Siria impone sus líneas rojas

La oficina de Al Mayadeen en Washington en colaboración con el Centro de Estudios Americanos y Árabes aborda el análisis de los debates y del alcance político y estratégico de la caída en Siria de un drone norteamericano y da seguimiento a las declaraciones políticas “confusas” del Secretario de Estado norteamericano, John Kerry, al priorizar nuevamente la solucion política de la crisis siria.
Se demora la Jefatura Militar norteamericana en reconocer la caída de un drone con cohetes Sam-3. El título que encabeza este trabajo resume la cobertura de los medios de información norteamericanos, en especial por el derribo por parte de la Defensa Aérea Siria de un avión norteamericano no tripulado (drone), que tal vez haya estado armado sobre su espacio aéreo el 17 de marzo. Esto estuvo acompañado de declaraciones políticas cuestionables del Secretario de Estado norteamericano John Kerry, en las cuales se inclina a favor de la solución política a través de negociaciones y que fueron consideradas por muchos observadores y antiguerreristas como positivas, además de que implican un reconocimiento del impasse norteamericano allí.
Una serie de cuestionamientos provoca el hecho, que quizás parezca contradictorio en algunas de sus facetas, pero que expresa la real postura hipócrita norteamericana que sigue tratando de aplicar “ la opción militar”, término que empleó para referirse a la invasión y destrucción del Estado sirio. La principal interrogante está relacionada con la naturaleza de la reacción norteamericana “al coraje y desafío de Siria ante la voluntad norteamericana”…….
....... Lo que nos interesa en este contexto es señalar algunos aspectos y el alcance político “al primer incidente de este tipo entre Siria y Norteamérica” desde las postrimerías del siglo pasado y la demostración de las intenciones ocultas de la jefatura política y militar norteamericana”. La Jefatura militar norteamericana se demoró para reconocer “su pérdida” de un drone. Washington reconoció su caída y que tenía cohete Sam-3, lo más probable, sólo después de difundirse en las redes sociales fotos del drone quemándose, lo cual fue seguido por una discusión sobre su punto de despegue, ¿Es acaso “la base azul” en el desierto jordano? ¿O la base norteamericana de Inyirlik en Turquía? ¿Fue tomada la decisión por parte del Comando central, que dirige el combate en Siria e Iraq? ¿ O se tomó por parte del Comando de las fuerzas norteamericanas en Europa? Las consecuencias que se derivan de su caída fueron resumidas por algunos dirigentes del Pentágono con las siguientes palabras: Primeramente, el drone es una prueba evidente de que continúan las operaciones norteamericanas, reuniendo informaciones de inteligencia, de control y de exploración” en las costas occidentales de Siria, y el control de las distintas cargas que llegan a Siria a través del mar”; y es una prueba también de la efectividad de la defensa aérea siria, que “quizás” constituya una amenaza para los aviones de combate y aquellos no tripulados que operan dentro del espacio aéreo sirio; y que “cayó en la misma zona geográfica en que fue derribado el avión de guerra turco” el 22 de junio de 2012.
Otros en el Pentágono indicaron que es una muestra del empeñó en el empleo de la presión militar en Siria, coincidiendo con el inicio del entrenamiento por parte de Estados Unidos y Turquía de efectivos sirios minuciosamente seleccionados, con más precisión que antes. Llama la atención también que la operación fue ejecutada inmediatamente después de que se produjo el encuentro del enviado norteamericano John Alan con los dirigentes turcos y la reafirmación, en primer lugar, de que los objetivos estratégicos norteamericanos en Siria no han cambiado y su país intenta llegar a un arreglo con Siria a través de negociaciones, es decir, seguir apostando a la caída del régimen. El avión fue derribado en el espacio aéreo de la ciudad de Lataquia, donde no se ha registrado la entrada de ningún efectivo de la Organización “Daesh” ni de ningún miembro de las organizaciones supeditadas a ésta, ni de ninguna de sus ramas, lo que descarta que la operación se haya llevado a cabo en el contexto de los esfuerzos de la coalición de Washington contra la organización terrorista.
Lo más probable es que su misión real se centraba en dos aspectos: Primero, realizar una operación de exploración intensa en una región que Washington percibe que está controlada por el ejército sirio, con la protección de la Defensa Aérea, y consolidar el “prestigio” de la industria-producciones aérea norteamericana desde el punto de vista comercial; o segundo, prepararse para lanzar una operación de aniquilación contra un objetivo o una serie de objetivos, previamente planificados.
Se demora la Jefatura Militar norteamericana en reconocer la caída de un drone con cohetes Sam-3. El título que encabeza este trabajo resume la cobertura de los medios de información norteamericanos, en especial por el derribo por parte de la Defensa Aérea Siria de un avión norteamericano no tripulado (drone), que tal vez haya estado armado sobre su espacio aéreo el 17 de marzo. Esto estuvo acompañado de declaraciones políticas cuestionables del Secretario de Estado norteamericano John Kerry, en las cuales se inclina a favor de la solución política a través de negociaciones y que fueron consideradas por muchos observadores y antiguerreristas como positivas, además de que implican un reconocimiento del impasse norteamericano allí.
Una serie de cuestionamientos provoca el hecho, que quizás parezca contradictorio en algunas de sus facetas, pero que expresa la real postura hipócrita norteamericana que sigue tratando de aplicar “ la opción militar”, término que empleó para referirse a la invasión y destrucción del Estado sirio. La principal interrogante está relacionada con la naturaleza de la reacción norteamericana “al coraje y desafío de Siria ante la voluntad norteamericana”…….
....... Lo que nos interesa en este contexto es señalar algunos aspectos y el alcance político “al primer incidente de este tipo entre Siria y Norteamérica” desde las postrimerías del siglo pasado y la demostración de las intenciones ocultas de la jefatura política y militar norteamericana”. La Jefatura militar norteamericana se demoró para reconocer “su pérdida” de un drone. Washington reconoció su caída y que tenía cohete Sam-3, lo más probable, sólo después de difundirse en las redes sociales fotos del drone quemándose, lo cual fue seguido por una discusión sobre su punto de despegue, ¿Es acaso “la base azul” en el desierto jordano? ¿O la base norteamericana de Inyirlik en Turquía? ¿Fue tomada la decisión por parte del Comando central, que dirige el combate en Siria e Iraq? ¿ O se tomó por parte del Comando de las fuerzas norteamericanas en Europa? Las consecuencias que se derivan de su caída fueron resumidas por algunos dirigentes del Pentágono con las siguientes palabras: Primeramente, el drone es una prueba evidente de que continúan las operaciones norteamericanas, reuniendo informaciones de inteligencia, de control y de exploración” en las costas occidentales de Siria, y el control de las distintas cargas que llegan a Siria a través del mar”; y es una prueba también de la efectividad de la defensa aérea siria, que “quizás” constituya una amenaza para los aviones de combate y aquellos no tripulados que operan dentro del espacio aéreo sirio; y que “cayó en la misma zona geográfica en que fue derribado el avión de guerra turco” el 22 de junio de 2012.
Otros en el Pentágono indicaron que es una muestra del empeñó en el empleo de la presión militar en Siria, coincidiendo con el inicio del entrenamiento por parte de Estados Unidos y Turquía de efectivos sirios minuciosamente seleccionados, con más precisión que antes. Llama la atención también que la operación fue ejecutada inmediatamente después de que se produjo el encuentro del enviado norteamericano John Alan con los dirigentes turcos y la reafirmación, en primer lugar, de que los objetivos estratégicos norteamericanos en Siria no han cambiado y su país intenta llegar a un arreglo con Siria a través de negociaciones, es decir, seguir apostando a la caída del régimen. El avión fue derribado en el espacio aéreo de la ciudad de Lataquia, donde no se ha registrado la entrada de ningún efectivo de la Organización “Daesh” ni de ningún miembro de las organizaciones supeditadas a ésta, ni de ninguna de sus ramas, lo que descarta que la operación se haya llevado a cabo en el contexto de los esfuerzos de la coalición de Washington contra la organización terrorista.
Lo más probable es que su misión real se centraba en dos aspectos: Primero, realizar una operación de exploración intensa en una región que Washington percibe que está controlada por el ejército sirio, con la protección de la Defensa Aérea, y consolidar el “prestigio” de la industria-producciones aérea norteamericana desde el punto de vista comercial; o segundo, prepararse para lanzar una operación de aniquilación contra un objetivo o una serie de objetivos, previamente planificados.
Las declaraciones de Kerry: ¿Falsas o verdadera?

Las declaraciones de Kerry causaron sorpresa en los países del Golfo, que se molestaron por el cambio de la brújula política norteamericana hacia Siria.En una entrevista televisiva llevada a cabo por la cadena (CBS), el 15 de marzo, el secretario de Estado John Kerry aclaró que su país trata de lograr un arreglo político en Siria, lo que requiere llevar a cabo negociaciones con el Presidente Bachar Al Assad. Kerry, un diplomático experimentado, calcula sus palabras y términos con precisión, a diferencia del vicepresidente Joe Biden, y no puede considerarse como un desliz pasajero.
Kerry dijo: “No hay más solución que la política. Pero, para poder instar al régimen de Al Assad a que apruebe la negociación debemos informarle con toda claridad que existe el empeño de todas las partes de llegar a aquel resultado político, y él debe modificar sus cálculos con relación a la negociación. Esto es lo que se está ejecutando ahora. También tengo la convicción gracias a los esfuerzos de nuestros aliados y otros de que llegaremos a incrementar la presión sobre Al Assad”.
Las declaraciones de Kerry motivaron “sorpresa” en los aliados de Washington, sobre todo en los países del Golfo, que expresaron su malestar por lo que consideraron “cambio de la brújula política norteamericana” hacia Siria. Excepto que, una visión exhaustiva a su declaración y tomar en consideración lo que ha dejado de señalarse, evidencia la persistencia de Estados Unidos en su política tendente a “deponer al Presidente Al Assad”. Por eso Kerry evitó decir que Estados Unidos debe reconocer a Al Assad como Presidente legítimo de Siria, ello como preludio a la negociación. Más aún, antecedió su última declaración el señalamiento de que Norteamérica recurre al empleo de la presión militar para deponer al Presidente Assad. John Kerry dijo después de asistir a la reunión de cancilleres de los países del Golfo en una base aérea en Riad, el día 5 de marzo,” Producto de esto se empleará una mezcla de (vías) diplomáticas y (otras) presiones para llegar a la etapa de transición política”. Y aclaró de manera que no deja lugar a dudas, que “especialmente la presión militar tal vez sea necesaria, teniendo en cuenta la indecisión del Presidente Al Assad para entrar en negociaciones serias. Ha perdido todas las facetas de la legitimidad”.
Merece mencionarse en este contexto “el ruego“ reciente de algunos países occidentales de que sus relaciones con Siria retornen a su cauce natural. La más notoria fue una delegación parlamentaria francesa que se reunió con el Presidente Al Assad en el Palacio del Muhayirín“poniendo como condición de que no se retratara a todos los miembros de la delegación”.
E inmediatamente después del regreso a París, la delegación anunció que el Presidente Al Assad es parte de la solución. Después se produjo la declaración de John Kerry ya señalada. Lo cierto en las evidencias de la política norteamericana es que las delegaciones europeas no entran a la región sin tener en cuenta la postura norteamericana y sin que se logre la aprobación, ya sea tácita o virtualmente de esto.
El Instituto Carnegie consideró la declaración de John Kerry en cuanto a la necesidad de negociar con Al Assad” como fruto del fracaso de la política norteamericana debido a su “corta visión- miopía”, por lo que se impone que pague precios muy altos a fin de cuentas, según lo describió. ¿Podemos entonces nosotros decir que existe una interrelación estrecha o que existe algo al menos entre la decisión de “ vuelo“ del avión y las declaraciones del Secretario de Estado hechas antes y después de su derribo, ¿O se trata de que la decisión norteamericana respecto a Siria es básicamente militar y las vías diplomáticas no son más que una guerra por otros medios, según la teoría de Clautsewitz?.........
........ Se puede afirmar que el departamento de Defensa norteamericano, el Pentágono, se allanó a sí misma en el impasse “de propiciar cobertura aérea a la guerra contra Daesh. Y se convenció tardíamente de que no puede propiciar el número suficiente de drones y de la necesidad de protegerse con aviones de guerra, lo que duplica el costo global de sus misiones. Además de las dificultades confrontadas desde antes para garantizar el personal humano requerido.
Siria ha sido y sigue siendo un serio desafío para la estrategia norteamericana que teme a su cobertura aérea avanzada, sobre todo después de convencerse de ello a raíz de los incidentes con los dos aviones de guerra turco y el drone norteamericano. El último incidente alerta acerca de hechos más peligrosos que se pueden suscitar en los días venideros, principalmente porque los bombarderos norteamericanos son acompañados por drones, lo que acrecienta las probabilidades de un enfrentamiento aéreo entre las dos partes.Al parecer, la Jefatura militar norteamericana no está convencida de las intenciones sirias, pues no declara lo que se va a hacer.
¿Permitirá Siria el vuelo de los aviones de guerra norteamericanos F-16 sobre el espacio aéreo de Lataquia para proteger los vuelos de los drones o trabajará por su derribo premeditado? Y ¿Qué es lo más probable que hagan los bombarderos cuando se disparen los cohetes tierra-aire Sam contra los drones?
Y así tiene lugar el ritmo de diversos mensajes norteamericanos para que Siria se sienta tranquila y segura, por una parte, le dé prioridad a la solución política y a la vez mantiene sus preparativos militares que no han estado fuera de los pronósticos de la intervención militar allí. Ya sea directamente o apoyando a las fuerzas terrestres de sus aliados, árabes o de otras potencias regionales para compensar las pérdidas de los pronósticos globales.
Kerry dijo: “No hay más solución que la política. Pero, para poder instar al régimen de Al Assad a que apruebe la negociación debemos informarle con toda claridad que existe el empeño de todas las partes de llegar a aquel resultado político, y él debe modificar sus cálculos con relación a la negociación. Esto es lo que se está ejecutando ahora. También tengo la convicción gracias a los esfuerzos de nuestros aliados y otros de que llegaremos a incrementar la presión sobre Al Assad”.
Las declaraciones de Kerry motivaron “sorpresa” en los aliados de Washington, sobre todo en los países del Golfo, que expresaron su malestar por lo que consideraron “cambio de la brújula política norteamericana” hacia Siria. Excepto que, una visión exhaustiva a su declaración y tomar en consideración lo que ha dejado de señalarse, evidencia la persistencia de Estados Unidos en su política tendente a “deponer al Presidente Al Assad”. Por eso Kerry evitó decir que Estados Unidos debe reconocer a Al Assad como Presidente legítimo de Siria, ello como preludio a la negociación. Más aún, antecedió su última declaración el señalamiento de que Norteamérica recurre al empleo de la presión militar para deponer al Presidente Assad. John Kerry dijo después de asistir a la reunión de cancilleres de los países del Golfo en una base aérea en Riad, el día 5 de marzo,” Producto de esto se empleará una mezcla de (vías) diplomáticas y (otras) presiones para llegar a la etapa de transición política”. Y aclaró de manera que no deja lugar a dudas, que “especialmente la presión militar tal vez sea necesaria, teniendo en cuenta la indecisión del Presidente Al Assad para entrar en negociaciones serias. Ha perdido todas las facetas de la legitimidad”.
Merece mencionarse en este contexto “el ruego“ reciente de algunos países occidentales de que sus relaciones con Siria retornen a su cauce natural. La más notoria fue una delegación parlamentaria francesa que se reunió con el Presidente Al Assad en el Palacio del Muhayirín“poniendo como condición de que no se retratara a todos los miembros de la delegación”.
E inmediatamente después del regreso a París, la delegación anunció que el Presidente Al Assad es parte de la solución. Después se produjo la declaración de John Kerry ya señalada. Lo cierto en las evidencias de la política norteamericana es que las delegaciones europeas no entran a la región sin tener en cuenta la postura norteamericana y sin que se logre la aprobación, ya sea tácita o virtualmente de esto.
El Instituto Carnegie consideró la declaración de John Kerry en cuanto a la necesidad de negociar con Al Assad” como fruto del fracaso de la política norteamericana debido a su “corta visión- miopía”, por lo que se impone que pague precios muy altos a fin de cuentas, según lo describió. ¿Podemos entonces nosotros decir que existe una interrelación estrecha o que existe algo al menos entre la decisión de “ vuelo“ del avión y las declaraciones del Secretario de Estado hechas antes y después de su derribo, ¿O se trata de que la decisión norteamericana respecto a Siria es básicamente militar y las vías diplomáticas no son más que una guerra por otros medios, según la teoría de Clautsewitz?.........
........ Se puede afirmar que el departamento de Defensa norteamericano, el Pentágono, se allanó a sí misma en el impasse “de propiciar cobertura aérea a la guerra contra Daesh. Y se convenció tardíamente de que no puede propiciar el número suficiente de drones y de la necesidad de protegerse con aviones de guerra, lo que duplica el costo global de sus misiones. Además de las dificultades confrontadas desde antes para garantizar el personal humano requerido.
Siria ha sido y sigue siendo un serio desafío para la estrategia norteamericana que teme a su cobertura aérea avanzada, sobre todo después de convencerse de ello a raíz de los incidentes con los dos aviones de guerra turco y el drone norteamericano. El último incidente alerta acerca de hechos más peligrosos que se pueden suscitar en los días venideros, principalmente porque los bombarderos norteamericanos son acompañados por drones, lo que acrecienta las probabilidades de un enfrentamiento aéreo entre las dos partes.Al parecer, la Jefatura militar norteamericana no está convencida de las intenciones sirias, pues no declara lo que se va a hacer.
¿Permitirá Siria el vuelo de los aviones de guerra norteamericanos F-16 sobre el espacio aéreo de Lataquia para proteger los vuelos de los drones o trabajará por su derribo premeditado? Y ¿Qué es lo más probable que hagan los bombarderos cuando se disparen los cohetes tierra-aire Sam contra los drones?
Y así tiene lugar el ritmo de diversos mensajes norteamericanos para que Siria se sienta tranquila y segura, por una parte, le dé prioridad a la solución política y a la vez mantiene sus preparativos militares que no han estado fuera de los pronósticos de la intervención militar allí. Ya sea directamente o apoyando a las fuerzas terrestres de sus aliados, árabes o de otras potencias regionales para compensar las pérdidas de los pronósticos globales.