
Tras siete horas de pláticas este jueves, las partes emitieron breves declaraciones y adelantaron la continuidad de los intercambios de criterios, encabezados -al igual que los anteriores- por las diplomáticas Josefina Vidal, directora general de Estados Unidos de la Cancillería cubana, y Roberta Jacobson, secretaria asistente de Estado para los Asuntos del Hemisferio Occidental.
En opinión de Yuri Gala, integrante de la delegación cubana, se produjeron avances. Varios factores potencian las expectativas de que esta nueva ronda propicie anuncios como los esperados desde la decisión de comenzar el restablecimiento de relaciones, señalado por los presidente Raúl Castro y Barack Obama, el pasado el 17 de diciembre.
Los partes abordaron con optimismo el proceso en curso, además del trámite activado por Obama para excluir a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo.
También discutieron la solución del problema de la falta de servicios bancarios para la sección de intereses de La Habana en Washington.
Se espera que las delegaciones anfitriona y visitante hayan tratado uno de los temas más polémicos del diálogo, el comportamiento del personal diplomático de cara al respeto de los principios y normas contenidos en las Convenciones de Viena.
Estados Unidos demanda libertad de movimiento para sus funcionarios, mientras la mayor de las Antillas reclama el cese del estímulo a la subversión por ese personal y el cumplimiento de las reglas de conducta internacionales, basadas en el apego a la soberanía de los estados y la no injerencia en sus asuntos internos, sostiene La Habana.
Para Cuba, el restablecimiento de lazos y la apertura de embajadas constituirían un paso importante, pero no la normalización de los vínculos que pasa ineludiblemente por el fin del bloqueo estadounidense, la devolución del territorio de la base naval de Guantánamo y el cese del objetivo del cambio de régimen.
Para algunos analistas, las declaraciones del secretario de prensa de la Casa Blanca, Josh Earnest, a los periodistas cubanos, presentes en la sede del poder ejecutivo norteamericano, advierte optimismo y cautela.
El portavoz, por un lado, aseguró que a Obama "le daría mucho placer viajar a la isla, en particular a La Habana", y destacó las potencialidades del mercado cubano para los productos de su país, y por otro, reiteró el propósito de Washington de lograr "el cambio que nos gustaría ver en Cuba", así como las tradicionales acusaciones en materia de derechos humanos.